Grecia ha comenzado a usar dos cañones de ondas sonoras para detener a los inmigrantes ilegales que cruzan a Europa, según los informes.
Desarrollado originalmente para comunicaciones de largo alcance, la alta capacidad de decibelios del cañón de sonido ha hecho que se utilice como un método controvertido de control de multitudes.
Los dispositivos se han instalado en la provincia griega de Alexandroupolis, a lo largo del río Maritsa, que atraviesa los Balcanes y el sudeste de Europa.
Los cañones pueden emitir poderosas ondas sonoras que pueden causar dolor y conmoción en el cuerpo humano. Grecia ha comenzado a usar dos cañones de ondas sonoras para detener a los inmigrantes ilegales que cruzan a Europa, según los informes
El plan del país es usarlos para alejar a las multitudes que podrían tratar de cruzar una frontera terrestre, o llegar a tierra en barco.
Los cañones de ondas sonoras ya se utilizan en los aeropuertos para mantener alejada a la fauna silvestre y también en granjas eólicas y solares, instalaciones de energía nuclear y plataformas de gas y petróleo, pero su uso en las personas en las multitudes es más controvertido.
Los dispositivos LRAD, también conocidos como cañones de ondas sonoras y armas sónicas, pueden ser usados en tierra o montados en vehículos.
Mientras tanto, se han enviado más guardias fronterizos a la zona con el uso de cuatro aviones teledirigidos y 15 cámaras térmicas para ayudarles a detectar los cruces nocturnos de migrantes.
Los dispositivos se han instalado en la provincia griega de Alexandroupolis, a lo largo del río Maritsa. Los guardias también tienen 10 vehículos blindados y cinco lanchas para ayudar a defender la región fronteriza.
Debido al aumento del número de migrantes que cruzan a Grecia desde Turquía en sus intentos de entrar en Europa, las autoridades griegas han tomado amplias precauciones desde febrero y han cerrado la frontera de Kastanies con el puesto de control Pazarkule de Turquía.
Las fuerzas griegas incluso cavaron una trinchera en el punto fronterizo frente a Pazarkule y aumentaron el número de guardias.
En marzo, las fuerzas de seguridad instalaron extensas vallas de alambre de púas en Kastanies a orillas del río Maritsa. A pesar de esto, miles de inmigrantes siguen cruzando el río en barcas para entrar en Europa.