El avión de combate de quinta generación F-35 de Lockheed Martin, apreciado por su sigilo, tecnología avanzada y capacidades de armamento, se enfrenta a una creciente demanda mundial que amenaza con superar la capacidad de producción del fabricante, poniendo de manifiesto los desafíos de la cadena de suministro.
El auge de la demanda por los cazas F-35
Los Estados Unidos y sus aliados han mostrado un interés creciente en el F-35, un avión de combate con capacidades avanzadas. Por ejemplo, el presupuesto militar de EE. UU. para 2024 prevé la compra de 83 de estos cazas, distribuidos entre el Ejército del Aire, la Armada y el Cuerpo de Marines.
La Fuerza Aérea planea adquirir 48 unidades anualmente hasta 2028, con un objetivo a largo plazo de 1.763 aviones F-35. Sin embargo, la disminución de su flota, que pasó de 4.556 aviones en 1990 a 2.176 en la actualidad, ha aumentado la presión para adquirir más cazas de lo inicialmente planeado.
Además de los EE. UU., varios aliados y socios han optado por el F-35. Finlandia y Suiza adquirieron 100 aviones el año pasado, mientras que Canadá ordenó 88. Alemania ha obtenido la aprobación para adquirir los cazas, y tanto Grecia como la República Checa están en negociaciones con Lockheed Martin. Israel también se suma a la lista con una compra reciente de 25 aviones adicionales.
Desafíos de producción y pedidos pendientes de Lockheed Martin
A pesar de la creciente demanda, Lockheed Martin enfrenta dificultades para aumentar su capacidad de producción, que se encuentra actualmente en un máximo de 156 aviones por año. Este límite se ve exacerbado por problemas en la cadena de suministro, limitaciones de infraestructura en los centros de producción y retrasos en los programas de revisión de motores.
La cantidad de pedidos pendientes, que incluyen compromisos con clientes como Bélgica, Dinamarca, Italia, Noruega, Reino Unido, Japón, Corea del Sur y Singapur, agrega presión a la necesidad de incrementar la producción. Los desafíos logísticos para cumplir con estos compromisos existentes son una preocupación significativa para la empresa.
Además, otros países han expresado su interés en el F-35, como Polonia, que ordenó 32 cazas en 2020, y Grecia, que espera comprar entre 20 y 24 aviones una vez se complete su solicitud formal.
Impacto económico del programa F-35
A pesar de los desafíos, la demanda sólida y en constante crecimiento del F-35 es positiva para la industria aeroespacial estadounidense. Hasta la fecha, el F-35 tiene clientes en 17 países, lo que también ofrece oportunidades para mercados de mantenimiento y formación.
Un estudio realizado por encargo de Lockheed Martin sugiere que el programa F-35 tiene un impacto económico agregado de 72.000 millones de dólares anuales, lo que beneficia a los proveedores de la industria aeroespacial que participan en actividades como producción, mantenimiento, ingeniería, formación y gestión de la cadena de suministro.
Por lo tanto, a pesar de los obstáculos de producción, el F-35 de Lockheed Martin se acerca a un gran hito, y los esfuerzos para superar estos desafíos podrían tener un efecto positivo significativo en la economía global del sector aeroespacial.
El F-35 y su Rol Estratégico en el Reforzamiento de los Lazos de Seguridad de los Estados Unidos
El programa del F-35 tiene una relevancia estratégica considerable, reforzando los lazos de seguridad de los Estados Unidos con las naciones que operan este avión de combate.
De hecho, tras la invasión rusa de Ucrania, el mercado del F-35 ha fortalecido aún más las relaciones entre los países de la OTAN. Esto coloca al F-35 en un lugar único, esencialmente “en el centro de un diagrama de Venn de poder duro y poder blando”.
Los Desafíos de Lockheed en Satisfacer la Demanda del F-35
Si bien el programa del F-35 tiene muchos beneficios, también plantea desafíos significativos para su principal fabricante, Lockheed.
Andrew Philip Hunter, Subsecretario de Adquisiciones, Tecnología y Logística de las Fuerzas Aéreas de EE. UU., admitió que Lockheed podría estar “muy estresada” si se le requiere producir más de 156 aviones al año.
Exceder esa cifra significaría “probablemente tendríamos que aumentar el utillaje” y añadir más turnos de trabajo, algo que ha resultado ser un desafío para la empresa.
El Problema del Cuerpo Central del F-35
Una limitación adicional es la producción del cuerpo central del avión. Northrop Grumman, encargado de esta tarea, ya opera al máximo en sus instalaciones de Palmdale, California, donde también se construye el bombardero B-21. No hay espacio para ampliar la producción del cuerpo central del F-35.
En un intento por solucionar estas limitaciones, Lockheed llegó a acuerdos con otras naciones para la producción. Un ejemplo es Turquía, con quien se acordó la fabricación de un número considerable de conjuntos del cuerpo central.
Sin embargo, tras la adquisición por parte de Turquía de los sistemas rusos de defensa antiaérea S-400, el país fue expulsado del programa F-35, invalidando dicho acuerdo. Un acuerdo similar con Rheinmetall de Alemania para producir fuselajes centrales del F-35 enfrenta incertidumbre en su calendario de producción.
La Necesidad de Repuestos para el F-35
Según el teniente general de las Fuerzas Aéreas Michael Schmidt, jefe de la Oficina del Programa Conjunto (JPO) del F-35, el mayor riesgo es la falta de piezas de repuesto en las unidades del F-35. Las unidades de aviación a menudo no están preparadas para desplegar y operar aeronaves tan complejas como el F-35 en una variedad de lugares, algo que el ejército de EE. UU. ha promovido para reducir la vulnerabilidad. Como medida correctiva, Schmidt propone un acuerdo que permita al ejército de EE. UU. comprar, almacenar y distribuir las piezas de repuesto del F-35.
Costes adicionales en mantenimiento del F-35
Las actualizaciones periódicas en el diseño del avión de combate F-35 y el mantenimiento de su sistema de gestión térmica y de potencia (PTMS) suponen un sobrecosto que afecta a la producción, de acuerdo a los auditores de la Oficina de Rendición de Cuentas del Gobierno de Estados Unidos.
Presión sobre los costos del F-35
Con cada ciclo de producción, el F-35, uno de los aviones de combate más avanzados del mundo, debe someterse a “renovaciones técnicas” y “actualizaciones” en varias piezas y componentes. Esta inversión continua tiene el propósito de mantener su superioridad en el campo de batalla, pero inevitablemente incrementa los costos del proyecto.
Un gasto significativo que está surgiendo es la sobrecarga de los motores del F-35, con una previsión de coste adicional de 38,000 millones de dólares para futuras revisiones. Estas intervenciones son necesarias para refrigerar el radar y otros componentes clave de la aeronave.
En su informe anual, la GAO explica que el sistema de refrigeración está sobrecargado, lo que obliga al motor a operar más allá de sus parámetros de diseño originales. Este esfuerzo extra acelera el desgaste del motor, disminuye su vida útil y agrega 38,000 millones de dólares en costos de mantenimiento.
PTMS del F-35: un problema de sobrecalentamiento
El sistema de gestión térmica y de potencia del F-35, conocido como PTMS, es el encargado de enfriar las partes del avión que generan calor. Este sistema transfiere la presión del motor del caza para enfriar otros componentes. No obstante, cuanto más aire se transfiere, más se calienta el motor.
El PTMS necesita más presión de aire del motor para enfriar los subsistemas de lo que se anticipó en los planes originales. Esto reduce la vida útil del motor, según afirma la GAO en su informe.
La empresa Honeywell es la encargada de diseñar el PTMS del F-35 y cualquier retraso en la resolución de este problema podría afectar negativamente la producción futura de la aeronave.
Confianza en Lockheed Martin frente a los desafíos
A pesar de los contratiempos, los responsables de Lockheed Martin se mantienen optimistas. Aseguran que podrán superar estos obstáculos y mantener la producción en marcha con las medidas que han comenzado a implementar.
La compañía tiene previsto entregar su caza F-35 número 1,000 a finales de este año en la línea de montaje de la Planta 4 de las Fuerzas Aéreas en Fort Worth, Texas, una instalación con una larga historia en la producción de aviones desde 1942.
“Acabamos de superar los 900 aviones entregados”, dijo Edward “Stevie” Smith, director de desarrollo de negocio nacional del F-35 de Lockheed Martin y piloto retirado de la Marina. “Deberíamos llegar a los 1,000 a finales de año: otro gran hito para el programa”.
El F-35 es un avión de combate de quinta generación, apreciado por su sigilo, tecnología avanzada y capacidades de armamento. Este avanzado avión de combate es capaz de llevar a cabo diversas misiones militares, ofreciendo a sus usuarios una ventaja significativa en el campo de batalla.
La demanda mundial del F-35 está creciendo rápidamente, con un interés notable de los Estados Unidos y sus aliados. Sin embargo, esta demanda amenaza con superar la capacidad de producción de Lockheed Martin, que se enfrenta a desafíos en la cadena de suministro, limitaciones de infraestructura en los centros de producción y retrasos en los programas de revisión de motores.
Hasta la fecha, el F-35 tiene clientes en 17 países, entre los que se incluyen los Estados Unidos, Finlandia, Suiza, Canadá, Alemania, Grecia, la República Checa e Israel. Otros países como Polonia y Grecia también han mostrado su interés en el F-35.
El programa F-35 tiene un impacto económico agregado de 72.000 millones de dólares anuales, lo que beneficia a los proveedores de la industria aeroespacial que participan en actividades como producción, mantenimiento, ingeniería, formación y gestión de la cadena de suministro.
Lockheed Martin se enfrenta a varios desafíos en la producción del F-35. Estos incluyen limitaciones en la producción del cuerpo central del avión, falta de piezas de repuesto, sobrecostos en las actualizaciones de diseño y el mantenimiento del sistema de gestión térmica y de potencia (PTMS), y la necesidad de renovaciones técnicas y actualizaciones constantes que incrementan los costos del proyecto.