La Fuerza Aérea de Israel llevó a cabo un ejercicio conjunto con su par estadounidense, incorporando aviones de combate F-15I y F-35I junto a un bombardero B-52 de Estados Unidos, una capacidad que Israel podría requerir para atacar las instalaciones nucleares subterráneas de Irán.
El entrenamiento, desarrollado el martes, buscó fortalecer la cooperación militar entre ambas naciones y mejorar la coordinación operativa para enfrentar amenazas regionales, según un comunicado de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) emitido el jueves. Este tipo de maniobras se interpreta como un posible ensayo de un ataque conjunto contra Irán.
Las FDI señalaron que el objetivo fue consolidar la colaboración militar de larga data entre los dos países, ampliar la interconectividad y desarrollar capacidades integradas para distintos escenarios estratégicos. Se considera que este tipo de ejercicios refuerza la preparación israelí ante eventuales ofensivas coordinadas con Estados Unidos.

Israel ya ha lanzado ataques contra Irán sin respaldo estadounidense, en represalia por ofensivas con misiles balísticos de Teherán. Informes indican que esas operaciones israelíes dejaron inhabilitadas importantes defensas aéreas iraníes. No obstante, para impactar con éxito sitios nucleares subterráneos altamente fortificados, se estima que Israel necesitaría la potencia de los bombarderos B-52.
A finales del mes pasado, Irán habría elevado la alerta en sus instalaciones nucleares y reforzado sus defensas antiaéreas ante un eventual ataque. Sin embargo, según declaraciones de un funcionario, estas medidas “podrían no ser suficientes ante una ofensiva de gran escala”.
Pese a su postura hostil hacia Israel, Irán sostiene que su programa nuclear tiene fines pacíficos. Sin embargo, el Organismo Internacional de Energía Atómica ha indicado que el enriquecimiento de uranio realizado por Teherán supera los niveles necesarios para un uso civil, además de que el régimen ha obstaculizado la supervisión internacional de sus instalaciones.

El presidente estadounidense, Donald Trump, ha reiterado su compromiso de impedir que Irán obtenga armas nucleares y reinstauró una política de sanciones de “máxima presión” tras asumir el cargo en enero. No obstante, también ha manifestado su interés en alcanzar un acuerdo diplomático, afirmando recientemente: “Creo que a Irán le gustaría llegar a un trato, y a mí también, sin necesidad de bombardearlos”.
En paralelo, Rusia ha propuesto mediar en negociaciones entre Washington y Teherán sobre el programa nuclear iraní. En los últimos años, Moscú y Teherán han fortalecido su cooperación militar, con informes que revelan visitas de funcionarios rusos a fábricas de misiles y sistemas de defensa aérea en Irán. Estas reuniones ocurrieron poco después de ataques masivos iraníes contra ciudades israelíes. En enero, el presidente ruso, Vladimir Putin, recibió en Moscú a su homólogo iraní, Masoud Pezeshkian, donde firmaron un acuerdo de asociación estratégica por 20 años.