Dos aviones AC-130U espeluznantes, fuertemente armados y considerados como los más letales e innovadores del mundo, completaron su despliegue final de combate, según el comunicado de prensa de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos.
Los helicópteros AC-130U de la Fuerza Aérea con el 4º Escuadrón de Operaciones Especiales regresan de su último despliegue de combate programado en el Campo Hurlburt, Florida, el 8 de julio de 2019.
Según la revista Scramble Magazine, una vez llegados a la pista de Hurlburt, estos dos AC-130U, con los números de serie 89-1056 y 90-0167, fueron recibidos de nuevo con un saludo especial de agua. Un total de diecisiete Spooky’s han estado volando en el servicio de USAF durante más de 24 años.
El Spooky es la tercera generación de los cañoneros C-130. Todos los cañones evolucionaron desde el primer cañón operacional, el AC-47, hasta el AC-119, y luego el AC-130A, que fue la base del moderno cañón C-130. Los cañoneros AC-130H «Spectre» fueron lanzados en 1972 y retirados en 2015.
Los Spookys han sido desplegados casi constantemente desde 2001 y están siendo reemplazados por el AC-130J Ghostrider, el cañón más letal e innovador del mundo (como informa la Fuerza Aérea de los Estados Unidos).
«El Ghostrider es la más nueva y modernizada de las naves de combate existentes, cumpliendo la misma misión que el Spooky, pero con una aviónica mejorada, sistemas de navegación y un paquete de ataque de precisión que incluye armas entrenables de 30mm y 105mm», afirma el comunicado.
El Ghostrider alcanzó su capacidad operativa inicial en 2017.
El paquete de armas de la nueva modificación incluye sensores infrarrojos electro-ópticos duales, un cañón de 30 mm y 105 mm, misiles Griffin AGM-176A, radar de apertura sintética para todo tipo de clima y capacidades de bomba GBU-39 de diámetro pequeño. Los sensores permiten a la nave de tiro identificar visual o electrónicamente a las fuerzas terrestres y objetivos amigos en cualquier momento, incluso en condiciones meteorológicas adversas.
El emparejamiento de las armas con un sistema de gestión de batalla en red, comunicaciones mejoradas y conocimiento de la situación mejoran la capacidad del modelo J para suministrar potencia de fuego quirúrgica.