El general Mark Kelly, quien fuera comandante del Comando de Combate Aéreo de EE. UU., destacó un incremento de diez veces en la demanda de piezas de aeronaves, según lo informado el 5 de noviembre de 2024, durante una actualización en una reunión de expertos en combate aéreo celebrada en Berlín.
En la Conferencia Internacional de Cazas, organizada por DefenceiQ, Kelly presentó los principales retos que enfrenta la Fuerza Aérea de Estados Unidos. Estos incluyen la operación en un espectro electromagnético complejo, la construcción de defensas aéreas en capas y la superación de un importante déficit en el mantenimiento de aeronaves, todo esto en un contexto de creciente inseguridad global.
A nivel estratégico, se considera que Estados Unidos y sus aliados deben estar preparados para un posible conflicto bélico antes de que concluya esta década. La invasión rusa a Ucrania ha dejado a este país en una posición desfavorable, mientras que China ha superado en poderío militar a Estados Unidos.
A pesar de que las Fuerzas Armadas de EE. UU. están adaptando su doctrina para enfrentar posibles conflictos con potencias de capacidades similares, basándose en las lecciones de la Guerra Fría, la competencia también depende de la fortaleza industrial del país.
Es aquí donde China ha logrado adelantar a Estados Unidos. Pekín está invirtiendo enormemente en municiones y adquiriendo sistemas de armas a un ritmo cinco o seis veces más rápido que el de Estados Unidos, según un análisis del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales de Washington.
Mientras tanto, la Fuerza Aérea del Ejército Popular de Liberación de China (PLAAF) sigue ampliando sus capacidades en áreas clave, mientras que Estados Unidos enfrenta serias dificultades para mantener operativos sus aviones tácticos en condiciones óptimas para cumplir con las misiones asignadas.
La falta de rendimiento en aviones de combate de EE. UU. pone en riesgo la seguridad global
La Oficina de Responsabilidad Gubernamental de Estados Unidos reveló que el ritmo de vuelo de los aviones de combate en servicio es considerablemente inferior al requerido en todas las fuerzas armadas, a pesar de que entre 2018 y 2023 se destinaron hasta 57 mil millones de dólares al mantenimiento de estas aeronaves.
Esta situación plantea serias dudas sobre el aparente déficit en el rendimiento de las fuerzas armadas en un momento en que deberían estar operando a su máxima capacidad para evitar un retroceso en la seguridad mundial.
A su vez, los problemas de Boeing, históricamente una de las empresas más confiables en la industria aeroespacial de EE. UU., reflejan las preocupaciones del sector. La compañía informó una pérdida neta de 6.170 millones de dólares en el tercer trimestre de 2024, que concluyó el 30 de septiembre.
Este revés financiero se produjo después de la adquisición por 8.000 millones de dólares de Spirit Aerosystems, un antiguo y confiable proveedor de Wichita, en un intento de Boeing por recuperar la confianza en su cartera de aeronaves. Esta compra, realizada poco después de los problemas comerciales de Boeing a principios de año, ha sido vista como un giro estratégico.
Sin embargo, esta decisión ha generado incertidumbre dentro de los círculos de defensa de Estados Unidos, ya que algunos temen que los compromisos de defensa de Spirit puedan verse comprometidos debido a la reestructuración comercial que enfrenta la empresa.
El Reino Unido enfrenta retos con el F-35 mientras crece el poder militar de China
Como único socio de primer nivel en el programa F-35 liderado por Estados Unidos, el Reino Unido se enfrenta a dificultades para superar la cifra de 37 aviones F-35B antes de que finalice el año. Actualmente, el ejército británico opera solo 34 de estas unidades, lo que resulta insuficiente para cubrir las necesidades operativas de sus dos portaaviones de la clase Queen Elizabeth. Uno de estos portaaviones, el HMS Prince of Wales, tiene previsto partir hacia el Indo-Pacífico en 2025, donde se unirá a una fuerza reforzada por activos navales de Noruega.
A pesar de estos desafíos, Gran Bretaña sigue comprometida con el programa F-35, con planes para adquirir al menos 74 aviones. Sin embargo, esta cifra ha disminuido considerablemente desde el límite inicial de 138 aeronaves. En el presupuesto de defensa británico de finales de octubre, no se registraron recortes significativos, lo cual es crucial para afrontar el entorno de seguridad cada vez más volátil que el Reino Unido debe enfrentar en los próximos años.
En contraste, China ha demostrado un avance considerable en su capacidad naval. Recientemente, realizó un ejercicio con sus dos portaaviones, el Liaoning y el Shandong, que realizaron operaciones de vuelo dentro de un solo Grupo de Ataque de Portaaviones (CSG).
Aunque el Liaoning mostró solo dos cazas J-15 en su cubierta de vuelo, se observó que hasta 12 cazas J-15 estuvieron operando en el aire, lo que sugiere que la mayoría de los aviones fueron lanzados desde el portaaviones. Se estima que China cuenta con hasta 40 aviones de ala fija y rotatorios en su fuerza naval.
Mientras tanto, en Europa del Este, el apoyo a la fuerza aérea sigue en aumento, especialmente en el contexto de la creciente amenaza rusa. Recientemente, el Departamento de Estado de Estados Unidos aprobó una posible venta militar a Polonia de una actualización de mitad de vida de los F-16 Viper, por un valor superior a los 7.000 millones de dólares (6.500 millones de euros).