El Ministerio de Defensa británico implementa recortes y revisa programas clave, alineando decisiones militares con objetivos económicos y estrategias de largo plazo.
Detalles sobre perspectiva británica ante el GCAP
- Recortes presupuestarios afectan proyectos de defensa en Reino Unido
- Programas estratégicos y su relevancia económica
- Decisiones de recorte y su impacto en las fuerzas armadas
- Perspectivas para la estrategia militar del Reino Unido
- Equipamiento anticuado y desafíos en la Marina Real
- Planes para la Marina Real en el Indopacífico
- El impacto económico del programa Tempest
- Críticas y retos del programa GCAP
Recortes presupuestarios afectan proyectos de defensa en Reino Unido
Las políticas de defensa del Reino Unido están influenciadas cada vez más por factores económicos y la necesidad de preservar empleos asociados a ciertos programas. Desde finales de octubre, cuando se presentó el presupuesto del gobierno, el Ministerio de Defensa ha iniciado medidas de reducción de costos que impactan proyectos importantes.
El 21 de noviembre, durante su primera comparecencia ante el recién constituido Comité Selecto de Defensa, el secretario de Estado de Defensa, John Healey, ofreció declaraciones sobre un programa insignia de la Marina Real. Healey describió la situación de los portaaviones de clase Queen Elizabeth, afirmando que “están bajo escrutinio, pero no en peligro”. No obstante, evitó dar detalles concretos hasta que se presenten los resultados de la próxima Revisión Estratégica de Defensa (SDR).
Según Healey, “las decisiones que tendremos que tomar se basarán en el análisis de los revisores cuando presenten su informe”. Este informe, programado para la primavera de 2025, evaluará las capacidades y estrategias generales de las Fuerzas Armadas del Reino Unido. Los dos portaaviones, en servicio desde 2017 y 2019, podrían enfrentar modificaciones en su rol estratégico.
Programas estratégicos y su relevancia económica
A diferencia de los portaaviones, el Programa Aéreo de Combate Global (GCAP), destinado a desarrollar un avión de combate tripulado de sexta generación, se mantiene como una prioridad estratégica. Funcionarios del Ministerio de Defensa lo consideran esencial no solo por su valor militar, sino también por su impacto en la economía nacional.
En una declaración escrita al Parlamento el 25 de noviembre, la ministra de Adquisiciones de Defensa e Industria, Maria Eagle, destacó los beneficios económicos del programa. Según Eagle, este sector genera empleos altamente calificados y será clave en la futura Estrategia Industrial de Defensa, que buscará retener y atraer talento en colaboración con la industria y el gobierno.
- El GCAP asegura puestos de trabajo especializados en todo el país.
- La estrategia buscará fomentar una fuerza laboral calificada a largo plazo.
- Se trabajará estrechamente con socios de la industria y organismos de capacitación para desarrollar habilidades esenciales.
Estos esfuerzos reflejan el interés del gobierno por alinear los objetivos de seguridad nacional con el crecimiento económico, asegurando que los programas de defensa contribuyan tanto a la protección como a la prosperidad del Reino Unido.
Decisiones de recorte y su impacto en las fuerzas armadas
El 20 de noviembre, John Healey presentó en el Parlamento medidas de ahorro que incluyen la eliminación de plataformas y programas considerados menos esenciales. Estas decisiones buscan reducir gastos, aunque podrían generar nuevos desafíos estratégicos.
Entre los recortes anunciados se incluyen:
- El fin del programa de vehículos aéreos tácticos no tripulados Watchkeeper, considerado casi obsoleto.
- El retiro de una fragata Tipo 23 de la Marina Real.
- El desmantelamiento de dos buques de asalto anfibio de clase Albion.
Healey justificó estas decisiones afirmando que permitirán ahorrar hasta 500 millones de libras esterlinas (equivalentes a 629,2 millones de dólares) en los próximos cinco años. Sin embargo, advirtió que esta medida disminuirá la capacidad militar en un contexto de creciente tensión en Europa, especialmente ante la guerra en Ucrania.
A pesar de la magnitud de estos recortes, Healey subrayó que las decisiones fueron consultadas con los revisores del SDR y respaldadas por los altos mandos militares. Según sus palabras, “son decisiones de sentido común, aunque no se ha presentado una alternativa clara para cubrir las lagunas que estas medidas puedan generar”.
Perspectivas para la estrategia militar del Reino Unido
El futuro de las capacidades militares británicas dependerá en gran medida de los resultados de la próxima Revisión Estratégica de Defensa. Este análisis determinará las prioridades estratégicas y económicas del Reino Unido en un entorno global cada vez más incierto.
Mientras los portaaviones Queen Elizabeth permanecen bajo análisis, programas como el GCAP se presentan como pilares del enfoque gubernamental para integrar la defensa y el desarrollo económico. Sin embargo, los recortes recientes plantean interrogantes sobre cómo el Reino Unido gestionará su masa crítica militar y sus recursos estratégicos en los próximos años.
Equipamiento anticuado y desafíos en la Marina Real
Los soldados, marineros y aviadores británicos enfrentan dificultades debido al uso de equipos antiguos. Según declaraciones recientes, “los ministros conservadores anteriores no quisieron tomar decisiones difíciles sobre el desmantelamiento”, lo que ha dejado a las fuerzas armadas estancadas con recursos obsoletos.
Los problemas persistentes con los dos portaaviones de clase Queen Elizabeth generan inquietud. Ambos sufren fallas mecánicas que han requerido reparaciones, lo que podría llevar a que cada buque sea colocado en “preparación extendida”, una forma de desmantelamiento encubierto. Además, la inactividad relativa de estos portaaviones ha sido notoria, incluso durante eventos recientes en el mar Rojo, donde se usaron destructores Tipo 45 en lugar de ellos.
- Los destructores Tipo 45 han interceptado numerosos drones y misiles hutíes en ataques contra buques civiles.
- La ausencia de los portaaviones Queen Elizabeth en la región, a pesar de su proximidad, ha llamado la atención.
El enfoque operativo parece haber desplazado el papel central de los portaaviones. En una respuesta escrita el 22 de noviembre, un alto funcionario del Ministerio de Defensa elogió la credibilidad de los combatientes Tipo 23 y Tipo 45, sin mencionar a los portaaviones como parte esencial del ataque estratégico del Reino Unido.
Planes para la Marina Real en el Indopacífico
Bajo la administración conservadora anterior, Gran Bretaña organizó un grupo de ataque de portaaviones que se desplegará en 2025. Este será liderado por el HMS Prince of Wales, el segundo portaaviones de la clase Queen Elizabeth. La flota, que incluirá activos navales de la Marina Real Noruega, se enviará al Indopacífico para colaborar con aliados y socios en la región.
Este despliegue refuerza el compromiso del Reino Unido de mantener presencia estratégica en regiones clave. Sin embargo, las limitaciones actuales en la operatividad de sus portaaviones siguen siendo motivo de preocupación.
El impacto económico del programa Tempest
El programa Tempest, también conocido como GCAP, representa un esfuerzo monumental para desarrollar un avión de combate de sexta generación. Según un pronóstico citado este mes por el gobierno del Reino Unido, se espera que este programa contribuya con £26,2 mil millones a la economía británica entre 2021 y 2050.
- El programa respaldará un promedio de 21.000 empleos por año, desde su desarrollo hasta su servicio operativo.
- Se considera una pieza clave para la estrategia económica y de defensa del país.
Sin embargo, el costo unitario de cada aeronave y el tamaño del pedido total del Reino Unido permanecen sin cuantificar. Esto genera incertidumbre sobre el costo total del programa, lo que ha suscitado críticas por parte de especialistas.
Justin Bronk, experto en poder aéreo del RUSI, señaló que el Tempest compite por financiación con la necesidad de reforzar la capacidad de combate de primera línea de la RAF, lo que podría comprometer compromisos con la OTAN. Según Bronk, la financiación actual no alcanza el nivel necesario para cumplir ambos objetivos.
Críticas y retos del programa GCAP
Expertos han señalado la complejidad del programa GCAP y los riesgos asociados a su ejecución. Por ejemplo, la Fuerza Aérea de Estados Unidos ha reducido su enfoque en su propio programa de Dominio Aéreo de Próxima Generación (NGAD), mostrando las dificultades de desarrollar aviones de sexta generación.
Tristan Sauer, analista de defensa de GlobalData, comentó que el GCAP “es un programa enorme y complejo que supera las capacidades actuales que busca Estados Unidos”. Sin embargo, advirtió que este esfuerzo podría ser “un descuido arriesgado impulsado por el deseo de mantener rentabilidad en los programas británicos”.
El nuevo gobierno laborista busca equilibrar el presupuesto mientras responde al incremento en la inversión en defensa por parte de otros países europeos. Esto ha llevado a cuestionamientos sobre la sostenibilidad fiscal del GCAP, ya que domina el gasto en aviación de combate.
“No estoy seguro de que el GCAP sea la mejor canasta para invertir todos los recursos”, afirmó Sauer, destacando la necesidad de evaluar si este programa es la prioridad correcta frente a otros desafíos estratégicos.