El Pentágono recorta de 48 a 24 los F-35 solicitados para la Fuerza Aérea en 2026, lo que impacta a Lockheed Martin y aliados globales.
Recorte drástico en adquisición de F-35 para 2026
El Pentágono presentó al Congreso una solicitud de presupuesto para el año fiscal 2026 que reduce significativamente la adquisición de aviones de combate F-35 para la Fuerza Aérea de Estados Unidos. La propuesta contempla la compra de solo 24 aviones F-35A, la mitad de los 48 proyectados el año anterior. Este recorte, reportado por Bloomberg News el 10 de junio de 2025, también afecta a la Armada, con una solicitud de 12 F-35C, frente a los 17 aprobados para el año fiscal actual, y al Cuerpo de Marines, que verá una reducción de dos unidades en su variante F-35B. La decisión se enmarca en una revisión presupuestaria impulsada por la administración actual, que busca reorientar recursos hacia prioridades como la seguridad fronteriza y programas de defensa más alineados con amenazas emergentes.
El programa F-35 Joint Strike Fighter, gestionado por Lockheed Martin, es el proyecto de defensa más costoso de la historia, con un coste estimado de ciclo de vida superior a $2 billones. Iniciado en la década de 1990, el programa buscó desarrollar un caza multirol con capacidades furtivas para reemplazar flotas envejecidas de la Fuerza Aérea, la Armada y el Cuerpo de Marines. Las tres variantes del F-35 —F-35A de despegue convencional, F-35B de despegue corto y aterrizaje vertical, y F-35C para operaciones en portaaviones— se diseñaron para compartir componentes y reducir costos logísticos. Sin embargo, el programa ha enfrentado retrasos, problemas técnicos y críticas por su elevado coste. En 2024, Lockheed Martin entregó 110 aviones F-35 a Estados Unidos y sus aliados, pero las demoras en actualizaciones tecnológicas han generado preocupaciones en el Pentágono.
La reducción en la adquisición de F-35 para 2026 ha generado tensiones con el Congreso, que históricamente ha protegido el programa debido a su impacto económico. La producción del F-35, que genera aproximadamente 275.000 empleos en Estados Unidos y aporta unos $72.000 millones anuales a la economía, con proveedores distribuidos en los 50 estados. La decisión también ha inquietado a aliados internacionales como Canadá, que planea recibir 16 F-35 en 2026, y Dinamarca, donde se han expresado dudas sobre la continuidad del programa. En marzo de 2025, el ministro de Defensa, canadiense anunció una revisión de su contrato para adquirir 88 F-35, mientras que en Dinamarca, un legislador lamentó la elección del F-35 frente a alternativas europeas como el Rafale francés.
El recorte se produce en un contexto de creciente competencia en el sector aeroespacial militar. En marzo de 2025, Boeing obtuvo un contrato de más de $20.000 millones para desarrollar el caza de próxima generación F-47 bajo el programa Next Generation Air Dominance (NGAD), superando a Lockheed Martin, que también perdió una licitación para un nuevo caza basado en portaaviones de la Armada. El NGAD, diseñado para operar junto a drones y reemplazar al F-22 Raptor. La exclusión de Lockheed Martin de estos proyectos, junto con los recortes al F-35, plantea desafíos para la empresa, que depende en un 35% de las ventas internacionales de este avión.
Datos clave sobre el programa F-35 y su impacto
- Coste total estimado del programa F-35: $2 billones durante su ciclo de vida.
- Aviones entregados en 2024: 110 F-35 a Estados Unidos y aliados globales.
- Impacto económico anual en EE. UU.: $72.000 millones y 275.000 empleos.
- Reducción propuesta para 2026: De 48 a 24 F-35A para la Fuerza Aérea, 12 F-35C para la Armada, y menos dos F-35B para los Marines.
- Países aliados afectados: Canadá (88 F-35 pedidos), Dinamarca, y otros socios del programa.
Impacto en la industria de defensa y aliados
La decisión del Pentágono de reducir la compra de F-35 ha incrementado el escrutinio sobre Lockheed Martin, que enfrenta críticas por problemas de mantenimiento y fiabilidad. En abril de 2025, un informe de Bloomberg destacó que el programa F-35 ha fallado por sexto año consecutivo en auditorías de inventario de piezas de repuesto, lo que complica los esfuerzos del Pentágono para lograr una auditoría limpia para 2028. Los costos de mantenimiento, que aumentaron de $1,1 billones en 2018 a 1,58 billones en 2023, han sido un punto de controversia, con solo un 29% de los F-35 en condiciones de misión en 2023.
En el ámbito internacional, la reducción ha generado incertidumbre entre los socios del programa F-35, que incluye a países como Reino Unido, Australia, y Japón. La preocupación, que se ha visto amplificada por rumores infundados sobre un supuesto “interruptor de apagado” en los F-35, desmentidos por Lockheed Martin en marzo de 2025. Mientras tanto, competidores europeos como Dassault Aviation han aprovechado la situación para promover el Rafale, que incrementará su producción a tres aviones por mes en 2026 y hasta cinco para 2029. La posible pérdida de ventas internacionales del F-35 podría debilitar la posición de Estados Unidos como líder en tecnología militar.
El Pentágono también está reorientando recursos hacia otras prioridades. En febrero de 2025, se anunció una revisión presupuestaria que reasignará $50.000 millones en el presupuesto de defensa de 2026, excluyendo programas como el F-35 de las categorías protegidas, a diferencia de iniciativas como el sistema Cúpula de Hierro o submarinos de clase Virginia.
La propuesta presupuestaria aún requiere la aprobación del Congreso, que probablemente debatirá intensamente los recortes debido al impacto económico y estratégico del programa F-35. En años anteriores, el Congreso ha revertido intentos de reducir la adquisición de aviones, priorizando los empleos y la influencia geopolítica que el programa genera. La decisión final sobre la compra de F-35 para 2026 determinará el futuro inmediato de Lockheed Martin y también la confianza de los aliados en la capacidad de Estados Unidos para liderar la defensa global.
Contexto estratégico y evolución del programa
El programa F-35 se concibió como una solución integral para mantener la superioridad aérea de Estados Unidos frente a adversarios como China y Rusia, cuyas capacidades aéreas han avanzado significativamente. Sin embargo, la emergencia de tecnologías como la inteligencia artificial y los sistemas no tripulados ha llevado a cuestionar la relevancia de plataformas tripuladas de alto costo. En 2023, el Pentágono reconoció avances en el programa NGAD, con prototipos de sexta generación ya probados, lo que sugiere una transición hacia sistemas más integrados y flexibles.
Los problemas técnicos del F-35, como retrasos en la actualización de su software y hardware, han afectado su preparación operativa. En febrero de 2024, Lockheed Martin recibió un contrato de $11,3 millones para completar pruebas de capacidad operativa en entornos multi-aeronave, con trabajos programados hasta febrero de 2026. Además, en abril de 2025, se adjudicó un contrato para mejorar la fiabilidad y mantenimiento del F-35, financiado por socios internacionales y no por el Pentágono. Estos esfuerzos buscan abordar las críticas sobre el rendimiento del avión, pero los recortes presupuestarios podrían limitar su alcance.
La reducción en la adquisición de F-35 también coincide con un aumento en el presupuesto de defensa propuesto para 2026, que alcanzaría 1 billón de dólares, con un incremento del 13% destinado a programas espaciales y otras prioridades. Este enfoque beneficia a empresas como SpaceX, con un énfasis en la exploración espacial y la defensa contra amenazas no convencionales.