El prototipo voló en febrero de 2024. El TF-X busca autonomía y sustituir F-16, con disputas por S-400, F-35, sanciones y un acuerdo con Indonesia.
Primer vuelo del KAAN y metas turcas de diseño y fabricación nacional
El prototipo del caza KAAN de Turkish Aerospace Industries (TUSAŞ) voló por primera vez el 21 de febrero de 2024 desde una base cerca de Ankara. El Gobierno turco ligó el hito al objetivo de contar con un avión diseñado y fabricado en el país. El programa, conocido como TF-X y lanzado en 2016, avanza con varias disputas con Estados Unidos por la compra del sistema ruso S-400, que ya provocó la salida del F-35 y sanciones.
El diseño del KAAN responde a la necesidad declarada por Ankara de disponer de un caza de quinta generación. La meta oficial pasa por sustituir de forma progresiva la flota de F-16 y conservar capacidades de combate aéreo en las próximas décadas. En el anuncio del primer vuelo, la industria de defensa enmarcó el proyecto en una estrategia de autonomía tecnológica y presentó el aparato como una plataforma que incorpora tecnologías avanzadas de diseño y fabricación.
El primer vuelo se difundió con imágenes del despegue y del aterrizaje del prototipo. Responsables del sector destacaron el carácter tecnológico del programa y lo asociaron a la adquisición de capacidades industriales. En ese marco, TUSAŞ concentra el papel principal bajo la supervisión de la Presidencia de Industrias de Defensa (SSB) y con participación de empresas turcas del sector, según el esquema oficial del proyecto. El Gobierno lo presentó como vía para incorporar tecnologías avanzadas.

El avance del KAAN se produce dentro de la pertenencia de Turquía a la OTAN, alianza a la que el país se incorporó el 18 de febrero de 1952 junto con Grecia. Desde entonces, Ankara ha mantenido un papel sostenido en la estructura militar aliada en el flanco sur. Sus fuerzas aéreas han operado durante décadas plataformas de origen estadounidense y europeo, un marco que condiciona debates sobre interoperabilidad y acceso a tecnologías.
Fechas y decisiones que marcaron el programa KAAN y la relación aliada
- 21 de febrero de 2024: primer vuelo del prototipo del KAAN desde una base próxima a Ankara.
- 2016: lanzamiento del programa TF-X, antecedente directo del desarrollo del KAAN.
- 18 de febrero de 1952: ingreso de Turquía en la OTAN junto con Grecia.
- 17 de julio de 2019: el Pentágono anunció el inicio del proceso para desvincular a Turquía del programa F-35 por el S-400.
- 10 de diciembre de 2025: el embajador de Estados Unidos en Turquía citó contactos sobre un eventual retorno turco al F-35, condicionado al S-400.
Motores del KAAN y hoja de ruta turca hacia la producción en serie
En esta fase, el prototipo del KAAN emplea dos motores General Electric F110, los mismos que usan variantes del F-16. Turquía ha señalado que pretende integrar una motorización de fabricación nacional cerca del inicio de la producción en serie, prevista para 2028. La planificación oficial también contempla entregas a partir de ese horizonte, con el programa como eje para sostener la capacidad de combate de la fuerza aérea del país.
La arquitectura industrial del programa sitúa a TUSAŞ como actor principal, con supervisión de la Presidencia de Industrias de Defensa (SSB) y con participación de empresas turcas del sector. El Gobierno presentó ese esquema como una vía para incorporar tecnologías avanzadas de diseño y fabricación, además de consolidar capacidades nacionales. En el anuncio del primer vuelo, los responsables del área destacaron la dimensión tecnológica asociada al desarrollo del nuevo caza.

Tras la difusión del despegue y el aterrizaje, la industria de defensa insistió en que el KAAN apunta a la adquisición de capacidades y a la incorporación de tecnologías de diseño. El calendario cobra relevancia porque la exclusión del F-35 obligó a Turquía a buscar soluciones de transición para su fuerza de combate. En ese contexto, el inicio de la producción en serie y las entregas desde 2028 se han convertido en un elemento central.
Tras la exclusión del F-35, Ankara ha buscado alternativas para sostener su fuerza de combate mientras avanza con el KAAN. Entre esas vías, el país ha realizado gestiones para comprar nuevos F-16 y modernizar parte de su flota, y también ha explorado opciones europeas. La combinación de una solución nacional y medidas de transición condiciona la planificación de capacidades, sobre todo ante el objetivo oficial de producción en serie y entregas desde 2028.
Patriot y otras compras occidentales en la agenda de defensa de Turquía
En paralelo al desarrollo del KAAN, Turquía ha mantenido negociaciones y solicitudes para adquirir o modernizar sistemas occidentales. Entre esos planes figura el interés por defensas antiaéreas Patriot, que Ankara ha citado como parte de su agenda de capacidades. Estas gestiones se desarrollan en un contexto de debates sobre interoperabilidad dentro de la OTAN y de varias disputas con Estados Unidos y otros aliados por decisiones de adquisición de armamento.
El 18 de diciembre de 2018, el Departamento de Estado de Estados Unidos aprobó una posible venta militar al extranjero a Turquía, valorada en 3.500 millones de dólares. El paquete incluía misiles Patriot MIM-104E Guidance Enhanced (GEM-T) y misiles PAC-3 Missile Segment Enhancement (MSE), además de radares AN/MPQ-65, estaciones de control y lanzadores. La operación siguió el trámite formal de notificación al Congreso por medio de la Defense Security Cooperation Agency.

En la notificación, Washington describió la venta como un refuerzo de la seguridad de un aliado de la OTAN. También subrayó la interoperabilidad con Estados Unidos y con la Alianza, un punto relevante en la discusión sobre sistemas de defensa antiaérea. Este enfoque contrasta con el contencioso abierto por otras decisiones de adquisición de Ankara, especialmente aquellas vinculadas a tecnología rusa, que han generado restricciones y medidas de presión en el plano bilateral.
Tras su exclusión del F-35, Turquía ha combinado el impulso al KAAN con gestiones para sostener su capacidad de combate a corto y medio plazo. El país ha buscado comprar nuevos F-16 y modernizar parte de su flota, además de explorar opciones europeas. Estas iniciativas conviven con las negociaciones sobre defensas antiaéreas y con un debate más amplio sobre el equilibrio entre autonomía tecnológica y cooperación con aliados occidentales principales.
S-400, F-35 y sanciones CAATSA en el centro del vínculo Ankara-Washington
La disputa más determinante para la cooperación aeronáutica con Estados Unidos llegó con la compra turca del sistema ruso de defensa antiaérea S-400. El 17 de julio de 2019, el Pentágono anunció el inicio del proceso para desvincular a Turquía del programa F-35 por esa adquisición. Washington sostuvo que el país no podía operar a la vez el sistema ruso y el avión, por el riesgo para la seguridad y para la protección de su tecnología.
El contencioso se amplió en diciembre de 2020, cuando Estados Unidos impuso sanciones bajo la ley CAATSA contra la SSB y altos cargos vinculados a la agencia. El Departamento de Estado precisó que las medidas incluían restricciones a licencias de exportación y autorizaciones relacionadas con la SSB, además de otras disposiciones dirigidas a responsables identificados por Washington. Las sanciones se presentaron como respuesta directa a la adquisición del S-400 ruso.

En 2025, el expediente del F-35 y las sanciones siguió abierto y entró en conversaciones directas entre Ankara y Washington. El 10 de diciembre de 2025, el embajador de Estados Unidos en Turquía declaró que ambos países mantenían contactos sobre la posibilidad de que Turquía vuelva a participar en el programa F-35. Washington condiciona esa opción a que Ankara se desprenda del S-400, un punto central del diálogo en curso.
En estas conversaciones, las partes reiteraron públicamente sus posiciones. Estados Unidos sostiene que el sistema ruso supone un riesgo para la seguridad estadounidense y de la OTAN, y Turquía afirma que no lo integrará en sistemas de la Alianza. Ankara también considera injustas las sanciones y mantiene el contencioso como parte de su relación de defensa con Washington. En diciembre de 2025, la discusión sobre el futuro del F-35 y el régimen de sanciones permaneció activa.
Acuerdo con Indonesia y proyección exterior del KAAN en mercado de cazas
El programa también se proyectó hacia el mercado exterior. En 2025, Turquía anunció su primer acuerdo de exportación del KAAN con Indonesia, con el compromiso de suministrar 48 unidades. Las autoridades turcas presentaron el entendimiento en la exposición Indo Defence 2025, celebrada en Yakarta. Según lo comunicado, los aviones se fabricarían en Turquía con integración de capacidades locales indonesias, aunque las partes no difundieron detalles económicos. Las entregas se situaron en el horizonte de 2028.
El calendario oficial del KAAN, con producción en serie y entregas desde 2028, resulta clave para la fuerza aérea turca y para el compromiso anunciado con Indonesia. Tras la exclusión del F-35, Ankara ha situado el programa en el centro de su planificación de capacidades de combate. A la vez, la proyección exterior busca abrir mercado, aunque las partes no difundieron cifras del acuerdo. El avance industrial marcará el ritmo de esas entregas.

La combinación de desarrollo nacional, potencial exportador y tensiones con un aliado clave ha situado al KAAN en el centro de la relación entre Turquía y Estados Unidos. Decisiones de defensa con impacto directo en la interoperabilidad con la OTAN y en el acceso a tecnologías avanzadas han marcado el debate bilateral. En este marco, el programa del caza convive con el contencioso del S-400 y con contactos sobre una posible vuelta al F-35.
En diciembre de 2025, la discusión sobre el futuro del F-35 y el régimen de sanciones permaneció activa, con contactos diplomáticos entre Ankara y Washington. Estados Unidos mantiene como condición que Turquía se desprenda del S-400, al considerar que el sistema ruso supone un riesgo para la seguridad estadounidense y de la OTAN. Turquía sostiene que no lo integrará en sistemas de la Alianza y rechaza las sanciones por considerarlas injustas.
