El Acuerdo de Acceso Recíproco (RAA) entre Japón y Filipinas entró en vigor el 12 de septiembre de 2025, según una confirmación de USNI News. El acuerdo, formalizado a través de un intercambio de notas diplomáticas en Tokio, establece un marco legal para que las Fuerzas de Autodefensa Japonesas (JSDF) y las Fuerzas Armadas de Filipinas (AFP) realicen operaciones, capacitación y coordinación logística en el territorio de cada país. Es el primer acuerdo de este tipo con un país del sudeste asiático para Tokio y el tercero para Manila, tras pactos con Estados Unidos y Australia.
El acuerdo cubre diversas disposiciones operativas y jurídicas para el despliegue de tropas. Incluye normativas sobre el estado de las fuerzas visitantes, exenciones arancelarias y fiscales para equipos militares, el reconocimiento mutuo de cualificaciones y la jurisdicción legal sobre el personal. La RAA respeta la constitución filipina de 1987 y prohíbe la base permanente de tropas extranjeras, aunque permite despliegues rotativos y el almacenamiento de equipos de defensa. Las unidades japonesas que se desplieguen bajo el acuerdo pueden incluir aeronaves de patrulla marítima o batallones de ingeniería para misiones humanitarias.
El avance estratégico surge de una cooperación industrial de defensa que ha madurado por años entre Tokio y Manila. Durante la última década, Japón se ha consolidado como un proveedor de equipos de defensa para Filipinas, y proporciona buques de respuesta multipropósito (MRRV) a la Guardia Costera de Filipinas bajo préstamos altamente concesionarios. Desde entonces, la cooperación se ha expandido para incluir sistemas fijos de radar, vigilancia marítima y potenciales transferencias de plataformas navales destinadas a fortalecer la defensa marítima de Manila.
La aprobación por Japón de un préstamo de $500 M para construir cinco nuevos buques patrulleros de 97 metros demuestra la creciente sinergia industrial. Uno de los barcos de construcción japonesa, el RP Suluan (MRRV 4406), se observó recientemente en servicio durante un incidente de colisión entre unidades navales chinas y la Guardia Costera filipina cerca de Scarborough Shoal, hecho que ejemplifica el impacto operativo directo de esta cooperación. Este acuerdo complementa la previa entrega japonesa de 13 buques patrulleros.
Tokio y Manila mantienen conversaciones activas para la transferencia de hasta seis destructores de escolta de la clase Hatsuyuki, fuera de servicio, de la Fuerza de Autodefensa Marítima de Japón. La entrega, junto con varios aviones de patrulla marítima P-3C Orion, se prevé para 2027. Aunque construidos a finales de las décadas de 1980 y 1990, los barcos de la clase Hatsuyuki conservan capacidades funcionales para la guerra antisubmarina. La transferencia representa una solución provisional para reforzar la flota envejecida de la Armada de Filipinas.
El compromiso industrial de defensa ha fortalecido la confianza político-militar entre los países. Las asociaciones entre la industria y la defensa generan un contacto sostenido entre funcionarios de defensa, técnicos y planificadores, lo que facilita una familiaridad institucional para alianzas de seguridad más vinculantes. La transferencia de sistemas de radar y buques patrulleros permitió un mantenimiento, capacitación y planificación logística compartida. El RAA representa el siguiente paso lógico, al transformar la cooperación técnico-militar bilateral en una alianza estratégica con consecuencias operativas reales.
La entrada de Japón como socio de entrenamiento de defensa ocurre en un momento de creciente presión en el mar de Filipinas Occidental. Filipinas enfrenta confrontaciones marítimas frecuentes con fuerzas navales chinas. La asistencia marítima japonesa y el acuerdo de acceso mejoran la capacidad filipina para responder a amenazas híbridas. Los funcionarios filipinos consideran a Japón un socio natural para la construcción de arquitecturas de disuasión firmes, pero no escaladas. Las unidades japonesas comenzarán los preparativos para ejercicios navales en la Bahía de Subic, mientras las fuerzas filipinas pueden participar en maniobras cerca de las islas del suroeste de Japón.