Erdogan reafirma diálogos técnicos por F-35, exige aviones o reembolso, pero descarta negociar el S-400 tras cumbre OTAN 2025.
Reinicio de negociaciones por F-35 en cumbre OTAN 2025
Tras la cumbre de la OTAN en La Haya en junio de 2025, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, confirmó que Türkiye reanudó conversaciones técnicas con Estados Unidos sobre el programa F-35 Joint Strike Fighter. En conferencia de prensa, Erdogan destacó que las reuniones con el presidente estadounidense, Donald Trump, se centraron en el F-35, un tema que calificó como abierto, mientras describió la cuestión del sistema de misiles S-400 ruso como cerrada. Recordó que Türkiye pagó entre 1.300 y $1.400 millones por los aviones y exigió la entrega de los seis F-35 construidos o la devolución del monto. Erdogan señaló que Trump mostró disposición para respaldar las demandas turcas, y los contactos diplomáticos y militares continuarán.
Paralelamente, Türkiye avanza en la modernización de su flota de F-16. Equipos técnicos coordinan el mantenimiento y actualización de estos aviones, mientras se desarrollan procesos relacionados con los programas F-16 y F-35. Erdogan afirmó que las discusiones no incluyeron el S-400, tras reiterar que Ankara considera esa adquisición un asunto concluido. Sin embargo, aclaró que el sistema, aunque no operativo, puede activarse en 12 horas si es necesario.
En 2002, Türkiye se unió al programa Joint Strike Fighter como socio de Nivel 3, al comprometerse a adquirir 100 cazas F-35A, con planes de aumentar el pedido a 116. Turkish Aerospace Industries (TAI) se integró a la cadena de suministro global, tras fabricar componentes clave como secciones del fuselaje y piezas compuestas. Un memorándum de entendimiento de 2007 permitió a TAI producir bajo autorización de Northrop Grumman, con una contribución estimada de 900 componentes. Se construyeron seis F-35 turcos, entregados en 2018 a la Base de la Fuerza Aérea Luke para entrenamiento, pero nunca transferidos a Türkiye. Estos aviones permanecen almacenados, y Ankara reclama su entrega o compensación.
La expulsión de Türkiye del programa en 2019 se debió a la compra del sistema S-400 Triumf ruso por $2.500 millones en 2017. Estados Unidos argumentó que el S-400 podía recopilar datos sobre el F-35, porque resultaba incompatible con los sistemas de la OTAN. Esto llevó a sanciones bajo la Ley CAATSA, restricciones a exportaciones y la suspensión del entrenamiento de pilotos turcos en 2018. En julio de 2019, Türkiye fue formalmente excluida del programa, y los contratos de suministro turcos se reubicaron, aunque algunos continuaron hasta 2022 para evitar interrupciones.
Datos clave sobre la disputa del F-35 y el S-400
- Pago turco: Türkiye abonó entre 1.300 y $1.400 millones por los F-35.
- Aviones construidos: Seis F-35 turcos están almacenados en EE. UU. desde 2018.
- S-400: Adquirido en 2017 por $2.500 millones, no operativo, pero activable en 12 horas.
- Sanciones CAATSA: Impuestas en 2019 contra la Presidencia de Industrias de Defensa de Türkiye.
- Producción turca: TAI fabricó 900 componentes para el F-35 hasta 2022.
Tensiones por el S-400 y demandas de Estados Unidos
El sistema S-400 sigue como el principal obstáculo. Erdogan afirmó que no se discutió en la cumbre de 2025 y reiteró que Türkiye no negociará su posesión. Estados Unidos insiste en que el reingreso al programa F-35 requiere neutralizar el S-400. Propuestas estadounidenses incluyen desmantelar componentes clave o transferir el sistema a un tercer país, pero Ankara las rechaza. Erdogan justificó la compra del S-400 porque Estados Unidos se negó a vender sistemas Patriot en términos favorables, especialmente en transferencia de tecnología.
En 2018, el Senado de Estados Unidos aprobó una ley que prohibía transferir F-35 a Türkiye mientras mantuviera el S-400. Ese año, se suspendió el entrenamiento de pilotos, y en 2019 se detuvo por completo. La reubicación de contratos turcos comenzó tras la exclusión, y no se asignaron nuevos contratos después de 2022. A pesar de las sanciones, Türkiye mantuvo su producción de componentes hasta el plazo acordado.
Erdogan destacó que Türkiye no depende exclusivamente del F-35. Las negociaciones con Reino Unido y Alemania para adquirir Eurofighter Typhoon avanzan positivamente. Además, Ankara firmó un acuerdo de 6.000 a $7.000 millones por 40 cazas F-16 Block 70, tras descartar kits de modernización externos y optar por actualizar 79 fuselajes localmente bajo el programa ÖZGÜR de TAI. Este programa busca autonomía en la modernización de la flota turca.
El desarrollo del caza nacional KAAN, de quinta generación, es otra prioridad. En 2025, el KAAN realizó su segundo vuelo, aunque funcionarios turcos admiten que no igualará las capacidades del F-35 a corto plazo. El KAAN está diseñado para reemplazar al F-16 a largo plazo, para reforzar la industria de defensa turca.
Estrategia de defensa turca y rol en la OTAN
Erdogan anunció que Türkiye planea aumentar su presupuesto de defensa al 5 por ciento del PIB en la próxima década, tras superar el umbral del 2 por ciento exigido por la OTAN. Este incremento financiará proyectos como el KAAN, sistemas aéreos no tripulados y el programa Cúpula de Acero para defensa antiaérea. El presidente criticó las barreras al comercio de defensa dentro de la OTAN y pidió mayor cooperación entre aliados.
Geográficamente expuesta a inestabilidad y terrorismo, Türkiye prioriza la disuasión. Su industria de defensa crece con plataformas nacionales, tras reducir la dependencia de proveedores externos. Erdogan subrayó que la fortaleza de la OTAN depende de la colaboración sincera, no solo de aportes financieros.
Las negociaciones por el F-35 dependen de la aprobación del Congreso de Estados Unidos para levantar las sanciones de CAATSA y de la postura turca sobre el S-400. Erdogan expresó optimismo por el diálogo con Trump, pero aclaró que no hay decisión sobre desmantelar el sistema ruso. Los seis F-35 permanecen en Estados Unidos, y Türkiye no ha recibido componentes ni reanudado entrenamientos.
La estrategia de defensa turca combina modernización de F-16, negociaciones por Eurofighter, desarrollo del KAAN y esfuerzos por reingresar al programa F-35. Ankara busca equilibrar sus intereses nacionales con sus compromisos en la OTAN, tras mantener una postura firme sobre el S-400 mientras explora alternativas para fortalecer su capacidad aérea.