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La Marina lanza ultimátum a Boeing: el MQ-25 debe volar antes de que acabe el año

30 de julio de 2025
MQ-25

El avión de prueba MQ-25 T1 en vuelo con la manguera de reabastecimiento desplegada. (Crédito de la imagen: Boeing)

Las pruebas en tierra han comenzado con el prototipo representativo de producción del dron cisterna MQ-25 Stingray, desarrollado para la Marina de los Estados Unidos. Este paso antecede al primer vuelo previsto antes de finalizar el año, una meta que la propia Marina ha reconocido como altamente exigente y que, según sus estimaciones, requerirá un esfuerzo considerable para concretarse.

El fabricante Boeing anunció el inicio de estas pruebas durante la conferencia trimestral de resultados celebrada hoy. Desde hace años, la empresa ha venido utilizando un demostrador aéreo denominado T1 para respaldar el desarrollo del MQ-25 Stingray, aunque este ejemplar no representa con exactitud la configuración final de producción.

El demostrador T1 se acopló con un caza F/A-18F Super Hornet de la Marina estadounidense durante una prueba, como parte de los ensayos previos.

El año pasado, Boeing confirmó la entrega del primero de los nueve ejemplares de preproducción del MQ-25 a la Marina. Cuatro de estos aparatos se destinarán a funciones de desarrollo de ingeniería (Engineering Development Models, EMD), mientras que los cinco restantes serán artículos de prueba para demostración del sistema (System Demonstration Test Articles, SDTA), utilizados en ensayos de fatiga estructural y pruebas estáticas. El objetivo final de la Marina consiste en adquirir un total de 76 unidades del Stingray. En su solicitud presupuestaria correspondiente al año fiscal 2026, la institución ha solicitado fondos para adquirir los tres primeros MQ-25 de producción, a un costo estimado de $161,51 millones por unidad.

En una fotografía publicada por Boeing el año pasado se muestra el primer ejemplar de preproducción del MQ-25.

La Marina espera alcanzar la capacidad operativa inicial (IOC) del MQ-25 en el año fiscal 2027. En 2018, cuando Boeing ganó la competencia del programa CBARS (Carrier-Based Aerial-Refueling System), la fecha prevista para la IOC era 2024. Sin embargo, el calendario sufrió múltiples retrasos debido a problemas técnicos y otros factores, incluidos los efectos indirectos de la pandemia de COVID-19. Estos inconvenientes también provocaron un aumento considerable en los costos del programa Stingray.

Hasta la fecha, aún no ha volado un ejemplar representativo de producción del MQ-25, y la propia Marina ha expresado reservas respecto al cronograma de ensayos en vuelo actualmente previsto.

“El MQ-25 y el año 2025 generan gran confianza, pero también implican un volumen significativo de trabajo para lograrlo”, declaró en abril el vicealmirante Carl Chebi, director del Comando de Sistemas Aéreos Navales (NAVAIR), durante un panel en la exposición anual Sea Air Space organizada por la Navy League. “El 70 % de las capacidades que la industria nos entrega llega con retraso. Por eso estamos presionando con fuerza.”

“Vamos a hacer volar este aparato este año”, añadió en esa ocasión. “En este momento tenemos mucho trabajo pendiente. Durante los próximos meses habrá que sostener conversaciones difíciles para lograr que este sistema vuele en 2025.”

#MQ25 on the move!

The first @USNavy MQ-25 Stingray recently moved off the production line to our static test facility. This is the first of nine Stingrays to be put through static, fatigue and flight tests to ensure durability and airworthiness. pic.twitter.com/2UvYoKnK7G

— Boeing Defense (@BoeingDefense) September 14, 2023

Dan Gillian, vicepresidente y gerente general del área de Dominio Aéreo en Boeing, quien participó en el mismo panel, afirmó: “El MQ-25 volará este año porque la aeronave nos indica que está lista. Los aviones comunican su disponibilidad para volar, y esta plataforma ciertamente lo está”.

Gillian reconoció que el programa ha enfrentado dificultades, aunque se mostró optimista respecto al calendario actual. “Contamos con nuestra primera aeronave lista para volar este año en nuestras instalaciones de MidAmerica, ubicadas en las afueras de St. Louis, Missouri, en un complejo completamente nuevo. Nos entusiasma mucho este avance, y el programa adquiere impulso cada día. Cuando hagamos volar esta aeronave a finales de año, será el avión no tripulado más seguro y avanzado que hayamos fabricado.”

Tal como indicó Gillian, se prevé que las pruebas iniciales de vuelo se realicen en MidAmerica. La Marina no planea iniciar ensayos desde un portaaviones hasta el próximo año. Anteriormente, Boeing y la Marina llevaron a cabo maniobras de manipulación en cubierta y otras pruebas con el T1 a bordo del portaaviones de clase Nimitz USS George H.W. Bush (CVN-77), aunque dicho dron nunca ha despegado ni aterrizado en una cubierta de vuelo. En 2023, el George H.W. Bush se convirtió en el primer superportaaviones de la Marina en contar con un centro de control dedicado para aeronaves no tripuladas.

A pesar de los problemas asociados con el programa MQ-25, la Marina sigue considerando al Stingray como un componente esencial dentro de la futura ala aérea embarcada.

“El MQ-25, en combinación con armamento de largo alcance, cadenas de ataque letales y un sistema robusto de mando y control, así como plataformas capaces de operar en entornos disputados, constituye la clave del futuro de nuestras alas aéreas en el Pacífico”, afirmó el capitán Lew Callaway, jefe de la Rama de Aviones de Ataque y Armamento en la División de Guerra Aérea de la Oficina del Jefe de Operaciones Navales, durante la conferencia WEST 2025 celebrada en enero. “Quiero centrarme en el MQ-25 porque representa la capacidad más próxima e importante que vamos a desplegar para ampliar el alcance y la permanencia operativa de nuestras alas aéreas embarcadas.”

La necesidad de extender el alcance de las alas aéreas embarcadas, junto con la intención de eliminar el empleo de cazas tripulados F/A-18F Super Hornet en funciones de reabastecimiento, constituyen los principales motivos declarados por la Marina para adquirir el MQ-25. Además, estos drones contarán con una capacidad secundaria de inteligencia, vigilancia y reconocimiento (ISR). TWZ ha analizado previamente en detalle cómo el diseño del MQ-25 también abre una vía clara para que la Marina pueda utilizarlo en un espectro más amplio de funciones en el futuro, incluida la capacidad de ataque de largo alcance.

Un modelo de Boeing muestra una versión futura del MQ-25 armada con dos misiles antibuque de largo alcance AGM-158C LRASM.

Las autoridades navales también describen con frecuencia al MQ-25 como el “precursor” principal en el esfuerzo más amplio por integrar capacidades no tripuladas en las futuras alas aéreas embarcadas. La Marina mantiene desde hace tiempo el objetivo de que, eventualmente, más del 60 % de las aeronaves embarcadas en sus portaaviones no cuenten con piloto. Sin embargo, la prioridad inmediata consiste en lograr la incorporación operativa del MQ-25. En paralelo, la Marina ha cedido protagonismo a la Fuerza Aérea y al Cuerpo de Marines en el desarrollo de plataformas no tripuladas tipo CCA (Collaborative Combat Aircraft).

“El Departamento de la Marina participa en un memorando de acuerdo con nuestros servicios hermanos, la Fuerza Aérea y el Cuerpo de Marines, con el fin de desarrollar en conjunto esta capacidad \[CCA]. Cada uno de nosotros se concentra en un aspecto distinto”, explicó el contralmirante Michael “Buzz” Donnelly, director de la División de Guerra Aérea (N98) en la Oficina del Jefe de Operaciones Navales, durante la exposición Sea Air Space de este año. “La Fuerza Aérea lidera el desarrollo del vehículo aéreo y la autonomía necesaria para ejecutar las misiones. El Cuerpo de Marines colabora estrechamente en la integración entre plataformas tripuladas y no tripuladas, usando el F-35B como base de sus capacidades aéreas actuales. Y la Marina de los Estados Unidos se encamina hacia una flota con integración no tripulada a través del MQ-25.”

“En este esfuerzo conjunto, puedo afirmar que la Marina sigue la estela de las otras dos fuerzas”, añadió.

Cabe señalar que los planes más amplios de la Marina para sus futuras alas aéreas embarcadas se han visto alterados recientemente debido a la decisión de suspender el desarrollo de un nuevo caza furtivo embarcado de sexta generación, conocido como F/A-XX. El Pentágono argumentó que esta medida busca concentrar recursos en el programa F-47 de la Fuerza Aérea, y que la base industrial estadounidense no puede sostener simultáneamente dos programas de cazas de sexta generación. Boeing, contratista principal del F-47 y también aspirante al F/A-XX, ha expresado objeciones a esta afirmación.

F/A-XX: evolución y desafíos en la fuerza naval de EE. UU.
F/A-XX

“Ningún elemento de la Fuerza Conjunta proyecta poder de combate desde el mar como lo hace un Grupo de Ataque de Portaaviones, que tiene como núcleo un portaaviones de propulsión nuclear (CVN). Para mantener esa capacidad de ataque, el CVN debe contar con un ala aérea equipada con los cazas más avanzados”, escribió el almirante Daryl Caudle, actual candidato a Jefe de Operaciones Navales, en respuesta a una pregunta sobre el F/A-XX antes de su audiencia de confirmación celebrada la semana pasada. “Por tanto, la capacidad de mantener la superioridad aérea frente a competidores de igual nivel quedará en entredicho si la Marina no logra incorporar un caza de sexta generación en un plazo adecuado. Sin un reemplazo para los F/A-18E/F Super Hornet y E/A-18G Growler, la Marina se verá obligada a modificar aeronaves de cuarta generación y a incrementar la compra de plataformas de quinta generación para intentar competir con los nuevos cazas de sexta generación que ya están operativos en manos del adversario.”

“La Marina cuenta con un requerimiento validado para una aeronave embarcada de sexta generación, y resulta imperativo que esa capacidad se materialice con la mayor celeridad posible para dotar a nuestras fuerzas con las herramientas necesarias para enfrentar una multiplicidad de amenazas emergentes”, agregó.

Mientras tanto, con las pruebas en tierra ya en curso, Boeing y la Marina continúan avanzando hacia el primer vuelo del MQ-25 representativo de producción, un paso clave para lograr finalmente la incorporación operativa del Stingray.

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