Ante un contexto geoestratégico complejo, Japón refuerza sus capacidades aéreas con la adquisición de 15 aviones Lockheed-Martin F-35 Lightning II, fortaleciendo su alianza con Estados Unidos.
Japón y su compromiso con el F-35 Lightning II
En una alianza exclusiva junto a Corea del Sur, Estados Unidos e Italia, Japón figura entre las naciones que han adquirido dos versiones diferentes del avión de combate estadounidense de quinta generación. Esta decisión reafirma su compromiso con los sistemas de aviación avanzada, enriqueciendo la Fuerza de Autodefensa Aérea de Japón.
Con la administración federal estadounidense revisando el contrato, el monto total podría ascender a 1.597 millones de dólares estadounidenses, reflejando la profunda confianza y alianza entre EE. UU. y Japón, pese a la robusta industria armamentística nacional japonesa.
En una movida estratégica, Tokio ha separado las asignaciones presupuestarias: 737 millones de dólares para ocho F-35A estándar y 860 millones de dólares para siete F-35B, aviones de despegue corto y aterrizaje vertical diseñados originalmente para reemplazar a los AV-8B Harrier II y BAe Harrier GR.5/GR.7.
El fortalecimiento de la defensa aérea japonesa
Japón ha estado ampliando su flota de aviones multifunción furtivos estadounidenses, consolidando su dominio en el espacio aéreo. Contrario a creencias populares, estos aviones, incluso si se despliegan en portaaviones japoneses, permanecerán bajo la Fuerza de Autodefensa Aérea de Japón, no siendo transferidos a la Fuerza de Autodefensa Marítima.
A pesar de peculiaridades constitucionales, se anticipa que la defensa japonesa evolucionará hacia capacidades más ofensivas en los próximos años. La compra de estos quince cazas de 5.ª generación responde no solo a necesidades operativas sino también a desafíos geoestratégicos.
Ubicado estratégicamente entre China y Rusia, dos potencias con relaciones históricamente tensas con Japón, la nación insular busca garantizar su seguridad y soberanía ante las incursiones aéreas, especialmente en la Zona de Identificación de Defensa Aérea (ADIZ).
Geoestrategia y desafíos en la región asiática
Con China mostrando tendencias expansionistas y Rusia intentando imponer su influencia en Asia, Japón enfrenta amenazas multifacéticas en su espacio aéreo. La incursión de fuerzas aéreas chinas y rusas ha incrementado las tensiones en la región, llevando a Tokio a considerar el despliegue del F-35 Lightning II como contramedida.
La respuesta de Tokio es estratégica: el despliegue del avanzado F-35 Lightning II puede servir como un fuerte disuasorio ante la escalada de tensiones internacionales, garantizando la integridad de su espacio aéreo.
Ante el escenario actual, la expectación en torno a la aprobación del contrato por parte de la administración Biden es alta. Dada la sólida alianza entre Estados Unidos y Japón, es poco probable que se enfrente a un rechazo, especialmente en un contrato que podría inyectar aproximadamente 1.600 millones de dólares a la economía estadounidense.