Recientemente, las Fuerzas Armadas húngaras recibieron un nuevo lote de seis tanques Leopard 2A7HU de última generación. Esta entrega eleva el número total de unidades en posesión de Hungría a 24, de un pedido de 48 tanques fabricados bajo licencia por Krauss-Maffei Wegmann (KMW). El primero de estos tanques entró en servicio a finales de 2023, lo que resalta la rapidez en la incorporación de estos vehículos de fabricación nacional.
El ministro de Defensa de Hungría, Krzysztof Salaj-Bobrovniczki, destacó esta entrega como un paso importante en la transformación de la capacidad militar del país. De acuerdo con las autoridades húngaras, los Leopard 2A7 se definen como “versátiles, confiables y extremadamente maniobrables”. Están destinados a reemplazar los tanques T-72M1 de origen ruso aún en servicio en las filas del ejército.
Diseñado a medida para las necesidades militares de Hungría, el Leopard 2A7HU incorpora la tecnología más avanzada en blindaje. Mide 10,97 metros de largo, 3,75 metros de ancho y 3 metros de alto, con un peso de aproximadamente 64 toneladas, lo que lo convierte en uno de los más pesados en su clase.
El tanque está impulsado por un motor diésel MTU MB 873 Ka-501 de 12 cilindros con una potencia de 1500 CV, permitiéndole alcanzar una velocidad máxima de hasta 68 km/h y recorrer hasta 500 kilómetros en autopista. La transmisión RENK HSWL 354 garantiza que el vehículo mantenga su movilidad incluso en terrenos complicados.
Uno de los elementos más destacados del Leopard 2A7HU es su cañón Rheinmetall L/55A1 de 120 mm, de ánima lisa. Este cañón tiene la capacidad de disparar varios tipos de municiones, incluyendo proyectiles perforantes APFSDS y municiones multipropósito HE-MP-T, alcanzando blancos a distancias de hasta 4 kilómetros con alta precisión.
El sistema de control de fuego está completamente digitalizado y emplea software de cálculo balístico en tiempo real, lo que permite apuntar con exactitud incluso cuando el tanque está en movimiento. El cañón está estabilizado en dos ejes, y el tanque dispone de un sistema automático de carga de munición que incrementa su capacidad de disparo.
Las capacidades de reconocimiento del Leopard 2A7HU están a la vanguardia de la tecnología, gracias a sensores avanzados, cámaras termográficas mejoradas y telémetros láser. Estas herramientas permiten identificar objetivos en condiciones tanto diurnas como nocturnas, independientemente de las condiciones meteorológicas. Además, los sensores infrarrojos mejoran la capacidad para rastrear múltiples objetivos, incluidos vehículos blindados enemigos y tropas de infantería.
En cuanto al armamento secundario, el tanque está equipado con una ametralladora de 7,62 mm montada junto al cañón principal y una de 12,7 mm operada a distancia desde el techo, permitiendo una respuesta efectiva ante amenazas aéreas y vehículos ligeros. Esta configuración asegura que la tripulación permanezca segura, incluso cerca de las líneas de combate.
Para enfrentar escenarios de combate intensos, el Leopard 2A7HU está equipado con sistemas de protección activa, que incluyen defensas tanto pasivas como dinámicas, así como sistemas de alerta contra misiles antitanque. Con estas características, el tanque se posiciona como una plataforma altamente resistente en el campo de batalla.
La renovación de la flota de tanques de Hungría no se limita a la incorporación de los Leopard 2A7HU. A través de un importante acuerdo de cooperación, se prepara el camino para futuros avances, destacando la colaboración establecida el año pasado. En ella, Rheinmetall ha jugado un rol clave en el desarrollo del nuevo tanque KF51 Panther, presentado en Eurosatory en 2022, una feria de defensa en Francia.
Este proyecto involucra una inversión de 288 millones de euros por parte del gobierno húngaro, en colaboración con la empresa alemana, para la construcción y prueba de un prototipo que marcará el inicio de la producción en serie. La empresa conjunta también involucra al holding estatal húngaro N7, que posee el 49% de participación en Rheinmetall Hungría.
En la actualidad, Hungría cuenta con 34 tanques T-72M1 operativos y otros 164 almacenados. Estos vehículos, adquiridos en 1978, cuando el país era parte del Pacto de Varsovia, fueron suministrados por la Unión Soviética, que entregó más de 200 unidades a principios de los años 80. El T-72M1, una variante mejorada del T-72, fue adaptado con blindaje reforzado y un sistema de control de tiro mejorado, siguiendo los estándares soviéticos.
A lo largo de los años, Hungría intentó modernizar el T-72M1 en varias ocasiones, pero las dificultades tecnológicas tras la caída del Pacto de Varsovia complicaron estas iniciativas. Tras el fin de la Guerra Fría, a principios de los años 90, el ejército húngaro se centró en conservar su flota existente, implementando mejoras limitadas en comunicación y control de combate. Sin embargo, la falta de recursos impidió una modernización integral, y los T-72 han sido retirados gradualmente del servicio activo.
A partir del siglo XXI, se produjeron algunos avances significativos en la modernización. Hungría integró componentes occidentales en ciertos tanques T-72M1, incluyendo sistemas de protección mejorados y sensores más avanzados, aunque las actualizaciones fueron parciales y limitadas a un número reducido de unidades. Estas modificaciones incluyeron, principalmente, la revisión de los sistemas electrónicos y de conectividad para adaptarse a los estándares de la OTAN, tras la adhesión de Hungría a la organización en 1999.
Hoy en día, muchos de los T-72M1 activos han sido parcialmente modernizados, aunque están siendo transferidos paulatinamente a la reserva a medida que nuevas plataformas, como el Leopard 2A7HU, entran en servicio. De los 164 tanques almacenados, algunos han sido desmantelados para obtener piezas, mientras que otros permanecen como reserva para situaciones de emergencia. Hungría sigue su transición hacia vehículos más modernos, aunque el T-72 continúa siendo un símbolo de su pasado militar.