El exsecretario de la Fuerza Aérea priorizó otras amenazas estratégicas sobre el desarrollo del caza F-47 en la propuesta presupuestaria para el año fiscal 2026.
La exclusión del NGAD respondió a límites presupuestarios severos
El caza de sexta generación NGAD, presentado como F-47 por el presidente Donald Trump, no fue incluido en el presupuesto de 2026 preparado por la administración Biden. El exsecretario de la Fuerza Aérea, Frank Kendall, confirmó que no lo consideró una prioridad frente a otras necesidades urgentes del servicio.
Durante una participación en el Informe de Defensa y Aeroespacial, Kendall reveló que detuvo el programa en el verano de 2023 al constatar que los fondos proyectados no alcanzaban para sostenerlo junto a otros proyectos esenciales. Afirmó que, pese a ligeros aumentos en las versiones más recientes del presupuesto, estos seguían siendo insuficientes.
El Pentágono había estimado que el desarrollo del NGAD requeriría cerca de 20.000 millones de dólares en cinco años. Según Kendall, incorporar este costo significaría ralentizar la modernización del resto de la flota de combate, lo cual no era viable desde una perspectiva estratégica.
En su análisis, destacó que el F-47, por unidad, costará “más del doble” que un F-35, cuyo precio ronda los 90 millones de dólares. Esta diferencia reforzó su decisión de priorizar programas como el Bloque 4 del F-35, el Avión de Combate Colaborativo (CCA) y sistemas de defensa antiespacial y de bases aéreas.
Detalles técnicos y decisiones en torno al programa NGAD
- Costo proyectado: 20.000 millones de dólares en cinco años
- Precio estimado del F-47: más del doble del F-35 (90 millones USD)
- Prioridades sustitutas: contraespacio, defensa de bases aéreas, F-35 Bloque 4
- Diseño del programa: arquitectura modular con incrementos sucesivos
- Ganador del contrato: Boeing, con una propuesta calificada como “mejor valor”
- Participantes eliminados: Lockheed Martin (finalista), Northrop Grumman (no ofertó)
- Producción inicial: 100 unidades previstas en Incremento 1
- Exportación: improbable debido al alto costo y sensibilidad tecnológica
La competencia por el NGAD fue cerrada y técnicamente válida
La adjudicación del contrato del F-47 a Boeing marcó un cambio significativo en la industria de defensa, considerando que Lockheed Martin había liderado los anteriores programas F-22 y F-35. Kendall explicó que Boeing necesitaba ganar esta competencia para mantenerse como fabricante relevante de cazas.
Según Andrew Hunter, exejecutivo de adquisiciones de la Fuerza Aérea, tanto Boeing como Lockheed presentaron propuestas técnicamente competitivas. Boeing, sin embargo, habría mostrado una mayor disposición al riesgo, elemento que en ocasiones ofrece ventaja frente a competidores con más programas activos en curso.
Hunter indicó que el diseño del NGAD buscaba estimular la innovación, con un enfoque en entregas por “incrementos sucesivos”, lo que mantiene abierta la participación industrial a largo plazo. Aun así, aclaró que no se puede anticipar cuántos incrementos futuros serán adjudicados.
Kendall coincidió en que Lockheed pudo haber ganado, pero resaltó que Boeing fue más ágil al demostrar tecnologías clave. Señaló también que ambas propuestas mostraban diferencias significativas en su enfoque de diseño, lo que confirmó la validez de la competencia.
El programa NGAD nació como una familia de sistemas interconectados
El origen del NGAD se remonta a la Iniciativa de Innovación Aeroespacial que Kendall lanzó en la administración Obama. Esa etapa inicial incluyó el desarrollo de “aviones X” para madurar tecnologías, con un presupuesto inicial de 1.000 millones de dólares divididos entre la Fuerza Aérea, la Marina y DARPA.
El NGAD fue concebido como una “familia de sistemas”, donde el caza tripulado representa solo uno de los elementos. Otros componentes incluyen sensores espaciales, enlaces de comunicación externos, nuevas armas y plataformas no tripuladas como los Aviones de Combate Colaborativos.
Según Kendall, el F-47 comenzó como una evolución directa del F-22, pero con el tiempo incorporó capacidades adicionales, especialmente en cuanto a la interoperabilidad con sistemas autónomos. Añadió que, pese a los avances, hay riesgos tecnológicos importantes por tratarse de un diseño agresivo con tecnologías aún en fase de integración.
Durante el anuncio del contrato en el Despacho Oval, Trump mencionó la posibilidad de una versión exportable del F-47, pero Kendall advirtió que esa opción resulta poco probable debido a su costo elevado y al nivel de sensibilidad tecnológica involucrado.
Otras amenazas estratégicas influyeron en la exclusión del F-47
La exclusión del NGAD del presupuesto de 2026 fue, según Kendall, resultado de decisiones estratégicas frente a otras amenazas más inmediatas. Una de ellas fue la creciente capacidad antiespacial de China, que ya ha desplegado decenas de satélites ofensivos que podrían comprometer activos estadounidenses y aliados.
Otra preocupación clave fue la defensa de bases aéreas, ante el despliegue masivo de misiles de crucero, balísticos e hipersónicos por parte de China. Kendall explicó que ni el sistema Patriot ni el THAAD son soluciones viables por costo y disponibilidad, lo que hace necesaria una defensa más asequible y adaptativa.
Este tipo de protección, si bien corresponde al Ejército, podría ser asumido por la Fuerza Aérea, según el propio Kendall. Argumentó que el plan actual del Ejército no brindará la cobertura necesaria en el tiempo requerido, especialmente para respaldar conceptos como el Empleo de Combate Ágil.
Finalmente, Kendall subrayó que sin defensa efectiva de bases aéreas, ningún caza podrá despegar, ni siquiera el F-47. Por eso, insistió en que programas como el F-35 Bloque 4 y el CCA Incremento 2 deben tener prioridad si se quiere mantener la superioridad tecnológica frente a China.