El avión de combate F-4G Wild Weasel se destacó en la Guerra del Golfo con su misión de suprimir defensas aéreas enemigas.
El origen de las misiones Wild Weasel y su evolución en la aviación militar
La primera vez que se escuchó el término “Wild Weasel” en aviación militar, fue el 17 de enero de 1991, durante la Operación Tormenta del Desierto en la Guerra del Golfo Pérsico. Aquella noche, los estadounidenses seguían ansiosos las noticias de la guerra cuando el corresponsal de NBC News en el Pentágono, Fred Francis, mencionó el F-4G Wild Weasel y su peligrosa misión de neutralizar el sistema de defensa aérea KARI del régimen iraquí de Saddam Hussein. Este sistema, fabricado en Francia, constaba de radares y lanzadores de misiles tierra-aire. La misión del Wild Weasel, conocida técnicamente como SEAD (Supresión de Defensas Aéreas Enemigas), era una de las más riesgosas de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos.
Aunque las misiones Wild Weasel ganaron notoriedad durante la Guerra del Golfo, sus orígenes se remontan a 1965, en respuesta a la amenaza de los misiles SAM norvietnamitas. Inicialmente denominadas bajo el código operacional “Iron Hand”, estas misiones eran parte del Proyecto Wild Weasel de la USAF, diseñado para desarrollar aviones especializados en la detección y destrucción de SAM. El proyecto, inicialmente llamado “Proyecto Ferret”, fue renombrado para evitar confusiones con otro programa de la Segunda Guerra Mundial. El general Keith Dempster lideró el programa, seleccionando al F-100 Super Sabre como el primer avión Wild Weasel, aunque este modelo dependía de armamento convencional y no poseía misiles antirradiación específicos.
Las misiones iniciales del F-100 Super Sabre tuvieron un éxito limitado. Aunque logró cierto reconocimiento, no contaba con las características necesarias para operar eficazmente en zonas de alta amenaza. Tras 45 días de combate, el 354.º Escuadrón de Cazas Tácticos se redujo a un solo avión sobreviviente, con numerosas bajas entre su tripulación. Esta situación llevó a la Fuerza Aérea a buscar aviones más adecuados para la misión Wild Weasel, iniciando así la evolución de estas misiones a través de varios modelos de aeronaves en las décadas siguientes.
De los Super Sabre al F-4G: evolución de los aviones Wild Weasel
Después de las limitaciones mostradas por el F-100, la Fuerza Aérea seleccionó al F-4 Phantom II como el siguiente avión en la serie Wild Weasel, designándolo Wild Weasel II. Sin embargo, los resultados iniciales no cumplieron las expectativas, lo que motivó la introducción del F-105F Thunderchief como Wild Weasel III en 1966. Este modelo se equipó con radares más avanzados, sistemas de interferencias y, por primera vez, un misil antirradiación AGM-45 Shrike. La configuración del F-105F fue optimizada posteriormente en el F-105G, mejorando su efectividad en misiones SEAD.
La retirada del F-105 en 1964 y su desgaste en combate plantearon la necesidad de un avión más sofisticado para las misiones Wild Weasel. Así, la Fuerza Aérea reintrodujo el F-4 Phantom II, esta vez como F-4C Wild Weasel IV, realizando modificaciones significativas que aumentaron su efectividad. Esta versión del F-4C demostró ser mucho más exitosa en comparación con su desempeño inicial, consolidándose en las misiones Wild Weasel durante aproximadamente doce años.
El F-4G, una versión modificada del F-4E con equipos de guerra electrónica avanzados, representó la última etapa del Phantom II en misiones Wild Weasel. Este avión desempeñó un papel crucial en la Operación Tormenta del Desierto, llevando a cabo numerosas salidas de combate y destruyendo múltiples emplazamientos de misiles enemigos. Aunque se retiró del servicio en 1996, su legado en la supresión de defensas aéreas enemigas perdura en la historia de la aviación militar.
El legado del F-4G y el futuro de las misiones Wild Weasel
El F-4G fue oficialmente retirado en 1996, marcando el final de una era en la aviación de combate de los Estados Unidos. Este modelo, a diferencia de su predecesor F-4C, no cuenta con muchas unidades preservadas, siendo una de ellas exhibida en el Museo Nacional de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos en Ohio. El F-4G se destacó por su capacidad de guerra electrónica y su papel crucial en la Guerra del Golfo, donde se convirtió en un componente vital para la supresión de defensas aéreas enemigas.
En el relevo de las funciones Wild Weasel, el Lockheed Martin F-16 Fighting Falcon, conocido como “Viper”, ha sido el principal sucesor del F-4G. Las variantes Block 50 y 52 del F-16 han sido redesignadas oficialmente como F-16CJ/DJ para cumplir con las tareas de SEAD, manteniendo viva la tradición de los Wild Weasel. Este modelo ha continuado demostrando su efectividad en operaciones de combate y en la protección de otras aeronaves en escenarios de alto riesgo.
Mirando hacia el futuro, el caza furtivo de quinta generación Lockheed Martin F-35 Lightning II está programado para asumir gradualmente las funciones de Wild Weasel del F-16. Aunque no se han anunciado fechas oficiales para esta transición, se espera que el F-35, con su tecnología avanzada y capacidad de sigilo, mejore aún más la capacidad de la Fuerza Aérea para suprimir defensas aéreas enemigas y asegurar la superioridad aérea en conflictos futuros.