Lockheed Martin presentó el FB-22 derivado del F-22 para capacidad intermedia. La Fuerza Aérea lo evaluó y lo relegó tras la Revisión Cuatrienal de 2006.
Origen del FB-22, solicitud de información y giro tras la QDR 2006
Lockheed Martin presentó a comienzos de la década de 2000 el concepto FB-22, citado en algunos artículos de divulgación como T-Rex, como derivado del F-22 Raptor para una función de bombardero medio de baja observación. Su objetivo consistió en cubrir una capacidad intermedia entre la flota de bombarderos existente y un futuro sistema de ataque de largo alcance. La Fuerza Aérea de Estados Unidos emitió el 29 de abril de 2004 una petición de información.
Tras la Revisión Cuatrienal de Defensa de 2006, el esfuerzo se orientó hacia un nuevo bombardero penetrante con entrada en servicio en 2018. Esa directriz redistribuyó prioridades y relegó el concepto FB-22 en la lista de programas. La Fuerza Aérea incluyó la hipótesis del bombardero intermedio en análisis de alternativas con objetivo de alcanzar largo alcance en el menor plazo mientras evaluaba respuestas industriales remitidas a la solicitud de 2004 por parte de la industria.
El planteamiento definió al FB-22 como bombardero regional, categoría intermedia que no igualó los radios de combate de los B-52, B-1B o B-2. En su lugar, propuso baja observación, mayor alcance que un caza y elevada persistencia para apoyar fuerzas en profundidad. El general John P. Jumper resumió tres rasgos: más de treinta bombas de diámetro reducido, un alcance aproximado de mil seiscientas millas y supercrucero con margen de maniobra para la autoprotección.
El itinerario programático cambió con esa guía. La Revisión Cuatrienal de Defensa priorizó modernizar B-52, B-1 y B-2 y ordenar el desarrollo de una capacidad de ataque terrestre penetrante de largo alcance para 2018. Las propuestas intermedias basadas en plataformas tácticas perdieron prioridad. A partir de esa directriz, la Fuerza Aérea orientó recursos hacia el esfuerzo que evolucionó en el Bombardero de Ataque de Largo Alcance y, posteriormente, en el B-21 Raider.

Puntos clave de carga, alcance y configuración del FB-22
- Radio máximo cercano a mil ochocientas millas náuticas en crucero subsónico optimizado.
- Referencia de la Fuerza Aérea alrededor de mil seiscientas millas terrestres con persistencia.
- Carga furtiva aproximada de quince mil libras y hasta treinta mil sin sigilo.
- Al menos treinta y cinco SDB de doscientas cincuenta libras y dos bombas de dos mil libras.
- Comunalidad de equipos y programas cercana al ochenta y cinco por ciento con el F-22.
Diseño, evolución aerodinámica y modificaciones furtivas del FB-22
Entre 2001 y 2004, Lockheed Martin ajustó el concepto. Pasó de una solución con fuselaje alargado a otra que conservó el fuselaje del F-22 y adoptó un ala delta recortada de mayor superficie. Esa elección buscó triplicar el alcance y aumentar de forma significativa el volumen de combustible y la carga de armas, con la contrapartida de limitar el factor de carga a seis g y reducir la velocidad máxima a aproximadamente Mach 1,92.

Según la empresa, mantener el fuselaje original evitó un incremento relevante de coste e hizo posible integrar la variante en la misma línea de montaje, con una comunalidad de equipos y programas cercana al ochenta y cinco por ciento respecto a las versiones avanzadas del Raptor. Ese enfoque buscó acortar plazos y reducir riesgos de integración mediante reutilización de aviónica, radar, motores y procesos probados en el programa F-22. La Fuerza Aérea consideró una cabina biplaza.
El diseño priorizó compatibilidad entre baja observación y una carga de combate superior a la del caza base. Lockheed Martin propuso tres medidas principales: abombar las puertas de la bodega ventral para alojar bombas de dos mil libras a cada lado; incorporar contenedores alares de armas de geometría facetada con baja firma radar y capacidad de hasta cinco mil libras por estación; y utilizar las bodegas laterales para municiones adicionales de precisión.
En conjunto, esas modificaciones elevaron la carga en configuración furtiva a unas quince mil libras y, sin requisitos de sigilo, a unas treinta mil libras. Con esa arquitectura, el FB-22 transportaba al menos treinta y cinco bombas de diámetro reducido de doscientas cincuenta libras y dos bombas de dos mil libras en la bodega ventral modificada, lo que superó de forma notable la capacidad interna del F-22, según la empresa.
Alcance operativo, costes, debate estratégico y cierre del programa

Los puntos alares internos admitían módulos con capacidad de dos mil doscientos setenta kilogramos cada uno, con posibilidad de alojar hasta seis bombas de diámetro reducido por lado. La estación alar externa admitía un depósito de combustible o un misil de ataque a distancia con baja observación, como una versión avanzada del AGM-158 JASSM. La propuesta mantuvo dos misiles AIM-120 para autoprotección y reservó margen de maniobra suficiente para operar en entornos disputados.
La empresa y la Fuerza Aérea consideraron una cabina biplaza para repartir la carga de trabajo en vuelos de larga duración y para funciones de oficial de sistemas de armas. El programa F-22 exploró esa opción en fases tempranas y la descartó por motivos presupuestarios. Diversas comunicaciones internas situaron una capacidad operativa inicial alrededor de 2015 si existía decisión temprana, con hipótesis de producción plena a partir del ejercicio 2011 bajo financiación adelantada.
Las cifras de coste circularon con carácter indicativo. Documentos del Congreso y análisis especializados recogieron estimaciones desde mil millones de dólares para el desarrollo del fuselaje hasta proyecciones que, apoyadas en la comunalidad de sistemas, situaron el desarrollo global muy por debajo del de un bombardero de nuevo diseño. La ausencia de partidas específicas en los presupuestos del F-22 y la inexistencia de una línea dedicada mantuvieron esas cifras en el terreno de la proyección.
El debate estratégico condicionó la iniciativa. Parte del liderazgo sostuvo que un bombardero regional con sigilo, velocidad supersónica parcial y persistencia ofrecería respuesta rápida; otros señalaron menor carga y radio y dependencia del reabastecimiento. Publicaciones técnicas describieron variantes con ala delta agrandada y, en algunas, sin estabilizadores, bajo el criterio de que el aumento de alcance y volumen dependía sobre todo del ala. James Roche mencionó ciento cincuenta unidades. El apodo T-Rex no tuvo adopción oficial.
