El aumento de las flotas J-20 y Su-57 introduce rivales furtivos a F-22 y F-35 y se solapa con el desarrollo del programa NGAD.
De la hegemonía furtiva estadounidense al desafío ruso y chino emergente
La entrada en servicio de los cazas de quinta generación rusos Su-57 y chinos J-20, junto con el aumento sostenido de sus flotas, ha creado por primera vez competidores furtivos directos para los F-22 y F-35 estadounidenses. Documentos oficiales de Washington los citan como un factor que coloca en riesgo la estrategia que sostuvo durante una generación la superioridad aérea de Estados Unidos, en especial en el Indo-Pacífico, donde la rivalidad militar se ha incrementado.
Tras la Guerra Fría, Estados Unidos conservó la categoría de cazas de quinta generación sin rivales. El F-22 Raptor se introdujo en 2005 y la producción se detuvo en 2012 tras 195 unidades totales, de las que 187 resultaron operativas, lo que limitó su despliegue a pocos escuadrones especializados. El programa F-35 Lightning II se concibió después como plataforma de referencia para la Fuerza Aérea, la Armada, el Cuerpo de Marines y varios aliados.
En la definición técnica utilizada por el Congreso estadounidense, un caza de quinta generación combina diseño furtivo y recubrimientos de baja observabilidad con bodegas internas de armamento, materiales compuestos, radares y sensores avanzados, aviónica integrada y capacidad de vuelo supersónico sin uso continuado del posquemador. El F-22 y el F-35 añaden fusión de sensores y enlaces de datos que ofrecen al piloto una imagen unificada del espacio de combate, rasgo distintivo frente a generaciones anteriores.

La producción del F-22 se detuvo tras 195 unidades, mientras el F-35 pasó a fabricarse en grandes series. En 2024 se entregaron 110 F-35 a Estados Unidos y a aliados, y la compañía prevé para 2025 un ritmo de 190 aeronaves anuales. A mediados de 2025, la Fuerza Aérea estadounidense recibió su F-35 número 500, lo que la situó como mayor operador mundial, con flotas en Estados Unidos, Europa y el Indo-Pacífico.
Claves numéricas de las flotas furtivas de quinta generación
- El programa F-22 produjo 195 cazas en total, de los cuales 187 llegaron a operar en unidades, mientras el F-35 avanza hacia ritmos cercanos a 190 aparatos anuales.
- China superó en 2023 las 187 unidades operativas del F-22 con su flota de J-20 y, en 2025, identificó el fuselaje número 300 durante el salón aéreo de Changchun.
- Rusia mantiene un contrato para adquirir 76 Su-57 hasta 2028, pero estimaciones abiertas solo atribuyen entre dos y tres decenas de aparatos a sus unidades de combate.
- El inventario combinado chino de cazas J-10C, J-16 y J-20 superó los 600 aparatos modernos en 2022, consolidó una flota de combate de alta tecnología regional.
- Estados Unidos impulsa el programa NGAD, designado F-47 en su variante principal, como relevo del F-22 dentro de una arquitectura de superioridad aérea de nueva generación.
Predominio cuantitativo de F-35 y alerta sobre el equilibrio aéreo
El predominio numérico de los cazas furtivos estadounidenses convive con una percepción oficial de equilibrio cada vez más ajustado. En su declaración de postura presupuestaria, la Fuerza Aérea de Estados Unidos señala que los adversarios han desarrollado plataformas, armamento y defensas con el objetivo de desarticular las tácticas que sostuvieron la supremacía aérea estadounidense. Esa evolución lleva a considerar que la estrategia que garantizó el dominio del aire durante una generación se encuentra ahora “en riesgo”.

En una audiencia ante el Senado estadounidense, responsables de defensa describen un entorno operativo mucho menos favorable para Estados Unidos en el Indo-Pacífico. Según su valoración, la Fuerza Aérea del Ejército Popular de Liberación ya puede negar la superioridad aérea estadounidense en la denominada Primera Cadena de Islas, el arco que se extiende desde Japón hasta Filipinas y delimita un espacio clave para las operaciones de combate de ambos países.
La modernización militar china aparece como la principal preocupación de la planificación de defensa estadounidense. Informes del Congreso y del Departamento de Defensa describen la transformación de las fuerzas aéreas del Ejército Popular de Liberación, incluida la incorporación del J-20, como un elemento central de la capacidad de China para controlar el espacio aéreo sobre el mar de China Meridional, el estrecho de Taiwán y el mar de China Oriental.
El caza J-20 se sitúa en el centro de esa transformación. Desarrollado por la Corporación de Aeronaves de Chengdu, se convirtió en 2017 en el primer avión de baja observabilidad operativo fuera de Estados Unidos. Ese mismo año, el ministerio de Defensa chino confirmó su entrada en servicio en la Fuerza Aérea del Ejército Popular de Liberación, lo que colocó a China como segundo país con un caza de quinta generación plenamente operativo.
Crecimiento de la flota china de J-20 y su impacto cuantitativo regional

Desde su entrada en servicio, el programa J-20 ha experimentado una expansión rápida. La evaluación regional de seguridad para Asia-Pacífico de 2024 del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos indica que a finales de 2023 había más de 200 J-20 en servicio. Estos aparatos se integran con los cazas J-10C y J-16 en una flota de combate que presenta un perfil cada vez más moderno dentro de la Fuerza Aérea china.
Un análisis publicado por medios económicos en 2024, basado en el estudio de numerales de fuselaje y registros fotográficos, sostiene que China había construido ya más de 200 J-20 a comienzos de 2023, cifra que superó las 187 unidades operativas producidas del F-22 estadounidense. Esa comparación resalta que, en menos de una década de servicio, la producción china de cazas furtivos alcanzó y rebasó el volumen obtenido por el programa F-22.
En septiembre de 2025, reportajes especializados desde el salón aéreo de Changchun identificaron el fuselaje número 300 de la serie, lo que sitúa la flota china de J-20 en el entorno de esa cifra. Ese volumen convierte al inventario chino en la segunda mayor flota de cazas de baja observabilidad del mundo, solo por detrás del F-35 que opera Estados Unidos junto con una amplia red de aliados en Europa y Asia.
La evaluación de seguridad regional del IISS añade que el inventario combinado de cazas J-10C, J-16 y J-20 superó los 600 aparatos modernos en 2022.
Capacidades, armamento y misiones del caza furtivo chino J-20 en Asia
Fuentes de la Fuerza Aérea china y análisis técnicos describen el J-20 como un caza de superioridad aérea con capacidad de ataque de precisión. Dispone de bodegas internas para misiles aire-aire de medio y largo alcance y de compartimentos laterales para misiles de corto alcance. Estas configuraciones permiten mantener la baja observabilidad que exige la categoría de quinta generación y colocan al J-20 en el núcleo de las opciones de combate aéreo de China.
El informe sobre el poder militar chino del Departamento de Defensa de 2024 indica que el J-20 ya se encuentra desplegado de manera operativa. El documento menciona además una variante biplaza revelada en 2021, con potencial para cooperar con aeronaves no tripuladas, y adelanta que Pekín prepara mejoras destinadas a aumentar el número de misiles aire-aire que el avión puede portar en configuración de baja observabilidad durante misiones de combate.

El informe del Departamento de Defensa y otras evaluaciones señalan que el J-20 se integra con misiles PL-15 y PL-17, este último en fase de introducción. Ambos disponen de alcances pensados para atacar a gran distancia aviones de alerta temprana o nodos de mando. La combinación de un caza furtivo y misiles aire-aire de largo alcance encaja en la estrategia china de negación de acceso en el Pacífico occidental que desafía la libertad de acción estadounidense.
Las primeras series del J-20 montaron motores rusos AL-31, mientras las unidades posteriores emplean versiones del turbofán WS-10C. Imágenes difundidas desde 2023 muestran prototipos con el nuevo WS-15, asociado a variantes con mayor empuje y autonomía sin posquemador. Un reportaje del South China Morning Post, con declaraciones oficiales, asigna al J-20 misiones de interceptación de aeronaves extranjeras y patrulla el mar de China Oriental desde el escuadrón Wang Hai, donde informes occidentales citan encuentros con F-35.
Origen, desarrollo y producción del programa ruso de caza Su-57 PAK FA
Rusia ha desarrollado el Su-57 como su respuesta nacional a los cazas furtivos estadounidenses. Según la descripción oficial de United Aircraft Corporation, el Su-57 es un complejo de aviación de quinta generación destinado al empleo en primera línea y capaz de atacar objetivos aéreos, terrestres y navales en cualquier condición meteorológica frente a sistemas de defensa antiaérea avanzados. La empresa destaca que el avión puede operar de forma autónoma o bajo control externo.
El programa Su-57 se gestó en el proyecto PAK FA a finales de los años noventa y atravesó dificultades técnicas y presupuestarias. Medios rusos y occidentales recuerdan que el primer ejemplar de serie se perdió en un accidente en 2019, hecho que retrasó su entrada en servicio. Ese mismo año, Rusia firmó un contrato para adquirir 76 Su-57 con horizonte de entrega hasta 2028, y la producción en serie comenzó de forma limitada en 2022.

Las estimaciones sobre el número de Su-57 operativos resultan modestas frente al caso del J-20. Un análisis de un medio especializado estadounidense sitúa en unas 18 aeronaves las entregadas entre el inicio de la producción en 2022 y finales de 2024. Otro estudio, centrado en los ritmos industriales, calcula que Rusia había desplegado aproximadamente entre 25 y 32 cazas en unidades de combate a mediados de 2025, dentro de un pedido total de 76 aparatos.
Un artículo de noviembre de 2025 que recoge declaraciones del director ejecutivo de United Aircraft Corporation cifra la producción total del Su-57 en “alrededor de dos docenas” de aparatos y confirma la entrega de los dos primeros ejemplares de exportación. Las autoridades rusas mantienen como meta alcanzar las 76 unidades contratadas hacia 2028.
Características técnicas, armamento y empleo operativo del Su-57 ruso
En el plano técnico, el Su-57 incorpora rasgos asociados a la quinta generación. La industria rusa y análisis de referencia como la Enciclopedia Británica señalan que presenta una sección radar inferior a la del Su-27 gracias a la combinación de formas anguladas, materiales específicos y bodegas internas de armamento. Estas bodegas reducen la resistencia aerodinámica y contribuyen a conservar la baja observabilidad, requisito clave para operar frente a defensas antiaéreas modernas.
El sensor principal del Su-57 es el radar N036 Belka de antena de barrido electrónico activo, complementado por sensores distribuidos en el fuselaje que amplían la cobertura del espacio aéreo circundante. Según las descripciones disponibles, el avión se ha diseñado para mantener velocidad supersónica sin posquemador en determinadas configuraciones de carga, capacidad que lo sitúa en la categoría de cazas con vuelo supersónico sostenido, comparable al estándar exigido a la quinta generación.

La configuración de bodegas internas permite al Su-57 portar misiles aire-aire de medio alcance en el compartimento central y misiles de corto alcance en dos bodegas laterales, además de distintas combinaciones de armamento aire-tierra. Imágenes de demostración difundidas por United Aircraft Corporation en 2025 muestran al caza con las bodegas abiertas y misiles antirradiación Kh-58 en su interior, diseñados para atacar radares de defensa antiaérea en las fases iniciales de un conflicto.
Fuentes abiertas documentan el empleo operativo del Su-57 en Siria durante despliegues limitados y, más recientemente, en ataques con misiles de crucero y municiones guiadas desde el espacio aéreo ruso contra objetivos en Ucrania. Estos perfiles aprovechan su radio de combate y su integración en los sistemas de mando y control de la Fuerza Aeroespacial rusa. Paralelamente, el aparato se ha presentado en exhibiciones como Dubai y Zhuhai, donde Rusia promociona una versión de exportación designada Su-57E.
Lectura estadounidense del desafío y respuesta con F-35 y programa NGAD
Desde la perspectiva estadounidense, el J-20 y el Su-57 se integran en un marco más amplio de modernización de las defensas antiaéreas adversarias. El informe anual del Departamento de Defensa sobre el poder militar chino subraya que la Fuerza Aérea del Ejército Popular de Liberación ha incorporado el J-20 como su caza de quinta generación, ha desplegado variantes biplazas con potencial para cooperar con aeronaves no tripuladas y prepara mejoras para aumentar su carga de misiles en configuración furtiva.
En la misma línea, la evaluación de seguridad regional del IISS recoge que el inventario combinado de cazas J-10C, J-16 y J-20 superó los 600 aparatos modernos en 2022, dato que refuerza la preocupación de Washington por la evolución cuantitativa y cualitativa de la aviación china. Documentos de trabajo del Congreso describen esa modernización, incluida la expansión de la aviación de combate, como “el principal foco” de la planificación y la programación presupuestaria de defensa de Estados Unidos.

Informes y audiencias parlamentarias señalan al mismo tiempo que Rusia, pese a las limitaciones económicas y las sanciones, ha acelerado inversiones en su industria aeronáutica militar. El objetivo declarado consiste en incrementar la producción de cazas, entre ellos el Su-57, alrededor de un treinta por ciento hasta 2030, con el propósito de reforzar su capacidad de combate aéreo y sostener la competencia tecnológica con Estados Unidos y sus aliados.
Como respuesta, Estados Unidos refuerza su arquitectura de combate aéreo. La Oficina de Rendición de Cuentas informó en 2024 de que el programa F-35 alcanzó la decisión de producción a plena cadencia tras superar su evaluación inicial de funcionamiento y supervivencia, lo que despeja el camino para tasas elevadas de fabricación en los próximos años. La Fuerza Aérea impulsa en paralelo el programa de Dominio Aéreo de Nueva Generación, conocido como NGAD, concebido como una familia de sistemas centrada en un nuevo caza tripulado destinado a sustituir al F-22 y acompañado de aeronaves no tripuladas de combate.
Nuevo mapa mundial de cazas de quinta generación a mediados de la década
En este marco, a mediados de la década de 2020 el mapa mundial de cazas de quinta generación muestra una flota numerosa de F-35 en manos de Estados Unidos y sus aliados, junto con un número limitado, pero aún relevante, de F-22. China dispone de una flota de J-20 que supera las 200 unidades y se aproxima a las 300, mientras Rusia opera varias decenas de Su-57 dentro de un contrato vigente de 76 aparatos, al tiempo que el programa NGAD estadounidense avanza para sustituir progresivamente al F-22 en misiones de superioridad aérea.
