El misil AGM-130, una herramienta aire-tierra, representa un salto cualitativo en el desarrollo de municiones guiadas de precisión. Originado a partir de la bomba planeadora GBU-15, este misil integra habilidades de planeo con propulsión a cohetes, permitiendo golpear objetivos estratégicos a distancias considerables.
Se fabricó en dos modelos principales: el AGM-130A, diseñado para atacar agrupaciones de fuerzas terrestres y vehículos blindados; y el AGM-130C, enfocado en destruir instalaciones críticas como búnkeres y centros de mando. Equipado con un sistema de guía por infrarrojos y enlace de datos para la navegación precisa, este misil fue empleado en diversas operaciones militares hasta su fase de desuso en los años 2010.
Concebido inicialmente para el uso en el caza F-15E Eagle, el AGM-130 evidenció la evolución de las municiones en términos de alcance, velocidad y exactitud.
Desarrollos recientes en municiones de alto calibre
Las municiones contemporáneas presentan habilidades sumamente sofisticadas en el campo de batalla, capaces de neutralizar tanto objetivos menores como de gran envergadura con una precisión implacable bajo diversas condiciones atmosféricas. Incluso, algunas de estas municiones cuentan con tecnologías de sigilo.
Numerosas innovaciones en municiones menores han sentado las bases para estas capacidades avanzadas, experimentando con nuevas tecnologías y extendiendo sus funcionalidades.
El AGM-130 figura prominente entre estas innovaciones. Este misil aire-superficie, apto para operaciones a altitudes altas y bajas, representa una evolución de la bomba planeadora GBU-15, compartiendo muchas de sus tecnologías avanzadas.
El diseño del AGM-130 permite que se comporte como una bomba convencional hasta alcanzar una altitud determinada, momento en el cual su motor cohete se activa, propulsando el misil hacia su objetivo.
Disponible en dos variantes, el AGM-130A y el AGM-130C, la primera está equipada con una ojiva de explosión/fragmentación MK-84, orientada a la eliminación de tropas y vehículos blindados. La segunda, destinada a objetivos de alto valor estratégico como cuarteles generales y centros de comando, incorpora una ojiva penetrante BLU-109 de 2.000 libras. Se había propuesto un AGM-130B para ataques específicos contra aeródromos, pero este modelo nunca se materializó.
Especificaciones del AGM-130 y su rendimiento en combate
Con una longitud de casi trece pies y un peso aproximado de 3,000 libras, el AGM-130 posee la capacidad de infligir daños severos a distancias de más de cuarenta y seis millas. Los detalles exactos sobre el alcance de este sistema de armas permanecen bajo clasificación.
Aunque la velocidad específica también es confidencial, se estima que el misil puede alcanzar velocidades cercanas a las 600 millas por hora. Utiliza un motor cohete para extender su alcance y un altímetro para gestionar su altitud durante el vuelo.
En cuanto a la precisión, el AGM-130 está dotado de un buscador de imágenes infrarrojas y un enlace de datos que proporciona al piloto una visión en primera persona del objetivo a través de los ojos del misil, lo que facilita una mayor exactitud en el impacto.
Durante su trayectoria, el misil transmite datos al piloto mediante el sistema AXQ-14. A medida que el objetivo entra en el campo de visión, el operador puede dirigir la munición manualmente o activar el sistema de guía terminal automática para impactar en coordenadas preestablecidas.
Además, el misil está equipado con un Sistema de Posicionamiento Global interno, lo que aumenta su eficacia en la localización de blancos.
Acciones combativas y despliegues estratégicos del AGM-130
El AGM-130 fue desplegado en acciones de combate antes de su descontinuación en la década de 2010. La Fuerza Aérea de Estados Unidos empleó este misil durante la Operación Northern Watch en 1999, atacando instalaciones antiaéreas iraquíes, y en operaciones contra fuerzas serbias durante la Operación Fuerza Aliada. Asimismo, fue utilizado en los inicios de la Operación Libertad Duradera en Afganistán, donde se enfrentó a fuerzas talibanes y de Al-Qaeda.
Desarrollado específicamente para el avión F-15E Eagle, el programa del AGM-130 se inició en 1984, y la munición entró en producción en la década de 1990. Aunque inicialmente la Fuerza Aérea planificó adquirir más de 4,000 unidades de este misil, finalmente se limitó a comprar solo unos cientos, ajustándose a las necesidades y resultados de las evaluaciones operativas y tácticas.