El JS Kaga (DDH-184), un destructor de helicópteros de la Fuerza de Autodefensa Marítima de Japón (JMSDF), arribó al puerto de San Diego cubierto por una densa capa de niebla, dando inicio a las operaciones de entrenamiento con el caza F-35B Lightning II en conjunto con la Marina de los EE. UU.
El sábado, el imponente buque apareció entre la niebla, creando una escena que parecía sacada de una película, donde su enorme tamaño contrastaba con los barcos más pequeños cercanos a la costa. A pesar de la atmósfera cinematográfica, no fue un efecto visual generado por CGI, sino un evento real captado en la bahía de San Diego. El JS Kaga (DDH-184), parte de la clase Izumo, llegó para participar en maniobras de entrenamiento con el caza F-35B Lightning II.
San Diego Web Cam difundió en X, la red social previamente conocida como Twitter, un breve video mostrando la llegada del buque japonés. Posteriormente, el domingo, WarshipsCam compartió imágenes del destructor una vez que la niebla se despejó, revelando con mayor claridad su presencia en el puerto.
Durante su estancia en San Diego, el JS Kaga será sometido a diversas pruebas para evaluar cómo puede operar con el caza de quinta generación F-35B, diseñado para despegues cortos y aterrizajes verticales (STOVL, por sus siglas en inglés). Estas pruebas comenzaron esta semana y se extenderán hasta el 18 de noviembre de 2024, proporcionando información clave sobre la integración operativa entre el buque japonés y la aeronave estadounidense.
Este despliegue marca la primera vez que el JS Kaga realiza ejercicios desde que completó las modificaciones necesarias para operar con el F-35B Lightning II, variante STOVL. Las mejoras en el buque permitirán una interoperabilidad más efectiva con las fuerzas armadas aliadas.
En un comunicado, la Oficina del Programa Conjunto (JPO) del F-35 expresó: “Estas pruebas facilitarán una mayor interoperabilidad con nuestros aliados”.
Japón transforma destructores JS Izumo y JS Kaga para operar F-35B
En octubre de 2021, el Cuerpo de Marines de los Estados Unidos llevó a cabo ejercicios STOVL a bordo del JS Izumo (DDH-183). “Los marines estadounidenses embarcaron en el JS Izumo y trabajaron en estrecha colaboración con el personal de la Fuerza de Autodefensa Marítima de Japón (JMSDF) como parte de un esfuerzo bilateral para asegurar que las pruebas de capacidad fueran tanto efectivas como seguras”, informó el servicio en esa ocasión.
Desde su entrada en servicio, la JMSDF ha operado los destructores JS Izumo y JS Kaga, que fueron comisionados en 2013 y 2015, respectivamente. Aunque ambos buques presentan una apariencia similar a la de los portaaviones modernos, han sido clasificados oficialmente por el gobierno de Tokio como “destructores de operaciones multipropósito”. El propósito fundamental de estas embarcaciones ha sido la localización y neutralización de submarinos hostiles, una función clave para la defensa de Japón.
En 2018, el gobierno japonés aprobó un ambicioso plan para mejorar significativamente las capacidades de estos buques, lo que efectivamente los convertiría en portaaviones. Esta actualización consta de dos fases, cada una diseñada para permitir que los destructores puedan operar aviones de ala fija, especialmente el avanzado F-35B Lightning II.
Ambas embarcaciones han iniciado esta transformación, con el objetivo de reforzar las capacidades de defensa y aumentar la interoperabilidad con sus aliados en operaciones conjuntas.
Japón modifica destructores JS Izumo y JS Kaga para operar F-35B
El JS Izumo ha completado la primera fase de su modernización, lo que incluyó la aplicación de una capa de pintura resistente al calor en su cubierta de vuelo. Mientras tanto, el JS Kaga ha sido modificado en su proa, lo que ha provocado comparaciones con los buques de asalto anfibio de las clases Wasp y America de la Armada de los Estados Unidos, ambos también equipados para operar el F-35B.
A pesar de las modificaciones realizadas en estos destructores de helicópteros, el gobierno de Tokio se mantiene prudente respecto al uso de la terminología. Las autoridades japonesas han evitado referirse explícitamente a los buques de la clase Izumo como portaaviones.
Esta decisión está alineada con las políticas de seguridad defensiva de Japón, que están basadas en su constitución pacifista, adoptada después de la Segunda Guerra Mundial.
Para permitir estas modificaciones, se requirió una “reinterpretación” del Artículo 9 de la Constitución, que autoriza a Japón a ejercer el derecho de “autodefensa colectiva”, lo que le permite emprender acciones militares si alguno de sus aliados es atacado.
La conversión de estos buques de guerra mejoraría significativamente la capacidad de la Fuerza de Autodefensa Marítima de Japón (JMSDF) para realizar operaciones aéreas en el disputado Mar de China Oriental, lo que ha generado críticas por parte del gobierno de Beijing.