El J-20 chino usa drones para mejorar su capacidad de combate y logra en simulaciones una tasa de victorias del 95 por ciento
Investigación china sobre enjambres y cooperación tripulada-no tripulada
El Chengdu J-20 utiliza drones para aumentar su capacidad de combate y, en simulaciones, alcanza una tasa de victorias del 95% frente al F-22. Documentos oficiales y análisis académicos señalan que la Fuerza Aérea del EPL investiga enjambres y cooperación tripulada-no tripulada, con pruebas en curso, aunque la aplicación operativa permanece limitada o sin verificación pública. En paralelo, Estados Unidos impulsa aeronaves de combate colaborativas dentro de su programa NGAD.
El término tácticas de enjambre describe el empleo de grandes números de aeronaves no tripuladas simples que coordinan su comportamiento para saturar defensas, ampliar vigilancia o apoyar ataques. Según el CASI, los trabajos chinos sobre enjambres, con fundamentos algorítmicos y coordinación autónoma, aparecen más avanzados que la cooperación tripulada-no tripulada. Existen pruebas públicas de ensayos con enjambres, mientras que las técnicas MUM-T permanecen en una fase práctica rudimentaria y con escasa evidencia repetible.
El estudio del CASI describe conceptos en la literatura militar china, entre ellos la idea de una nave nodriza desde la que plataformas mayores, tripuladas o no, lanzarían vehículos más pequeños para ampliar alcance y masa de combate. Ese planteamiento busca multiplicar sensores, señuelos y armas sin incrementar el número de tripulaciones, y mantiene perfiles de baja observabilidad y enlaces de datos capaces de sostener coordinación autónoma y reparto de tareas bajo entornos disputados.

Los documentos oficiales consultados describen que el EPL investiga y prueba fórmulas de cooperación entre plataformas tripuladas y no tripuladas, con ambición doctrinal hacia operaciones ofensivas y defensivas coordinadas. Ese itinerario enlaza con la llamada guerra inteligente, que asigna mayor peso a la autonomía y a la toma de decisiones asistida por algoritmos, tanto en el empleo de enjambres como en equipos mixtos. La verificación pública de un uso táctico estable por unidades operativas aparece escasa.
Hechos clave sobre enjambres, J-20, F-22 y el programa CCA
- Prueba oficial en octubre de 2020 con 200 drones de ala fija, lanzados desde tubos sobre camiones y también desde helicóptero.
- Microfilme chino de noviembre de 2025 muestra un GJ-11 en formación con un J-20 y un J-16D, sin detalles técnicos difundidos.
- Informe 2024 del Pentágono consigna posibles mejoras del J-20: más misiles en configuración furtiva, toberas con empuje vectorial y motores WS-15 para supercrucero.
- EE. UU. estructura su respuesta en CCA dentro de NGAD, con al menos 1.000 aeronaves y una decisión de producción prevista para el año fiscal 2026.
Demostraciones públicas y mejoras del J-20 según informes recientes
Medios y empresas estatales chinas difundieron demostraciones con enjambres. En octubre de 2020, fuentes oficiales informaron una prueba con 200 drones de ala fija lanzados desde tubos sobre camiones y también desde helicóptero, y ferias de armamento mostraron lanzadores múltiples móviles. El CASI compiló estos hitos y situó avances industriales y de laboratorio, incluido un simulador de gestión inteligente de un acompañante no tripulado fiel, aunque recalcó la escasez de verificación pública sobre empleo militar consolidado.
Sobre el J-20, el informe 2024 del Departamento de Defensa consigna que el EPL tiene en servicio esta plataforma de quinta generación y prepara mejoras que podrían incluir un aumento del número de misiles aire-aire en configuración furtiva, toberas con empuje vectorial y motores WS-15 para dotarlo de supercrucero. El mismo documento registra que en 2021 apareció en redes chinas una variante biplaza del J-20 y que prosigue el desarrollo del J-35 embarcado.

Como señal pública de coordinación, la Fuerza Aérea china divulgó en noviembre de 2025 un microfilme con un dron furtivo GJ-11 en formación con un J-20 y un J-16D de guerra electrónica. La pieza, difundida por el 76.º aniversario del arma aérea, fue recogida por portales especializados como la primera escena de ese tipo. El material muestra una formación mixta, aunque omite detalles sobre control, enlaces de datos o grado de autonomía durante la maniobra.
No existe constancia pública de enfrentamientos en combate entre F-22 y J-20. Sí aparecieron reportes de encuentros entre J-20 chinos y F-35 estadounidenses sobre el mar de la China Oriental: en marzo de 2022, el entonces jefe de las Fuerzas Aéreas del Pacífico, el general Kenneth Wilsbach, afirmó al menos un encuentro y destacó el papel del avión de alerta temprana KJ-500 en cadenas de ataque de largo alcance, según publicaciones aeronáuticas especializadas.
Respuesta estadounidense y comparación factual entre J-20 y F-22 precisa
El estado del programa F-22 ofrece una base de comparación factual. La ficha oficial de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, con actualización de agosto de 2022, sitúa el inventario en 183 aeronaves y detalla su configuración interna típica de superioridad aérea: seis misiles AIM-120 AMRAAM y dos AIM-9. También consigna capacidad de supercrucero con motores Pratt & Whitney F119, además de una arquitectura furtiva que prioriza letalidad y supervivencia en entornos disputados.
En el terreno de modernizaciones, informes de adquisición del Departamento de la Fuerza Aérea recogen la implantación del incremento 3.2B. Ese paquete integra el misil de guía infrarroja AIM-9X y la versión AIM-120D del AMRAAM, además de mejoras de protección electrónica. Con ese ciclo de actualización, la flota consolida mejoras de alerta y capacidad de enfrentamiento más allá del alcance visual, y preserva ventaja frente a amenazas aéreas cada vez más exigentes.

En Estados Unidos, la respuesta tecnológica se articula en el programa de Aeronaves de Combate Colaborativas, integrado en la familia NGAD. El 24 de abril de 2024, la Fuerza Aérea anunció financiación para Anduril y General Atomics a fin de diseñar, fabricar y ensayar artículos de prueba de producción. El comunicado fijó al menos 1.000 aeronaves colaborativas y una decisión competitiva de producción en el año fiscal 2026, con capacidad operativa antes de finalizar la década.
A la vista de las fuentes, los elementos verificables sobre enjambres en China se concentran en pruebas y demostraciones —como el enjambre de 200 aparatos y la escena pública del GJ-11 con un J-20—, mientras que documentos estadounidenses sitúan la cooperación tripulada-no tripulada china en evolución desigual y con escasa evidencia de empleo repetible por unidades operativas. En paralelo, Estados Unidos formalizó fabricación y prueba de prototipos de aeronaves colaborativas con hitos definidos para media década.
