Un F-35C Lightning II del Escuadrón de Ataque de Cazas de los Marines [VMFA] 311, basado en la Estación Aérea del Cuerpo de Marines de Miramar, California, experimentó un fallo crítico en su tren de aterrizaje de proa tras un vuelo de entrenamiento.
Desplome del tren de proa en un F-35C: Un análisis preliminar
El suceso tuvo lugar en la Estación Aérea Naval de Fallon, Nevada. Imágenes analizadas meticulosamente indican que el modelo afectado es el CF-89/170109, codificado como “WL-04”. Tras un vuelo de entrenamiento concluido con éxito el 26 de enero de 2024, el tren de aterrizaje de proa del caza comenzó a retraerse inesperadamente mientras el piloto descendía, culminando en un colapso total. Este incidente marca el primer fallo completo conocido del tren de proa en un F-35C, a diferencia de las variantes A y B.
El F-35C Lightning II se distingue por ser una variante destinada a operar desde portaaviones, equipado con alas más grandes y un tren de aterrizaje más robusto para facilitar los lanzamientos por catapulta y aterrizajes con gancho de detención. Además, cuenta con secciones plegables en las puntas de las alas para optimizar el espacio en cubierta. Armado con una variedad de misiles y bombas, el F-35C sobresale en misiones aire-aire y aire-tierra, apoyado por avanzados sistemas de sensores y aviónica.
Este caza integra el Sistema Autónomo de Información Logística (ALIS), facilitando la planificación de misiones, el mantenimiento y otros procesos críticos. A pesar de su tecnología avanzada, el F-35 ha enfrentado desafíos, incluyendo incidentes previos con el tren de aterrizaje en las variantes A y B, resaltando la importancia de la evaluación continua y el perfeccionamiento del diseño.
El F-35C y su operatividad: Características y capacidades destacadas

El F-35C es reconocido por su capacidad de operar en condiciones todo tiempo, su naturaleza furtiva y polivalente. Equipado con armas internas y externas, ofrece una capacidad operativa sin precedentes en misiones de ataque y defensa. Los sistemas de puntería electro-ópticos y el radar AN/APG-81 AESA proporcionan al piloto una ventaja significativa en el campo de batalla.
Los incidentes anteriores con el tren de aterrizaje, como el ocurrido en la base aérea de Eglin en 2014 y el USS Essex en 2018, junto con el fallo en la base aérea de Hill en 2020, subrayan la necesidad de mejoras continuas y pruebas rigurosas. Estos eventos, aunque raros, son críticos para el desarrollo y la fiabilidad a largo plazo de aeronaves avanzadas como el F-35.
En conclusión, el incidente en el F-35C del VMFA-311 destaca tanto la vulnerabilidad inherente en la tecnología de punta como la necesidad de mantenimiento y actualización constantes. La evaluación de este suceso ofrece lecciones valiosas para el futuro desarrollo y operación segura de la flota de cazas furtivos.