Irán busca 36 cazas J-10C de China tras fallar acuerdo con Rusia, con el fin de contrarrestar la superioridad aérea de Israel mediante tecnología avanzada.
Irán refuerza su fuerza aérea con cazas chinos J-10C
Irán ha decidido adquirir 36 cazas chinos Chengdu J-10C para modernizar su envejecida fuerza aérea, tras el colapso de las negociaciones con Rusia para la compra de cazas Su-35. La transacción, valuada en aproximadamente $1.500 millones, forma parte de un fondo de 3.000 millones entregado por Qatar en 2020, originalmente asignado a compensaciones por víctimas de incidentes en Irán. Esta medida estratégica responde a la necesidad urgente de Teherán de fortalecer sus capacidades aéreas, especialmente después de la reciente escalada militar con Israel, en la cual los cazas F-35I Adir israelíes exhibieron una superioridad abrumadora durante los ataques contra instalaciones nucleares y militares iraníes.
La operación, confirmada por fuentes iraníes y reportes en medios especializados, representa un cambio en la política de defensa de Irán, que ahora ve en China un socio clave para neutralizar la ventaja tecnológica de Israel. Los J-10C, considerados cazas de generación 4.5+, incluyen un radar de barrido electrónico activo AESA y misiles de largo alcance PL-15, capaces de alcanzar blancos a más de 200 kilómetros. Estas capacidades los presentan como una respuesta directa al F-35I, cuya tecnología furtiva y capacidad de operación indetectable ante radares enemigos resultaron determinantes en las recientes operaciones israelíes.
La guerra de 12 días entre Irán e Israel en junio de 2025 evidenció las debilidades de la fuerza aérea iraní, conformada en su mayoría por aeronaves obsoletas como los F-14 Tomcat y MiG-29, adquiridas antes de la Revolución Islámica de 1979 o durante la década de 1980. En los enfrentamientos, Israel ejecutó la operación ‘Rising Lion’, que implicó más de 200 aeronaves lideradas por F-35I para atacar objetivos estratégicos, incluyendo la central nuclear de Natanz. Según los reportes, los sistemas de defensa antiaérea iraníes, incluidos los S-300 rusos, no lograron interceptar eficazmente a los cazas israelíes, lo cual permitió a Israel dominar el espacio aéreo de Irán.
Medios iraníes como IRIB y Press TV afirmaron haber derribado dos o tres cazas F-35I y capturado a un piloto israelí, pero las Fuerzas de Defensa de Israel desmintieron esas afirmaciones, que calificaron como desinformación. El teniente coronel Nadav Shoshani y el general de brigada Effie Defrin aseguraron que las fuerzas israelíes conservaron el control del espacio aéreo iraní, lograron neutralizar los sistemas de defensa antiaérea y operaron con libertad sobre Teherán. Estas declaraciones subrayan la brecha tecnológica entre ambas fuerzas aéreas, una desventaja que Irán intenta reducir con la incorporación de los J-10C.
Datos clave sobre el J-10C y su rol en la estrategia iraní
- El J-10C es un caza monomotor de generación 4.5+, dotado con radar AESA que facilita la detección de objetivos furtivos.
- Dispone de misiles PL-15 con un alcance estimado entre 200 y 300 kilómetros, comparables con los misiles aire-aire occidentales.
- Irán prevé adquirir al menos 36 unidades, aunque expertos consideran que esta cantidad no basta para equilibrar la ventaja israelí.
- El precio por unidad ronda los $40 millones, un valor considerablemente menor al de los $95 millones del F-35I.
- China también ha entregado el J-10C a países como Pakistán, donde logró buenos resultados en simulaciones de combate contra cazas indios.
China emerge como nuevo socio estratégico de Irán
La adquisición de los J-10C evidencia la urgencia de Irán por renovar su aviación militar y el papel creciente de China como proveedor de armamento en la región del Golfo. Informes recientes indican que el ministro de Defensa, iraní, Amir Nasirzadeh, realizó una visita a China en junio de 2025 con el objetivo de inspeccionar los cazas y negociar su compra. Esta decisión surgió después de múltiples retrasos en la entrega de los Su-35 rusos, lo que motivó a Teherán a revisar su dependencia de Rusia como aliado en defensa. Fuentes militares rusas, citadas en publicaciones en X, confirmaron que Irán manifestó interés en el J-10C tras observar su rendimiento favorable en la fuerza aérea paquistaní contra cazas indios.
El convenio con China también acarrea implicancias geopolíticas. La transferencia de 36 cazas J-10C, sumada a posibles sistemas antiaéreos chinos, incrementa la influencia de Beijing en Oriente Medio, una región donde históricamente compite con Estados Unidos y Rusia. Analistas consideran que China identifica a Irán como un mercado clave para su industria militar, además de un socio útil para reducir la presencia de Estados Unidos en la región. No obstante, esta transferencia de tecnología militar a Irán podría generar tensiones con otras potencias, en especial con Israel y Estados Unidos, que ya han expresado su inquietud por el refuerzo militar iraní.
El F-35I Adir, operado por Israel, corresponde a una versión modificada del caza estadounidense F-35 Lightning II, con adaptaciones como sistemas de guerra electrónica avanzados y el sistema Mighty One, que permite una recopilación y análisis de datos más eficiente. Según la analista militar Maya Carlin, estas modificaciones garantizan una ventaja operativa relevante frente a cualquier adversario regional. Los F-35I, con un alcance de 2.000 kilómetros sin necesidad de repostaje, encabezaron los ataques contra Irán, destruyeron defensas antiaéreas y facilitaron la incursión de otros cazas como los F-15I Ra’am y F-16I Sufa para ejecutar bombardeos de precisión sobre objetivos protegidos.
Aunque el J-10C posee buenas capacidades, especialistas cuestionan que la compra de 36 unidades sea suficiente para cerrar la distancia tecnológica con Israel, cuya aviación cuenta con más de 300 aeronaves modernas, entre ellas 50 F-35I. La fuerza aérea iraní, que mantiene menos de 200 aeronaves operativas, afronta problemas logísticos y técnicos agravados por décadas de sanciones, las cuales han obstaculizado el acceso a repuestos y tecnología. Además, la escasa formación avanzada de sus pilotos puede limitar el aprovechamiento efectivo de los nuevos cazas durante un conflicto abierto.
El contexto regional y los desafíos de Irán
La adquisición de los J-10C se produce en un escenario de alta tensión en Oriente Medio, tras los choques armados de junio de 2025 que provocaron más de 240 muertos, según fuentes locales. Irán respondió a los ataques israelíes mediante el lanzamiento de más de 100 misiles balísticos contra Tel Aviv y otras ciudades, aunque la mayoría fueron interceptados por el sistema Cúpula de Hierro. El presidente estadounidense Donald Trump anunció un alto el fuego el 23 de junio, pero ambas partes incumplieron el acuerdo, lo cual generó críticas en Washington. Aunque no participó en los bombardeos, Estados Unidos ofreció a Israel respaldo defensivo, como inteligencia y sistemas de intercepción de misiles.
Irán también ha incrementado sus esfuerzos para reconstituir su programa nuclear, dañado por los ataques israelíes a sitios como Fordow y Natanz. El presidente Trump declaró que los bombardeos del 23 de junio destruyeron tres instalaciones nucleares iraníes, aunque el alcance real de los daños permanece incierto. A su vez, Teherán ha advertido que podría desarrollar un arma nuclear rudimentaria si las sanciones no se eliminan, lo que refuerza la presión por fortalecer sus medios militares convencionales.
Aunque el acuerdo con China representa un avance, no resuelve todos los obstáculos de Irán. La integración de los J-10C en la aviación militar iraní requerirá tiempo, capacitación y tal vez la incorporación de sistemas complementarios como radares o misiles antiaéreos. Además, una mayor dependencia de China podría dificultar las relaciones de Irán con otros aliados, en particular con Rusia, cuya influencia en Teherán ha disminuido debido a los incumplimientos en la entrega de armas. Mientras tanto, Israel sigue ampliando su poderío aéreo, con planes para adquirir más F-35I y perfeccionar sus sistemas defensivos.