Una guerra de palabras, cuyos peones son los formidables F-18, parece estallar entre Australia y Ucrania, en medio de un cielo bélico sin fin.
F-18 para Ucrania: ¿Australia guarda silencio o esconde su jugada?
El hermetismo de Richard Marles, ministro de Defensa de Australia, al ser interrogado sobre una posible donación de F-18 a Ucrania, mantiene en vilo al mundo militar. Sus palabras, como balas ralentizadas en un cruce de fuego, no alcanzan a revelar las verdaderas intenciones de Canberra.

El diálogo entre Australia y Ucrania, misterioso como la táctica de un general, gira en torno a la cesión de estas majestuosas alas de guerra. Los desafíos tecnológicos, logísticos y de capacidad humana se presentan como las murallas a asaltar en este intrigante teatro de operaciones.
Marles, con una estrategia verbal tan compleja como el diseño de un F-18, deja ver que las discusiones buscan un único objetivo: asistir de manera efectiva a Ucrania en su lucha. Sin embargo, el horizonte no parece despejar las dudas.
Evolución armamentística: ¿Los F-18 son el siguiente paso?

Desde el comienzo de las hostilidades rusas, la ayuda armamentística a Ucrania se ha vuelto cada vez más pesada. Hoy, los pedidos ucranianos claman a gritos escalar a los cielos, y los F-18 se vislumbran como una respuesta posible, aunque polémica, a sus ruegos.
Australia, con sus ojos en el futuro, favorece a los modernos F-35 sobre los veteranos F-18. A pesar de los contratiempos iniciales del prodigio de Lockheed Martin, su encanto parece irrefutable para los australianos.
Enfrentándose a los aviones de combate chinos en un escenario hipotético de conflicto, la RAAF se prepara para la completa operatividad de sus escuadrones F-35. Los F-18 australianos, por lo tanto, pueden estar al borde del retiro.
Ucrania y sus súplicas por el dominio aéreo
Las miradas se desvían hacia Europa del Este, donde Ucrania sigue luchando en un conflicto con Rusia que parece no tener fin. La necesidad de dominio aéreo se convierte en un clamor ensordecedor que resuena en los despachos de los líderes militares del mundo.
Rumores se cuelan entre las filas, susurrando que Washington, Canberra y Kiev negocian la entrega de 41 F/A-18 Hornets a Ucrania. Un posible desenlace que adquiere credibilidad tras la apertura de Washington a la reexportación de estos fieros pájaros de guerra.
El número de F-18 involucrados en las negociaciones parece no coincidir con las cuentas de Canberra. El escuadrón australiano, con 24 de estas majestuosas bestias después de vender 18 a Canadá, se queda corto respecto a las cifras mencionadas. Un nuevo enigma aéreo se cierne en el horizonte.
Australia como intermediario: ¿Una estratagema de Washington?

¿Por qué, entonces, se habla de 41 F-18? Las piezas del rompecabezas parecen apuntar a Washington, buscando maniobrar desde la sombra, alejado del foco directo. Australia, en este juego de poder, podría actuar como donante intermediario, alimentando las esperanzas de Ucrania desde la retaguardia.
Otra jugada maestra sería un acuerdo de compra y venta. Canberra podría adquirir 41 F-18 a precios módicos o recibir un descuento masivo en su próxima compra militar a EE. UU. Las variantes tácticas son tantas como los hilos que unen a ambas naciones.
Australia aún vuela en sus veteranos F-18, pero el retiro de estas águilas de combate parece inminente. En este escenario, Ucrania podría recibir un refuerzo aéreo crucial en su lucha contra la dominación rusa.
¿Ucrania: El destino final de los F-18 australianos?
Los F-18 australianos, apostados en una base de la RAAF en las afueras de Newcastle, siguen siendo fieros y completamente operativos. Su arsenal, compuesto por misiles aire-aire AIM-120 AMRAAM y ASRAAM y armas para ataques terrestres como los misiles Paveway II, JDAM-ER, AGM-158 JASSM y Harpoon, prometen un poder de fuego devastador.
Australia podría intentar vender los F-18 pieza por pieza, pero el mercado puede no estar interesado en este antiguo guerrero del aire. Ucrania, necesitada de dominio aéreo, emerge como el comprador más probable, aunque no el único.
Las demoras en la configuración de los F-18 para las Fuerzas Aéreas ucranianas podrían surgir, así como el “rebajado” de algunas tecnologías para evitar su caída en manos rusas. Sin embargo, todo indica que los F-18 australianos podrían convertirse en los nuevos guardianes del cielo ucraniano a finales de este año o el próximo.
Aunque el ministro de Defensa de Australia, Richard Marles, no ha confirmado oficialmente ningún plan para donar F-18 a Ucrania, su diálogo con Ucrania ha centrado la atención. Los detalles de las discusiones y la finalidad específica de las mismas no han sido completamente revelados, aunque el objetivo parece ser asistir a Ucrania en su conflicto bélico.
Desde el comienzo de las hostilidades rusas, la ayuda armamentística a Ucrania ha aumentado en su magnitud y capacidad. Los F-18, que son aviones de combate veteranos, son vistos como una posible, aunque polémica, respuesta a las necesidades de dominio aéreo de Ucrania.
Según los rumores, se está negociando la entrega de 41 F/A-18 Hornets a Ucrania. Sin embargo, el número de F-18 en las cuentas de Australia no coincide con esta cifra, ya que el escuadrón australiano cuenta con 24 de estos aviones después de vender 18 a Canadá. Este desacuerdo en las cifras ha generado cierto misterio.
A la luz de las negociaciones sobre la entrega de los F-18 a Ucrania, se sugiere que Australia podría actuar como un intermediario en este proceso, posiblemente para evitar que Washington esté directamente involucrado. Otra posibilidad podría ser que Australia adquiera F-18 adicionales de EE. UU. a precios reducidos o reciba un descuento en futuras compras militares.
Respuesta: Aunque se podrían presentar demoras en la configuración de los F-18 para las Fuerzas Aéreas ucranianas, y algunas tecnologías podrían necesitar ser “rebajadas” para evitar que caigan en manos rusas, se estima que los F-18 australianos podrían convertirse en los nuevos guardianes del cielo ucraniano a finales de este año o el próximo.