La Fuerza Aérea de EE. UU. recomendó no continuar con el avión cisterna furtivo NGAS, mientras que el caza de sexta generación NGAD recibió aprobación tras un extenso análisis.
El caza NGAD avanza, pero el NGAS enfrenta cancelación
Tras meses de evaluación, la Fuerza Aérea de EE. UU. tomó decisiones clave sobre dos costosos programas en desarrollo. Mientras el caza furtivo de sexta generación NGAD recibió luz verde, el avión cisterna furtivo NGAS podría quedar descartado.
Ambos programas fueron examinados en conjunto debido a sus costos y posible impacto en la estrategia de combate. La viabilidad del NGAS dependía de la necesidad de extender el alcance de aeronaves furtivas actuales. Sin embargo, con el NGAD en desarrollo, la urgencia de contar con aviones cisterna furtivos disminuye.
El despliegue de grandes cisternas furtivas habría sido crucial si la USAF no apostaba por un caza avanzado de largo alcance. Ahora, la estrategia parece centrarse en el NGAD y en una flota de KC-46 Pegasus para mantener la capacidad de reabastecimiento.
La estrategia de reabastecimiento aéreo toma otro rumbo
El concepto de reabastecimiento aéreo de supervivencia busca dificultar la detección y ataque de cisternas convencionales en escenarios de combate. Con el NGAD en desarrollo y una flota de aviones cisterna tradicionales, la USAF planea complicar la capacidad del enemigo para rastrear y atacar estos objetivos a grandes distancias.

El mayor general Joseph Kunkel, director de Diseño de Fuerzas e Integración del Pentágono, explicó que la estrategia no se limita al NGAS. “Podemos atacar varias superficies de ataque para garantizar un reabastecimiento seguro”, afirmó. “NGAS podría ser una opción, pero hay otras formas de reducir la amenaza enemiga”.
Factores que influyeron en la decisión sobre el NGAS
- El desarrollo del caza furtivo NGAD reduce la necesidad de un avión cisterna furtivo.
- La flota de KC-46 Pegasus sigue en expansión y cubriría las necesidades de reabastecimiento.
- Se buscan alternativas más económicas, como el uso de drones cisterna MQ-25 Stingray.
- El alto costo del programa NGAS lo hizo menos viable dentro del presupuesto militar.
Posible impacto en el presupuesto de defensa
Aunque la Fuerza Aérea recomendó no continuar con el NGAS, la decisión aún no es definitiva. Las conclusiones podrían cambiar, como ha ocurrido en otras ocasiones, por ejemplo, con los intentos fallidos de retirar el A-10 Thunderbolt II.
La propuesta presupuestaria para el año fiscal 2026 aún se está definiendo, y el gobierno de EE. UU. deberá considerar el impacto del análisis militar en las solicitudes de fondos. La aprobación del NGAD y la posible cancelación del NGAS influirán en la estrategia de defensa futura.
El origen del programa NGAS y su evolución
El programa NGAS tuvo sus primeros avances en 2006, cuando la Fuerza Aérea inició el proceso de renovación de su flota de aviones cisterna. El objetivo era reemplazar alrededor de 400 unidades del KC-135 en tres fases.
El primer paso, denominado KC-X, consistió en una competencia entre fabricantes. Inicialmente, el contrato fue otorgado al KC-45 de Northrop Grumman/EADS, basado en el Airbus A330 MRTT. Sin embargo, la decisión se revocó y el contrato fue adjudicado al Boeing KC-46 Pegasus, con la compra de 179 unidades.
Con la Fuerza Aérea enfocada en el NGAD y en otras opciones de reabastecimiento, el destino del NGAS parece cada vez más incierto.

El KC-Y y la evolución del programa de aviones cisterna
El siguiente paso en la modernización de la flota de aviones cisterna de la Fuerza Aérea de EE. UU. fue el contrato KC-Y, adjudicado a Boeing para adquirir 140 fuselajes adicionales del KC-46 Pegasus. Esta versión incorporó mejoras en la supervivencia para operar en entornos de mayor riesgo.
El reemplazo final de los KC-135 estaba previsto en la fase KC-Z, que inicialmente contemplaba un avión cisterna furtivo de gran tamaño con un diseño de ala voladora o mixta. Con el tiempo, este concepto evolucionó hasta convertirse en el programa NGAS, cuya misión era operar más cerca de las líneas del frente para mejorar el apoyo a los aviones de combate, mientras que los cisternas tradicionales permanecerían a mayor distancia.
Roles planificados para la flota de reabastecimiento aéreo
Dentro del programa NGAS, la Fuerza Aérea propuso tres tipos de aviones cisterna con distintos niveles de capacidad. El primer grupo lo conformarían aeronaves convencionales como el KC-46, encargadas de la mayoría de las misiones de reabastecimiento en entornos seguros.
El segundo tipo incluiría aviones con autoprotección mejorada, capaces de operar más cerca del combate gracias a una mayor capacidad de supervivencia y conectividad. Por último, el KC-Z estaría diseñado para volar junto a los aviones de combate en misiones de alto nivel, lo que requería mayor protección y tecnología avanzada para contrarrestar las amenazas enemigas.
Factores que complicaron el desarrollo del NGAS
- El alto costo del diseño furtivo y su mantenimiento complejo.
- Una capacidad de carga limitada en comparación con aviones cisterna tradicionales.
- Compromisos presupuestarios con otros programas prioritarios, como el B-21 Raider y el misil Sentinel.
- El desarrollo simultáneo de drones cisterna como el MQ-25 Stingray, que podrían cumplir parte del rol del NGAS.

Presupuesto y prioridades de la Fuerza Aérea
El alto costo de desarrollar un avión cisterna furtivo generó dificultades en su financiamiento. Los gastos en nuevas armas hipersónicas, la sustitución del Minuteman III por el Sentinel y la compra de bombarderos B-21 ya presionan el presupuesto de defensa.
Además, la Fuerza Aérea debe financiar el programa NGAD y el desarrollo de nuevas plataformas no tripuladas, como los futuros CCA (Collaborative Combat Aircraft). En este contexto, mantener un programa costoso como el NGAS se volvió poco viable.
Posibles alternativas al avión cisterna furtivo

La cancelación del NGAS deja abierta la posibilidad de que la Fuerza Aérea adopte otras soluciones para el reabastecimiento aéreo. Una opción sería ampliar la flota del KC-46 Pegasus con más unidades. Otra posibilidad es realizar una nueva competencia para desarrollar un avión cisterna de mayor tamaño, que pueda ocupar el lugar del KC-10.
Asimismo, la integración de drones cisterna como el MQ-25 Stingray podría complementar la flota tripulada. Finalmente, la Fuerza Aérea podría decidir retrasar indefinidamente la adquisición de un cisterna furtivo, priorizando otros programas estratégicos en el corto plazo.