El F-35 Lightning II ahora incluye misiles AGM-88G HARM, mejorando significativamente sus capacidades de guerra electrónica.
Actualización del F-35 con misiles AGM-88G HARM en enero de 2024
En enero, el Pentágono asignó a Lockheed Martin un contrato valorado en 97,3 millones de dólares para incorporar misiles antirradiación de alta velocidad (HARM) AGM-88G en todas las variantes del caza furtivo F-35 Lightning II. Esta actualización potenciará las capacidades de guerra electrónica del F-35, beneficiando no solo a la Fuerza Aérea, la Marina y el Cuerpo de Marines de EE. UU., sino también a los miembros internacionales del programa F-35.
El misil AGM-88 HARM, especializado en atacar radares y sistemas de defensa aérea enemigos, ha mostrado su eficacia en Ucrania, donde ha sido utilizado para neutralizar las defensas aéreas rusas. Integrar estos misiles en los F-35 busca asegurar un suministro robusto de municiones antirradar.
A principios de enero, el Pentágono otorgó un contrato a Lockheed Martin, valorado en cerca de 100 millones de dólares, para equipar los tres tipos de aviones furtivos F-35 Lighting II con los misiles antirradiación de alta velocidad (HARM) AGM-88G. Con un valor de 97,3 millones de dólares, este contrato modernizará el misil antirradar para las fuerzas armadas estadounidenses y otros miembros del programa F-35.
Beneficios de la integración del AGM-88 HARM en el F-35 Lightning II
La integración beneficiará a la Fuerza Aérea de EE. UU. (que opera el F-35A), la Marina (que opera el F-35C), el Cuerpo de Marines (que opera tanto el F-35B como el F-35C), así como a los participantes de ventas militares extranjeras y a los miembros del programa F-35 que no pertenecen al Departamento de Defensa. Además, el contrato obliga a Lockheed Martin, fabricante del F-35 Lightning II, a reprogramar los equipos de laboratorio de los lotes más recientes de aviones.
El misil guiado antirradiación avanzado AAGM-88E, inicialmente diseñado para el F-16 Fighting Falcon, ha sido el único avión capaz de transportar esta munición durante años. La versión mejorada, el misil guiado antirradiación avanzado AAGM-88E, ahora puede ser utilizada en una gama más amplia de aviones, incluidos la serie F-35 Lightning II, el F/A-18 Hornet y Super Hornet, y el E/A-18G Growler.
El impulso para adaptar los AGM-88 HARM al F-35 probablemente surge de la necesidad de asegurar un suministro adecuado de la versión más avanzada. Es probable que la Fuerza Aérea esté tratando de mantener un stock disponible de municiones antirradar hasta que la producción del AAGM-88E se normalice.
Características y capacidades del AGM-88 HARM
El AGM-88 HARM es un misil táctico aire-tierra de alta velocidad, diseñado para destruir radares y sistemas de defensa aérea enemigos, facilitando así posteriores ataques aéreos por otras aeronaves. Fabricado por Raytheon, este misil, que entró en servicio en 1984, tiene un costo aproximado de 200.000 dólares por unidad.
Con capacidad de alcanzar velocidades supersónicas, cuenta con una ojiva de alto poder explosivo y puede alcanzar objetivos a una distancia de hasta 48 kilómetros. Mide 4 metros de largo y pesa 360 kilos.
La guerra electrónica está demostrando ser una parte esencial de los conflictos modernos, como lo demuestra la guerra en Ucrania. Tanto las fuerzas ucranianas como las rusas utilizan sistemas de guerra electrónica para rastrear, apuntar, perturbar y degradar al enemigo.
La guerra electrónica en la guerra de Ucrania
Desde interferir las comunicaciones tácticas de un pelotón ruso en el Donbass hasta obstaculizar una oleada de drones suicidas ucranianos, la guerra electrónica juega un papel crucial y muchas veces invisible en el combate. El Pentágono ha enviado un número no especificado de AGM-88 HARM a Kiev.
Los técnicos ucranianos han modificado sus Su-25 Frogfoot, Su-27 Flanker y MiG-29 Fulcrum para que sean compatibles con estos misiles. La Fuerza Aérea ucraniana ha utilizado eficazmente estos misiles para suprimir los sistemas de defensa aérea rusos cerca del campo de batalla y en torno a objetivos estratégicos.
El ejército ruso, no preparado para enfrentarse a esta munición, ha perdido varios sistemas clave de defensa aérea. Con la próxima incorporación del F-16 Fighting Falcon al servicio ucraniano, la Fuerza Aérea de Ucrania contará con una combinación mucho más potente para llevar a cabo misiones de guerra electrónica.