El F-22 Raptor supera al Su-57 Felon en velocidad máxima, pero sus motores y diseño reflejan enfoques distintos en combate aéreo.
Comparación de velocidad y tecnología en el F-22 Raptor y Su-57 Felon
El Lockheed Martin F-22 Raptor, operativo desde 2005, alcanza una velocidad máxima de Mach 2.25 (2.790 km/h), superando al Sukhoi Su-57 Felon, que logra Mach 2.0 (2.470 km/h). Esta diferencia de 320 km/h destaca la prioridad del F-22 en superioridad aérea, impulsada por sus motores Pratt & Whitney F119-PW-100, que generan 35.000 libras de empuje cada uno con postcombustión. El Su-57, con motores Saturn AL-41F1 de igual empuje, enfoca su diseño en maniobrabilidad y versatilidad, sacrificando velocidad máxima. Ambos aviones, de quinta generación, integran tecnología stealth y supercrucero, pero sus enfoques divergen en función de sus roles estratégicos.
Los motores F119-PW-100 del F-22 permiten supercrucero a Mach 1.8 sin postcombustión, una capacidad que reduce el consumo de combustible y la firma infrarroja, crucial para mantener el sigilo. Este revestimiento stealth, compuesto por materiales absorbentes de radar, enfrenta restricciones térmicas que limitan la exposición prolongada a velocidades máximas, ya que el calor puede degradar su efectividad. En contraste, el Su-57 logra supercrucero a Mach 1.5 con sus AL-41F1, pero su diseño prioriza maniobrabilidad con vectorización de empuje 3D, que permite giros cerrados y maniobras de alta precisión en combate cercano. La diferencia de velocidad refleja filosofías de diseño: el F-22 busca dominar enfrentamientos a larga distancia, mientras el Su-57 equilibra combate aéreo y misiones de ataque.
El F-22, desarrollado para reemplazar al F-15 Eagle, incorpora un diseño aerodinámico optimizado para reducir la sección transversal de radar (RCS), estimada en 0.0001-0.0002 m², lo que lo hace prácticamente indetectable frente a radares enemigos. Sus motores, con toberas de empuje vectorial 2D, mejoran la agilidad en combates a corta distancia, aunque su velocidad máxima lo posiciona como ideal para interceptaciones rápidas. El Su-57, operativo desde 2020, tiene una RCS mayor, estimada en 0.1-0.5 m², lo que lo hace menos sigiloso. Sin embargo, su radar N056 Byelka y sensores electroópticos, como el 101KS Atoll, ofrecen capacidades avanzadas de detección, especialmente contra objetivos stealth a corta distancia.
La producción del F-22 se limitó a 187 unidades, con la última entregada en 2012, debido a costos elevados (aproximadamente $125 millones por unidad) y el cambio de enfoque hacia el F-35 Lightning II. El Su-57, con un costo estimado de $100 millones por unidad, enfrenta retrasos en su motor definitivo Izdeliye 30, lo que obliga a los primeros 12 aviones a usar los AL-41F1 del Su-35. Hasta 2020, Rusia produjo solo 22 Su-57, incluyendo prototipos, y su despliegue en Siria ha sido más evaluativo que operativo. Estas limitaciones reflejan desafíos logísticos y sanciones internacionales que afectan el programa ruso.

Datos clave sobre el F-22 Raptor y Su-57 Felon
- Velocidad máxima: F-22: Mach 2.25 (2.790 km/h); Su-57: Mach 2.0 (2.470 km/h).
- Supercrucero: F-22: Mach 1.8; Su-57: Mach 1.5.
- Motores: F-22: 2x Pratt & Whitney F119-PW-100 (35.000 lb empuje c/u); Su-57: 2x Saturn AL-41F1 (35.000 lb empuje c/u).
- Sección transversal de radar: F-22: 0.0001-0.0002 m²; Su-57: 0.1-0.5 m².
- Alcance: F-22: 2.000 millas (3.219 km); Su-57: 3.107 millas (5.000 km).
- Producción: F-22: 187 unidades (hasta 2012); Su-57: 22 unidades (hasta 2020).
Rendimiento operativo y capacidades tácticas
El F-22 destaca en combates más allá del alcance visual (BVR) gracias a su radar AN/APG-77 AESA, que detecta y rastrea múltiples objetivos con baja probabilidad de intercepción. Su arsenal incluye 6 misiles AIM-120 AMRAAM y 2 AIM-9 Sidewinder en bahías internas, preservando el sigilo. Para misiones aire-tierra, puede llevar 2 bombas GBU-32 JDAM o 8 GBU-39 SDB, aunque su capacidad es limitada frente a cazas multirrol. El Su-57, con bahías internas más amplias, transporta hasta 8 misiles K77 aire-aire o bombas como la KAB-500, ofreciendo mayor flexibilidad en misiones de ataque. Su cañón GSh-30-1 de 30 mm complementa su capacidad en combates cercanos.
El Su-57 compensa su menor sigilo con un alcance superior de 3.107 millas frente a las 2.000 millas del F-22, lo que le permite operar en teatros más extensos sin reabastecimiento. Su techo de servicio, 65.617 pies, supera los 50.000 pies del F-22, otorgándole una ventaja en altitud para maniobras evasivas o ataques descendentes. Sin embargo, la experiencia operativa del F-22, con años de refinamiento tecnológico, lo posiciona como una plataforma más madura. El Su-57, aunque desplegado en Siria, no ha enfrentado combates aire-aire significativos, lo que limita la evaluación de su efectividad real.

Las restricciones térmicas del F-22 son un factor crítico. Su revestimiento stealth, optimizado para absorber ondas de radar, puede degradarse a velocidades sostenidas por encima de Mach 2 debido al calor generado por la fricción. Esto obliga a los pilotos a gestionar cuidadosamente la velocidad en misiones donde el sigilo es prioritario. El Su-57, con un recubrimiento absorbente de radar menos avanzado, enfrenta menos limitaciones térmicas, pero su mayor RCS lo hace más vulnerable a la detección. Estas compensaciones reflejan las prioridades de cada avión: el F-22 maximiza el sigilo, mientras el Su-57 busca un equilibrio entre sigilo, maniobrabilidad y alcance.
La maniobrabilidad del Su-57 se ve reforzada por su sistema de vectorización de empuje 3D, que permite movimientos complejos en combates a corta distancia. El F-22, con vectorización 2D, es menos ágil en ciertas maniobras, pero su diseño aerodinámico y baja RCS le dan una ventaja en enfrentamientos iniciales. Ambos aviones integran suites de guerra electrónica, pero el F-22 destaca por su capacidad de fusión de datos, que mejora la conciencia situacional del piloto. El Su-57, con su radar de banda L, tiene una capacidad única para detectar aviones stealth a larga distancia, aunque su efectividad práctica sigue bajo evaluación.
Contexto estratégico y desarrollo
El F-22 se diseñó durante la Guerra Fría para contrarrestar amenazas soviéticas, con un énfasis en velocidad, sigilo y superioridad aérea. Su producción limitada y alto costo reflejan un cambio en las prioridades de defensa de EE. UU. hacia plataformas multirrol como el F-35. El Su-57, desarrollado como respuesta a los cazas de quinta generación occidentales, busca modernizar las fuerzas aeroespaciales rusas, pero enfrenta desafíos por sanciones y retrasos en el motor Izdeliye 30, que promete mejorar su rendimiento.
Ambos aviones representan lo mejor de sus respectivas industrias aeronáuticas. El F-22, con su velocidad y sigilo superiores, sigue siendo el estándar de oro en superioridad aérea, mientras que el Su-57 ofrece un enfoque más versátil, aunque menos refinado. La diferencia de Mach 0.25 en velocidad máxima es solo una faceta de una comparación compleja, donde el sigilo, la maniobrabilidad y las capacidades electrónicas juegan roles igualmente críticos.