TOKIO – Japón, el Reino Unido e Italia aspiran a tener un diseño básico para su caza de nueva generación desarrollado conjuntamente para 2024, según los planes discutidos el jueves por los ministros de Defensa de los tres países.
El proyecto, denominado Programa Aéreo de Combate Global, estará dirigido por una empresa conjunta formada por la japonesa Mitsubishi Heavy Industries, la británica BAE Systems y la italiana Leonardo.
Su objetivo es superar las capacidades de los aviones de quinta generación más avanzados, como el F-35 de fabricación estadounidense.
En su intervención en la reunión del jueves con el británico Ben Wallace y el italiano Guido Crosetto, el ministro japonés de Defensa, Yasukazu Hamada, calificó el proyecto de “piedra angular de una amplia cooperación para las generaciones venideras”.
Wallace destacó los planes para desarrollar un caza de sexta generación en su discurso de apertura de la feria de defensa DSEI Japan, celebrada el miércoles en Tokio, y afirmó que el programa “va a fusionar lo mejor de todas nuestras tecnologías”.
Wallace dijo el miércoles que el proyecto necesitará más de 25.000 millones de libras (30.200 millones de dólares) en los próximos 10 años, y que el Reino Unido invertirá 10.000 millones de libras.
Reuters informó esta semana de que Japón y Gran Bretaña se harán cargo de la mayor parte de los costes de desarrollo, mientras que Italia asumirá una quinta parte del total. El Ministerio de Defensa italiano calificó de especulativa la opinión de las dos fuentes de Reuters, mientras que el Ministerio de Defensa británico dijo que aún se estaban elaborando los detalles de los costes.
Un grupo de empresas, entre las que figuran Mitsubishi Electric, Leonardo y la rama británica de Leonardo, declararon el miércoles que colaborarán en la electrónica del GCAP. Los socios desarrollarán un sistema de comunicaciones que integre y procese la información procedente de aviones tripulados y no tripulados y transmita al piloto información sobre aviones y misiles enemigos.
Los tres países buscarán una propuesta que satisfaga las exigencias de todas las partes en cuanto a alcance, tamaño, sistemas de armamento, prestaciones furtivas y otras especificaciones. Los diseños detallados podrían estar listos para 2025, seguidos de pruebas de vuelo.
Mientras sopesaba socios para desarrollar un caza de nueva generación, Tokio optó en 2020 por recibir asistencia técnica de Lockheed Martin, pero más tarde se decantó por el Reino Unido e Italia. Esto supuso una ruptura con el historial de Japón de favorecer a socios estadounidenses para programas de defensa conjuntos.
Las Fuerzas de Autodefensa de Japón ya utilizan los cazas F-35 de Lockheed. Pero muchos de los aspectos del diseño del avión furtivo se mantienen en secreto para Japón, lo que limita su capacidad de reparar los aviones en el país.