Israel desplegó tecnología avanzada y coordinación estratégica durante 12 días de conflicto con Irán, lo que permitió la neutralización de amenazas de misiles y drones.
Operación León Naciente constituye un punto clave en conflicto con Irán
Israel ejecutó un ataque preventivo el 13 de junio contra Irán, lo que marcó el inicio de la guerra más intensa entre ambos países. La operación, denominada León Naciente, consistió en cientos de ataques aéreos en territorio iraní contra instalaciones militares, sitios nucleares y bases de misiles. Durante 12 días, Israel evidenció un nivel tecnológico sin precedentes mediante la integración de sistemas de defensa multicapa, drones y satélites de inteligencia. La guerra concluyó el 24 de junio tras un alto el fuego negociado por el presidente estadounidense Donald Trump, lo que detuvo temporalmente la escalada.
El ataque inicial, llamado Boda Roja, ocurrió a las 3 a.m. del 13 de junio. Más de 200 aviones israelíes lanzaron 330 municiones contra 100 objetivos en Irán, entre ellos sitios nucleares y mandos militares. Las armas guiadas de precisión, desarrolladas en Israel durante dos décadas, permitieron una sorpresa operativa y aseguraron el control del espacio aéreo. Los aviones de combate usaron sistemas de autodefensa locales para contrarrestar misiles enemigos y realizaron operaciones en un entorno de guerra electrónica hostil.
Irán respondió con misiles balísticos y drones que se dirigieron en gran parte a áreas civiles densamente pobladas en Israel. Esto ocasionó 28 muertes, más de 3.000 hospitalizaciones y 13.000 desplazamientos. Sin embargo, los sistemas de defensa antiaérea de Israel, encabezados por el mejorado Arrow, lograron interceptar el 86% de los misiles balísticos, una tasa coherente con operaciones anteriores. La destrucción, estimada en 10.000 millones de shekels (alrededor de $2.700 millones), fue siete veces menor que el daño potencial calculado por el Ministerio de Defensa.
Los drones iraníes fueron neutralizados en un 99% mediante innovaciones como la Cúpula de Hierro, evaluada contra enjambres de drones a comienzos de 2025. El general de brigada Daniel Gold, jefe de la Dirección de Investigación y Desarrollo de Defensa (MAFAT), señaló la ventaja tecnológica de Israel: “En términos de planificación operativa de alta calidad, los superamos”.
Tecnologías clave en la guerra Israel-Irán
- Sistema Arrow: Interceptó el 86% de misiles balísticos, tras mejoras implementadas una semana antes de la guerra.
- Cúpula de Hierro: Eliminó el 99% de drones iraníes, entre ellos enjambres, luego de pruebas realizadas en 2025.
- Drones israelíes: Ejecutaron 500 ataques en Irán y concentraron el 60% de las horas de vuelo de la Fuerza Aérea.
- Satélites de inteligencia: Proporcionaron 12.000 imágenes de alta resolución con cobertura sobre millones de km².
- Municiones de precisión: Hicieron posible atacar con exactitud 100 objetivos durante la operación Boda Roja.
Drones y satélites modifican la conducción de la guerra moderna
Israel utilizó drones en el espacio aéreo iraní con una fluidez similar a sus operaciones en Gaza. Los drones llevaron a cabo 500 ataques y acumularon miles de horas de vuelo, con impacto sobre lanzadores de misiles e infraestructura crítica. Esto redujo la exposición de los pilotos y desmanteló capacidades operativas iraníes. Daniel Gold describió esta capacidad como “trasladar Gaza a Irán”.
La inteligencia satelital desempeñó un rol decisivo. Una constelación de satélites cubrió millones de kilómetros cuadrados en territorio iraní y proporcionó 12.000 imágenes de alta resolución. Esta información permitió la identificación diaria de cientos de objetivos y facilitó la modificación de operaciones en tiempo real. La vigilancia constante permitió obtener inteligencia precisa, con lo que se minimizaron riesgos y se incrementó la efectividad de los ataques.
La coordinación de tecnologías en tierra, aire, espacio y ciberespacio representó un progreso en la capacidad de operación conjunta. Moshe Patel, jefe de la Organización de Defensa de Misiles de Israel, indicó que existió sincronización con sistemas estadounidenses: “La colaboración con sistemas estadounidenses nos permitió lograr grandes éxitos”. Esta interoperabilidad superó los parámetros previstos por Israel y permitió alcanzar capacidades que no se encontraban proyectadas en simulaciones anteriores.
Desde el punto de vista económico, el costo de misiles, drones y satélites fue considerablemente menor al daño evitado. Los funcionarios de defensa indicaron que las inversiones a largo plazo en tecnología militar generaron un rendimiento estratégico claro durante la guerra.
Israel conserva ventaja tecnológica frente a Irán
Irán intenta actualizar su armamento tras la guerra, pero Israel conserva una ventaja cualitativa. Moshe Patel confirmó que ya se encuentra en marcha el desarrollo de nuevas generaciones de sistemas de defensa antiaérea: “Estamos preparando sorpresas [para Irán]”. La guerra permitió observar las capacidades iraníes, así como también sus limitaciones frente a la planificación y los sistemas tecnológicos israelíes.
El uso extensivo de drones, responsables del 60% de las horas de vuelo de la Fuerza Aérea y del 50% de las contramedidas, confirmó su utilidad en este tipo de conflicto. La capacidad de operar en escenarios adversos, junto con la inteligencia satelital y la defensa multicapa, posibilitó que Israel neutralizara amenazas de forma precisa.
Daniel Gold remarcó el esfuerzo continuo de Israel: “Hacemos lo máximo para proteger al Estado de Israel y avanzar de forma permanente”. La guerra de 12 días verificó el funcionamiento de la tecnología israelí y confirmó su capacidad para sostener un modelo de innovación militar regional.
la guerra, aunque breve, introdujo cambios en la estructura del poder tecnológico en Oriente Medio. Israel mostró que su inversión en investigación y desarrollo militar, junto con una planificación operativa detallada, le permite enfrentar amenazas complejas como las que representa Irán y conservar una ventaja estratégica sostenida.