El reciente paquete de asistencia militar de Francia a Ucrania no contempla el envío de los aviones de combate Dassault Rafale. Esta información fue confirmada el 14 de octubre por el ministro de Defensa francés, Sébastien Lecorneux, quien respondió a preguntas sobre la eventualidad de enviar estos avanzados aviones a Kiev.
Según un artículo publicado por Le Monde, asesores del presidente Emmanuel Macron habían considerado la opción de retirar aviones Rafale de la Fuerza Aérea francesa para enviarlos a Ucrania. No obstante, Lecorneux se opuso firmemente a esta propuesta, resaltando las complicaciones involucradas en tal decisión.
La idea de enviar aviones Rafale a Ucrania no es nueva; en marzo de 2021, antes de la invasión rusa, Macron había discutido la posibilidad de vender estos aviones durante un encuentro con el presidente Volodymyr Zelensky, considerándolo una de las prioridades de su gobierno.
La negativa de Francia a enviar aviones Rafale a Ucrania se basa en varios factores. Primero, existen limitaciones tanto estratégicas como de producción que complican el suministro. La capacidad de producción de Francia para nuevos aviones Rafale está actualmente en su máxima capacidad, y desviar aeronaves a Ucrania podría afectar los contratos establecidos con otros países como India y Qatar.
Además, se teme que el envío de los Rafale pudiera alterar el equilibrio de fuerzas en la guerra actual, considerando los altos riesgos operativos y la falta de control total sobre el espacio aéreo. Tanto Ucrania como Rusia no han logrado asegurar completamente sus cielos, lo que ha generado un entorno de combate caracterizado por el uso intensivo de misiles antiaéreos y otros sistemas de defensa aérea.
Expertos en defensa en Francia han manifestado su escepticismo respecto a la efectividad del uso de estos aviones por parte de las fuerzas armadas ucranianas, dada la complejidad de las condiciones en el frente y el potencial de una escalada en la situación.
Aviones de combate Dassault Rafale: creciente demanda global en dos años
En los últimos dos años, el Dassault Rafale ha consolidado su reputación como un avión de combate altamente demandado, logrando competir con modelos avanzados como el F-35. Entre 2022 y octubre de 2024, diversos países han confirmado la adquisición de aviones Rafale, con la mayoría de los acuerdos en proceso o próximos a materializarse.
India es un ejemplo destacado, ya que ha firmado un contrato por la compra de 36 aviones Rafale adicionales, elevando el total entregado desde 2020 a 36 unidades. Emiratos Árabes Unidos también confirmó un pedido de 80 aviones en 2021, con algunas entregas ya en curso desde 2022.
En cuanto a Egipto, ha formalizado un contrato para adquirir 30 aviones Rafale, cuyas entregas están programadas para comenzar a principios de 2022. Por otro lado, Grecia ha completado la compra de 24 aviones, mientras que Qatar ha solicitado 36, con entregas previstas para finales de 2022. Asimismo, Croacia cerró un contrato para la adquisición de 12 Rafale en 2021, y Serbia se convierte en el último país en incorporar este destacado caza francés.
Aún hay naciones que continúan las negociaciones para la compra del Rafale. Por ejemplo, Perú está en conversaciones para adquirir 24 aviones, mientras que Argentina e Indonesia han manifestado su interés, aunque aún no han formalizado pedidos. En paralelo, Ucrania recibirá aviones Mirage 2000-5 de Francia.
Si bien estos aviones no son tan avanzados como el Rafale, su contribución es significativa para fortalecer la efectividad del combate aire-aire en Ucrania. Los Mirage, cuya entrega está proyectada para principios de 2025, incorporan sistemas avanzados de guerra electrónica que mejorarán su capacidad de supervivencia en contextos de combate intensos.
El Mirage 2000-5 representa la versión más reciente de este caza francés, que cuenta con un radar optimizado y la capacidad de utilizar municiones de precisión, como los misiles de crucero SCALP-EG, que ya se encuentran en posesión de las fuerzas ucranianas.
El Mirage 2000-5: papel clave en la defensa aérea de Ucrania
El Mirage 2000-5, aunque no está concebido para batallas directas con los cazas rusos Su-35, se anticipa que sobresalga en la defensa contra misiles de crucero y drones. También será útil para el ataque a objetivos en tierra mediante el uso de diferentes municiones aire-tierra. Esta especialización lo transforma en un recurso significativo para Ucrania, particularmente en un conflicto donde la defensa aérea resulta ser fundamental.
No obstante, los especialistas advierten que el Mirage 2000-5 presenta un rango de intervención limitado en comparación con el F-16 estadounidense, ya que su alcance máximo de misiles oscila entre los 60 y 80 kilómetros para el combate aire-aire.
Por otro lado, el F-16 tiene la capacidad de lanzar misiles con un alcance de hasta 160 kilómetros, lo que le otorga la ventaja de atacar al adversario desde distancias más extensas. A pesar de estas limitaciones inherentes, el Mirage 2000-5 se encuentra en condiciones de desempeñar un papel esencial en el refuerzo de las defensas aéreas de Ucrania a medida que se desarrolla la situación de la guerra.