El Ministerio de las Fuerzas Armadas anunció el 5 de septiembre de 2025 la modernización del radar Nostradamus en respuesta a las amenazas balísticas e hipersónicas derivadas de la guerra en Ucrania. La medida busca dotar a Francia de herramientas capaces de rastrear trayectorias de misiles a gran velocidad y reducir la dependencia de los sistemas de alerta temprana estadounidenses en un marco europeo más autónomo.
El radar está ubicado en Eure-et-Loir y ocupa doce hectáreas. Se estructura en tres ramas de antenas con túneles de 140 metros cada uno. Desarrollado por el Laboratorio Aeroespacial Francés (ONERA), opera en alta frecuencia mediante reflexión ionosférica. Las señales se proyectan hacia la ionosfera, a más de 60 kilómetros de altitud, y permiten una vigilancia que supera la línea de visión y cubre miles de kilómetros desde el Alto Norte hasta los Urales sin necesidad de rotación mecánica.
Nostradamus utiliza modos monoestáticos y biestáticos para detectar aviones, misiles balísticos de ojivas múltiples, misiles hipersónicos con velocidades superiores a Mach 5 y globos de gran altitud. Su cobertura abarca desde el nivel del suelo hasta los 250 kilómetros de altura, con un volumen de vigilancia de millones de kilómetros cúbicos. El sistema recibe una inversión de 50 millones de euros destinada a incrementar su precisión y a integrarlo en una arquitectura europea de alerta temprana.
La cobertura transhorizonte del radar permite identificar amenazas aéreas convencionales y de alta velocidad, así como objetos no tradicionales en la estratósfera. El dispositivo mantiene un seguimiento constante del espacio aéreo y amplía la capacidad de reacción ante emergencias. Con esta tecnología, Francia busca reforzar el tiempo disponible para implementar medidas defensivas frente a la aparición de misiles avanzados y sistemas de ataque a gran altitud.
El general Alexis Rougier, del Estado Mayor de la Fuerza Aérea y Espacial, afirmó que “con Nostradamus, estamos entrando en la era de la defensa antiaérea extendida, desde el suelo hasta el espacio, gracias al pilar de detección”. El ministro de las Fuerzas Armadas, Sébastien Lecornu, agregó que representa “el primer bloque de construcción de alerta temprana que estamos tratando de establecer con los europeos”.
El proyecto avanza con una asignación inicial de 2 millones de euros incluida en la ley de programación militar, destinada a experimentación y adaptación tecnológica. El acuerdo firmado el 4 de septiembre entre la Agencia de Innovación de Defensa y ONERA marca el inicio de esta fase. Los objetivos prioritarios consisten en aumentar la fiabilidad, mejorar la precisión de los datos y asegurar la integración del sistema en las estructuras de defensa europeas.
La diversificación de amenazas aéreas de alta velocidad obliga a mantener una vigilancia constante. Según un portavoz de la Dirección de Inteligencia Militar, los misiles modernos reducen el tiempo de reacción a pocos minutos, lo que exige un sistema capaz de combinar rapidez y cobertura. Francia considera la modernización del radar como un paso fundamental para consolidar una red de detección propia frente a la evolución de armamentos cada vez más complejos.
La iniciativa tiene un alcance europeo. París busca fortalecer la autonomía tecnológica y estratégica mediante un radar único en la región, con capacidad de detectar y seguir trayectorias de misiles hipersónicos y balísticos. El programa representa un componente central para dotar a Francia y sus aliados de herramientas de alerta temprana independientes y con mayor margen de reacción frente a escenarios de amenaza en altitudes muy altas.