Estados Unidos muestra ahora en imágenes oficiales a los F-35B del Cuerpo de Marines operando en el Caribe, semanas después de su despliegue inicial en Puerto Rico. Las primeras fotografías fueron publicadas en la red DVIDS el 2 de octubre de 2025, aunque fueron tomadas el 13 de septiembre, día en que los F-35 llegaron a la antigua Estación Naval Roosevelt Roads, en Ceiba, Puerto Rico.
El 3 de octubre, el Comando Sur de Estados Unidos (SOUTHCOM) difundió un video en el que se observa a los F-35B siendo armados y puestos en vuelo con munición real. Aunque en las imágenes de carga aparece solo una aeronave, en el fondo pueden distinguirse varias más ya equipadas con armamento.
Lethality and warfighting:#Marines load ordnance on @USMC F-35B Lightning II fighters during training in the Caribbean. U.S. forces are deployed to the Caribbean in support of the #SOUTHCOM mission, @DeptofWar-directed operations, and @POTUS’ priorities. @SecWar @MARFORSOUTH pic.twitter.com/SBmFtmVcK4
— U.S. Southern Command (@Southcom) October 3, 2025
Los aviones transportan una combinación de dos misiles aire-aire AIM-9X Sidewinder de guía infrarroja, montados externamente; un AIM-120C-6 y un AIM-120D AMRAAM de guía por radar, y dos bombas guiadas GBU-54 Laser JDAM de 500 libras. La selección de armamento resulta significativa, ya que el presidente estadounidense Donald Trump declaró que está evaluando la posibilidad de atacar objetivos en Venezuela, después de haber determinado que Estados Unidos se encuentra involucrado en “una guerra no internacional” con los carteles del narcotráfico.
El uso de bombas Laser JDAM otorgaría a los F-35 la capacidad de atacar tanto blancos en movimiento, como embarcaciones en el mar, como objetivos fijos en tierra. La combinación de misiles AMRAAM y Sidewinder, por su parte, permitiría a los F-35 contrarrestar a los cazas de la Aviación Militar Bolivariana de Venezuela, los F-16 y Su-30. Los F-16 venezolanos disponen únicamente de misiles AIM-9, mientras que los Su-30 están equipados además con misiles R-77 (AA-12 Adder) de guía por radar.
Earlier this morning, on President Trump's orders, I directed a lethal, kinetic strike on a narco-trafficking vessel affiliated with Designated Terrorist Organizations in the USSOUTHCOM area of responsibility. Four male narco-terrorists aboard the vessel were killed in the… pic.twitter.com/QpNPljFcGn
— Secretary of War Pete Hegseth (@SecWar) October 3, 2025
No todas las aeronaves desplegadas cuentan con los amplificadores de sección radar (RCS enhancers) o reflectores que suelen instalarse durante operaciones en tiempo de paz o de entrenamiento. Al volar sin estos dispositivos, los cazas mantienen su firma radar al mínimo, lo que les permite aprovechar plenamente sus capacidades furtivas en caso de operaciones de ataque terrestre.
Several S-125 “Pechora-2M” Surface-to-Air Missile Systems with the Venezuelan Army were spotted on the Central Regional Highway yesterday near Maracay in Northern Venezuela. pic.twitter.com/dbXbNjWBxP
— OSINTdefender (@sentdefender) October 3, 2025
El primer vuelo de cazas furtivos F-35B Lightning II llegó a Puerto Rico el 13 de septiembre de 2025, una semana después de lo anunciado. Estas aeronaves de quinta generación se sumaron a una presencia militar estadounidense en el Caribe más amplia y visible, que las autoridades de Washington vinculan con operaciones antidrogas.
Fotografías y registros de fuente abierta mostraron por primera vez a los F-35 aterrizando en el antiguo complejo naval de Roosevelt Roads, en Ceiba. Un fotógrafo de Reuters captó imágenes de cinco F-35 aterrizando allí el 13 de septiembre, mientras los registros públicos de vuelo indicaban la llegada de más aviones procedentes de la Estación Aérea del Cuerpo de Marines en Yuma, con escala en la Base Aérea MacDill.
Las fotografías de los F-35 aterrizando en Ceiba mostraban los fuselajes sin marcas visibles de unidad ni de identificación en las colas. La ausencia de distintivos ha suscitado interrogantes entre observadores, aunque se considera una medida deliberada destinada a reforzar la seguridad operativa y a reducir la posibilidad de atribuir las aeronaves a unidades específicas.
Los pies de foto de las imágenes difundidas recientemente identifican a la unidad responsable del despliegue como el Escuadrón de Ataque de Cazas de Marines 225 (VMFA-225), conocido como los “Vikings”, con base en la Estación Aérea del Cuerpo de Marines en Yuma, Arizona.
Las aeronaves aparecen estacionadas al aire libre en el aeropuerto de Ceiba, rodeadas de equipos de apoyo. Se observan múltiples pararrayos a lo largo de la pista, un elemento que se repite desde hace años cuando estos cazas son desplegados, como medida de seguridad frente a descargas eléctricas.
Las fotografías tomadas el 29 de septiembre indican que Estados Unidos podría estar preparando una ampliación de las operaciones en el lugar, ya que muestran trabajos de reparación y reasfaltado en curso. Los pies de foto señalan expresamente “labores de fresado y colocación de una nueva capa de pista”.
Expertos y analistas destacan que el valor del F-35 en la región va más allá del combate aire-aire. Tal como se ha señalado en The Aviationist, esta plataforma de quinta generación combina una avanzada capacidad de ataque con sensores y sistemas de fusión de datos de alto rendimiento, que la convierten en un activo no tradicional de inteligencia, vigilancia y reconocimiento (ISR).
El radar AESA y los sistemas electroópticos del avión pueden recopilar y fusionar información distribuida en redes de mando, lo que incrementa la conciencia situacional marítima y terrestre en entornos complejos. Esta capacidad multiplica la eficacia de cualquier fuerza que acompañe, al convertir al F-35 en un elemento disuasorio por su presencia y también en un facilitador que refuerza la toma de decisiones y la coordinación operativa en escenarios disputados.
La difusión de imágenes de F-35B del Cuerpo de Marines armados con munición real en Puerto Rico coincide con un aumento de la tensión verbal entre Washington y Caracas. El presidente venezolano Nicolás Maduro ha acusado en reiteradas ocasiones a Estados Unidos de preparar una intervención militar, mientras funcionarios estadounidenses critican el papel sostenido de Venezuela como centro de operaciones del narcotráfico.
Caracas también ha denunciado que Estados Unidos ha volado con F-35 a 75 kilómetros de su costa, calificándolo de “provocación”. Washington, por su parte, afirma que realiza ejercicios en la zona, incluidos disparos navales con munición real.
Demonstrating readiness and lethality: @USNavy and @USMC forces conducted training, including a live-fire exercise with naval weapons systems, in the Caribbean Sea. U.S. military forces are deployed to the Caribbean in support of the #SOUTHCOM mission, @DeptofWar-directed… pic.twitter.com/33wANxUOOk
— U.S. Southern Command (@Southcom) October 2, 2025
Las declaraciones recientes del presidente Trump sobre la posibilidad de atacar infraestructura de los carteles en territorio venezolano otorgan un nuevo contexto al despliegue. Aunque el Comando Sur presenta sus actividades como parte de operaciones antidrogas reforzadas, la ubicación de cazas de quinta generación a escasa distancia de espacio aéreo venezolano tiene un claro componente disuasorio.
La publicación de imágenes de los aviones equipados con misiles AIM-120 y AIM-9X, junto con bombas guiadas GBU-54 Laser JDAM. Esto demuestra un nivel de preparación que busca contrarrestar cualquier amenaza, especialmente tras las maniobras venezolanas con aviones Su-30 armados con misiles antibuque supersónicos Kh-31A (AS-17 Krypton).
La AMB muestra sus cartas en su propaganda, en éste caso un Sukhoi Su-30 artillado con misil Kh-31. Al mando de uno de los Sukhoi va Cindi Caraballo, alias Katara. Parte del video data de al menos Mayo de 2024. pic.twitter.com/LTVcv0U74G
— 𝘼𝙧𝙧𝙚𝙘𝙝𝙤 (@Arr3ch0) September 15, 2025
El despliegue de F-35B en Puerto Rico constituye además un ejemplo práctico de la aplicación de la doctrina de Empleo de Combate Ágil (ACE, por sus siglas en inglés), que el Pentágono promueve. Dicha doctrina prioriza la flexibilidad, la dispersión y la movilidad rápida de las plataformas avanzadas, de manera que los cazas puedan operar desde una red más amplia de bases pequeñas o improvisadas, sin depender exclusivamente de aeródromos grandes y establecidos.
El F-35B, gracias a su capacidad de despegue corto y aterrizaje vertical (STOVL), se adapta especialmente a este concepto. Al operar desde la antigua Estación Naval Roosevelt Roads, en Ceiba, el Cuerpo de Marines demuestra que estos cazas pueden desplegarse en ubicaciones austeras, fuera de ejercicios formales, con infraestructura limitada y sin perder su capacidad de combate de alta gama.
Este modelo se ajusta también a la visión del Cuerpo de Marines sobre el empleo de sus activos aéreos en el teatro del Pacífico, donde la dispersión y la supervivencia resultan esenciales ante amenazas de nivel equivalente. En ese sentido, Puerto Rico podría funcionar como un enclave estratégico caribeño para operaciones antidrogas y también como un campo de prueba para el sostenimiento expedicionario de cazas de quinta generación.