Un informe de medios estadounidenses ha confirmado que los rebeldes hutíes de Yemen, respaldados por Irán, dispararon misiles tierra-aire contra un avión militar estadounidense en el Mar Rojo. Se trata del primer ataque de este tipo contra un F-16.
El Pentágono ha calificado el incidente como una escalada en el conflicto regional. La agresión de los hutíes se da en el marco de la guerra en Gaza y pone en riesgo la estabilidad del corredor marítimo.
El misil no impactó su objetivo. El F-16 patrullaba la zona cuando fue atacado y logró salir ileso, aunque el incidente ha causado alarma en Washington y entre sus aliados.
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Funcionarios estadounidenses han confirmado que es la primera vez que los hutíes utilizan este tipo de armamento contra un caza estadounidense. Hasta ahora, sus ataques se habían dirigido a barcos comerciales y de guerra.
El grupo yemení, que ha perfeccionado su arsenal con apoyo iraní, ha perturbado el comercio global mediante drones y misiles balísticos. Ahora, al apuntar contra una aeronave de combate, demuestran nuevas capacidades y posiblemente buscan provocar una reacción de Washington.
Desde enero de 2024, Estados Unidos y el Reino Unido han realizado ataques aéreos contra los hutíes, pero estos han respondido con más agresiones. El ataque al F-16, junto con el intento contra un dron MQ-9 Reaper, refuerza la percepción de que los rebeldes no se disuadirán fácilmente.
El Mar Rojo, clave para el comercio global, se ha convertido en un escenario de confrontación. La coalición liderada por EE. UU. ha desplegado destructores y aviones de combate para interceptar ataques, pero el cambio en la táctica hutí representa un nuevo desafío.
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Expertos en defensa advierten que, aunque el misil no impactó, su lanzamiento expone vulnerabilidades en la región. La administración Trump debe decidir si responde con más fuerza o evita una escalada que podría afectar el frágil equilibrio con Arabia Saudita e Irán.
Los hutíes han mantenido una postura desafiante y han prometido continuar sus ataques. Su capacidad para lanzar misiles contra un avión en movimiento sobre el mar indica un nivel de sofisticación que podría haber tomado por sorpresa a las agencias de inteligencia.
Este ataque ha alterado la dinámica del conflicto. Lo que comenzó como una insurgencia en Yemen ahora repercute en toda la región. Estados Unidos enfrenta el reto de contener la amenaza sin perder el control de una de las rutas comerciales más estratégicas del mundo.