El accidente del Sukhoi Su-37 en 2002 expuso fallos críticos, pero sus innovaciones impulsaron el desarrollo de los Su-30 y Su-35, fundamentales en la aviación rusa.
El accidente del Su-37 marcó el fin de su programa
El 19 de diciembre de 2002, el caza experimental Sukhoi Su-37 se estrelló en Rusia tras un fallo en su sistema fly-by-wire, que desestabilizó la aeronave y dejó al piloto sin control. Ante la imposibilidad de recuperar el avión, el piloto se eyectó con éxito, evitando daños en tierra.
El accidente puso en evidencia deficiencias críticas en la integración de software y hardware, lo que llevó a la cancelación inmediata del programa. Aunque el Su-37 nunca entró en producción, su tecnología no se desperdició y se convirtió en la base de modelos posteriores.
El Su-37, derivado del Su-27 Flanker, incorporaba un diseño altamente inestable que dependía completamente de su avanzado sistema fly-by-wire para mantenerse en vuelo. Sin embargo, la falla de este sistema en 2002 se saldó con una caída irrecuperable, demostrando que la tecnología disponible en ese momento no estaba lista para sostener tales innovaciones.
Pese a su trágico final, el Su-37 dejó un importante legado en la aviación de combate rusa, sirviendo como plataforma de pruebas para características clave que más tarde se integraron en los Su-30 y Su-35.
Características avanzadas del Su-37 y su impacto
Con solo dos prototipos construidos, el Su-37 alcanzaba una velocidad máxima de Mach 2 (2,450 km/h) gracias a sus motores AL-31FP con empuje vectorial, que le permitían maniobras excepcionales, como cambios de dirección de 360° en segundos. Su alcance operativo era de 3,300 km.
El avión contaba con 12 puntos de anclaje para armas y podía transportar hasta 8,000 kg de carga bélica, incluyendo misiles R-77. Aunque su vida operativa fue breve, su diseño estableció nuevos estándares en la maniobrabilidad de los cazas de combate.

Datos clave sobre el Su-37 y su legado
- Primer caza ruso con empuje vectorial, mejorado en los motores AL-41F1S del Su-35.
- Radar N011M Bars, precursor del N035 Irbis-E del Su-35, con un alcance de hasta 400 km.
- Cabina digital avanzada con pantallas multifunción, influencia directa en los Su-30 y Su-35.
- Diseño inestable con dependencia total de fly-by-wire, fallas corregidas en modelos posteriores.
- Su cancelación permitió redirigir recursos al Su-30 y Su-35, ambos ampliamente utilizados en la Fuerza Aérea Rusa y exportados a otros países.
Influencia del Su-37 en el desarrollo del Su-30 y Su-35
Lejos de frenar el avance de Sukhoi, el accidente del Su-37 impulsó mejoras en nuevos modelos. La tecnología de empuje vectorial, que permitía maniobras como la “Cobra de Pugachev”, se perfeccionó en los motores AL-41F1S del Su-35, aumentando su potencia hasta 14,500 kgf y mejorando el control de vuelo.
El Su-30MKI, adoptado por la Fuerza Aérea India, también incorporó esta tecnología, mejorando su capacidad en combates aire-aire. Paralelamente, el radar N035 Irbis-E del Su-35, derivado del sistema del Su-37, amplió su capacidad de detección hasta 30 objetivos a 400 km.
Otra de las mejoras clave fue la estabilización del sistema fly-by-wire. Mientras el Su-37 no logró integrar eficazmente su software con los sistemas de control, los avances en los Su-30 y Su-35 corrigieron estos problemas, aumentando la fiabilidad operativa de ambas aeronaves.

El desarrollo de estos modelos garantizó no solo una mayor estabilidad en vuelo, sino también una mejor interfaz de cabina con pantallas multifunción, optimizando la interacción del piloto con los sistemas de combate.
El Su-37 como punto de partida para la aviación rusa
Si el Su-37 hubiera seguido en desarrollo, es posible que hoy integrara armamento como misiles hipersónicos y tecnología furtiva con una sección radar (RCS) de 1-2 m². Sin embargo, su cancelación permitió centrar esfuerzos en el Su-30 (más de 500 unidades en servicio) y el Su-35 (más de 120 unidades operativas), que se convirtieron en piezas clave para la Fuerza Aérea Rusa.
El Su-35, conocido como “Flanker-E+”, es el resultado directo de las lecciones aprendidas del Su-37. Su combinación de maniobrabilidad, potencia y fiabilidad lo convirtió en un modelo altamente exitoso en el mercado internacional, con clientes como China e India.
El fallo en el sistema de control del Su-37 marcó su fin, pero su legado sigue vivo en cada maniobra del Su-30 y Su-35. Lo que comenzó como un fracaso terminó por definir el futuro de la aviación de combate rusa, consolidando estos modelos como los principales exponentes de la industria aeronáutica de Rusia en 2025.