Alemania se convierte en el escenario para el inicio del despliegue aéreo más extenso en la historia de la OTAN, denominado Air Defender 23, este lunes.
Manifestación de capacidad de la OTAN en medio de tensiones
Este evento de gran envergadura, que se extenderá hasta el 23 de junio, está destinado a probar la respuesta de la alianza frente a una amenaza simulada a uno de sus miembros.
Con 10.000 participantes, 250 aviones de 25 países y un importante contingente de Estados Unidos, este ejercicio refleja el estado de preparación y capacidad de respuesta de la alianza.
El teniente general Ingo Gerhartz, jefe de las fuerzas aéreas alemanas, mencionó que este ejercicio es una señal de la capacidad de la OTAN para reaccionar de manera eficaz frente a cualquier amenaza.
Acontecimientos geopolíticos que motivan a la OTAN
Gerhartz recalcó que la necesidad de este tipo de ejercicios quedó evidenciada con la anexión de Crimea por Rusia, y los sucesos en Ucrania a principios de 2022 han incrementado la conciencia de la necesidad de una preparación efectiva.
Países no miembros de la OTAN, como Suecia, que está en proceso de unirse, y Japón, que busca estrechar sus vínculos con la alianza, también participarán en el ejercicio.
Impacto en la aviación civil y medidas tomadas
Las opiniones divergen sobre cómo afectará el despliegue aéreo a la aviación civil. Matthias Maas, líder del sindicato de controladores aéreos alemanes, anticipa una perturbación significativa.
Gerhartz contradice estos pronósticos, afirmando que se han tomado medidas con la autoridad alemana de control del tráfico aéreo para minimizar las interrupciones en el tráfico aéreo civil.
Preparativos para minimizar perturbaciones
El despliegue se limitará a tres zonas específicas que no se utilizarán simultáneamente, y finalizará antes de las vacaciones escolares en Alemania para reducir su impacto.
Gerhartz espera que no se produzcan cancelaciones, aunque admite que podrían darse retrasos menores. Asegura que las preocupaciones planteadas por el sindicato de controladores aéreos se basan en un escenario de mal tiempo, situación en la cual las fuerzas aéreas no operarían.