En una reveladora conversación en el año 2019 durante el Fighter Pilot Podcast, el coronel retirado de la Fuerza Aérea de los EE. UU., Terry “Stretch” Scott, compartió una perspectiva fascinante sobre el caza F-22 Raptor de Lockheed Martin: “Puedes hacer lo que quieras con los controles de vuelo… la entrada original del control de vuelo en el -1 [manual] era: «Puedes volar este avión con un abandono imprudente»”.
Esta capacidad refleja la excepcional maniobrabilidad y el diseño sofisticado del Raptor, que ha establecido un dominio en los cielos desde el comienzo del programa en los años ochenta, realizando su primer vuelo en 2005 y su posterior despliegue global.
A pesar de su predominio, la producción del Raptor se limitó a menos de 200 unidades, con planes de retirada gradual en las próximas décadas. La trayectoria del Raptor ilustra una dualidad de fortalezas impactantes y debilidades críticas.
Características del F-22 | Detalles |
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Tripulación | 1 |
Longitud | 62 ft 1 in (18.92 m) |
Envergadura | 44 ft 6 in (13.56 m) |
Velocidad máxima | Mach 2.25, 1,500 mph (2,414 km/h) en altitud elevada / Mach 1.21, 800 nudos (921 mph; 1,482 km/h) a nivel del mar |
Alcance | 1,600 NM (1,800 mi, 3,000 km) o más con 2 tanques de combustible externos |
Perfeccionamiento aéreo y el crepúsculo de un cazador
La primera y más palpable fortaleza del F-22 Raptor, que ha sido demostrada en exhibiciones aéreas y secuencias impresionantes a nivel mundial, es su supermaniobrabilidad.
Gracias a sus dos motores turbofan de Pratt & Whitney, capaces de vectorizar el empuje hasta en 20 grados, el Raptor ofrece un control supremo a bajas velocidades y altos ángulos de ataque. Esta capacidad se ve reforzada por su sistema de control de vuelo inteligente que ajusta automáticamente las superficies de control según el perfil de vuelo, haciendo del F-22 un formidable competidor en combates aéreos cercanos.
Sin embargo, paradójicamente, el diseño del Raptor no contempla el combate cercano como su modo preferente de enfrentamiento. Su característica más crucial, el sigilo, es considerado su mayor activo.
Según la revista Airman, el Raptor posee una sección transversal de radar comparable a la de un abejorro, haciéndolo prácticamente invisible ante los radares de alta frecuencia de los cazas enemigos. Los materiales absorbentes de radar y su diseño geométrico meticuloso permiten al Raptor golpear primero en cualquier duelo aire-aire, y mucho antes de ser visible.
Las armas del Raptor, específicamente seis misiles AIM-120 AMRAAM y dos AIM-9 Sidewinder, son almacenadas internamente en compartimentos sellados que conservan la baja visibilidad radar del caza. Estos compartimentos solo se abren para lanzar un misil, manteniendo intacta su capacidad de sigilo.
El sigilo del Raptor se ve complementado por su capacidad de supercrucero, que le permite navegar a velocidades supersónicas sin necesidad de postquemadores. Alcanzando velocidades de Mach 1.6 y casi indetectable, el F-22 es capaz de cerrar rápidamente la distancia con sus adversarios, dejándolos en una posición vulnerable sin saber cuándo defenderse o contraatacar.
Esta habilidad permite al Raptor coordinar múltiples soluciones de ataque mucho antes de que el enemigo pueda detectar su presencia.
Armamento del F-22 | Detalles |
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Cañones | 1× cañón rotativo Vulcan M61A2 de 20 mm, 480 rondas |
Bahías internas de armas |
Configuración aire-aire: 6× AIM-120C/D AMRAAM o 4× AIM-120A/B AMRAAM más 2× AIM-9M/X Sidewinder. Configuración aire-tierra: 2× JDAM de 1,000 lb (450 kg) o 8× GBU-39 SDB de 250 lb (110 kg) y 2× AIM-120 AMRAAM y 2× AIM-9 Sidewinder |
Puntos de anclaje externos | 4× estaciones de pilones bajo el ala pueden ser equipadas para llevar armas, cada una con una capacidad de 5,000 lb (2,270 kg) o tanques de caída de 600 galones estadounidenses (2,270 L) más 4× AIM-120 AMRAAM (externos) |
Cuestionamientos financieros y estratégicos en la era del F-22 Raptor
Entonces, con semejante amalgama de poder, velocidad, sigilo y tecnología avanzada, surge la pregunta inevitable: ¿por qué el ejército de los EE. UU. está retirando gradualmente su inversión en el programa F-22? La respuesta yace en una cuestión de desafortunado momento histórico.
Durante los estertores de la Guerra Fría, cuando el programa de Caza Táctico Avanzado estaba en desarrollo, la Fuerza Aérea de EE. UU. anticipaba la necesidad de un caza capaz de enfrentarse en igualdad de condiciones en un escenario de combate convencional sobre Europa del Este. Las especificaciones del F-22 fueron diseñadas para cumplir con esta necesidad, y el pedido inicial de 750 unidades reflejaba la tensión geopolítica del momento.
Sin embargo, la orientación estratégica cambió drásticamente con la Guerra Global contra el Terrorismo, desplazando el foco del Departamento de Defensa a lo largo de los quince años siguientes. Los adversarios de Estados Unidos en la década de 2000 no contaban con cazas de quinta generación, ni siquiera con capacidades aéreas comparables.
En 2006, la Oficina de Rendición de Cuentas del Gobierno (GAO) encontró complicado justificar una inversión adicional de 4.400 millones de dólares para el desarrollo continuo del programa y recomendó posponerlo hasta que se identificara una opción más viable. El pedido inicial se redujo primero a 381 y finalmente quedó en 195 unidades, de las cuales 183 F-22 permanecen en servicio activo.
Esta reducción dramática y la prohibición de exportar la tecnología avanzada del F-22 a cualquier otra nación exacerbó una de sus mayores debilidades: el costo prohibitivo. Al no haber una economía de escala, el mantenimiento y la producción del avión se vuelven exorbitantemente caros. Las líneas de producción, que cerraron a mediados de la década de 2000, requerirían una inversión colosal para ser restablecidas, y las piezas de repuesto son difíciles de adquirir fuera de estas líneas.
A día de hoy, la Fuerza Aérea estima el costo de cada F-22 en 143 millones de dólares, considerablemente más alto que los 78 millones de dólares que cuesta un F-35A, según datos de Forbes. El F-35A, también producido por Lockheed Martin, ofrece una alternativa menos costosa y más común. Los costos de mantenimiento de la flota de F-22 solo aumentarán, según indicó el teniente general Richard Moore en 2023.
Los 32 F-22 más antiguos, equipados con el software Block 20, podrían requerir inversiones de hasta 7.000 millones de dólares para su mantenimiento y actualización al final de esta década. Según Moore, esos recursos podrían ser más eficientemente asignados al F-35 o al programa de Dominio Aéreo de Próxima Generación (NGAD).
Desafíos técnicos y estratégicos de la Flota F-22 en la era moderna
La flota envejecida de F-22 enfrenta desafíos significativos debido a su diseño original de la década de 1990. A pesar de que la tecnología de focalización ha sido actualizada regularmente, incluyendo la reciente construcción del Bloque 35, la revista de las Fuerzas Aéreas y Espaciales señala la falta de un sistema integrado que permita a los F-22 y F-35 compartir directamente datos de orientación y situación con el resto de la fuerza aérea.
En algún momento, la reconstrucción de la aviónica del F-22 dejará de ser económicamente viable debido a estos costes incrementales y a la obsolescencia tecnológica.
Además, el F-22 fue diseñado para enfrentar aviones soviéticos sobre Europa del Este, dentro del alcance de las instalaciones aliadas. Sin embargo, los futuros conflictos podrían desarrollarse a cientos o miles de kilómetros de las bases terrestres, en un espacio aéreo y ciberespacio altamente disputados.
En estos entornos, el reabastecimiento de combustible aire-aire representa un riesgo considerable, y el uso de cápsulas de combustible externas aumenta la visibilidad radar del avión. Aunque la capacidad de combustible del F-22 es superior a la de muchos cazas comparables, aún es insuficiente para cumplir con los nuevos requisitos estratégicos.
El amanecer de la sexta generación: Perspectivas del NGAD
Ante la necesidad de una plataforma de combate aéreo de sexta generación, el Departamento de Defensa de EE. UU. inició el programa de Dominio Aéreo de Próxima Generación (NGAD) en 2014. Este programa busca reemplazar al F-22 y al F-15EX, posicionándose como el sistema aire-aire predominante en el arsenal estadounidense.
NGAD pretende desarrollar una aeronave tripulada aún más sigilosa, complementada con “pilotos” no tripulados, sensores de mayor alcance y un sistema unificado de comunicación y focalización. Además, promete mayor modularidad y facilidad de actualización en comparación con los sistemas existentes.
A pesar de ser un objetivo a largo plazo, el F-22 ha recibido inversiones recientes importantes destinadas a reforzar el programa y mantener su superioridad aérea. Las innovaciones incluyen cápsulas de combustible externas de bajo perfil y mejoras en los sistemas de comunicación, que han demostrado ser efectivas ante las debilidades significativas del F-22.
Estas actualizaciones aseguran que el F-22 continúe siendo una herramienta vital en el arsenal de combate aéreo de EE. UU., manteniéndose relevante hasta que la próxima generación de tácticas de guerra evolucione en el siglo XXII.