El uso de aeronaves autónomas colaborativas como apoyo a bombarderos podría integrarse tras su desarrollo inicial con la fuerza de combate.
Implementación de drones CCA con bombarderos furtivos
- Estudian integración de CCA con sistemas de ataque de largo alcance
- Desafíos y limitaciones de los CCA en misiones estratégicas
- Perspectivas para el programa de bombarderos B-21
- Discuten ampliación de la producción del bombardero B-21
- Visión a largo plazo para la flota de bombarderos
- Debate sobre movilidad en el componente terrestre nuclear
- Preguntas y respuestas sobre los aviones de combate colaborativos (CCA) y el programa B-21
Estudian integración de CCA con sistemas de ataque de largo alcance
El Comando de Ataque Global de la Fuerza Aérea evalúa cómo los aviones de combate colaborativo autónomos (CCA) pueden trabajar junto a los bombarderos de largo alcance, aunque priorizan su integración inicial con la fuerza de combate. Según declaraciones del general Thomas A. Bussiere el 5 de diciembre, el concepto se implementará tras observar su rendimiento en esta etapa inicial.
Bussiere explicó que el enfoque actual se centra en madurar el uso de los CCA con el Increment 1 antes de incorporarlos a la Familia de Sistemas de Ataque de Largo Alcance. Aunque no se ha formalizado esta integración, comentó que “es lógico preguntarse si un ataque de largo alcance se beneficiaría del concepto de CCA”.
El general también destacó que, por el momento, no existe un plan definitivo para emplear los CCA en estas misiones. “Vamos a dejar que la fuerza de combate madure ese concepto… y luego estaremos preparados para integrarlo en una fecha posterior”, añadió.
Aspectos clave sobre el uso de CCA
- Los CCA Increment 1 se enfocan en funciones aire-aire y no están optimizados para misiones de largo alcance.
- El secretario de la Fuerza Aérea, Frank Kendall, inicialmente consideró el concepto en 2021, pero lo descartó un año después por no ser rentable.
- Los analistas aún ven potencial para que los drones apoyen misiones de ataque de largo alcance en un futuro.
Desafíos y limitaciones de los CCA en misiones estratégicas

Durante el mismo evento, Bussiere identificó el alcance como una limitación clave para que los CCA acompañen a los bombarderos. Las aeronaves desarrolladas por Anduril Industries y General Atomics Aeronautical Systems están diseñadas para combates aire-aire, lo que dificulta su uso en misiones de largo alcance.
El mayor general Jason R. Armagost, comandante de la Octava Fuerza Aérea, comentó que un bombardero grande, como el B-21, posee múltiples aperturas y sistemas de comunicación que podrían facilitar la interacción con los CCA. No obstante, reconoció que la Fuerza Aérea ha mantenido abiertas sus opciones en cuanto al desarrollo y adquisición del bombardero B-21.
En 2021, el secretario Kendall incluyó los CCA en su lista de capacidades críticas para el futuro de la Fuerza Aérea. Sin embargo, más tarde reconsideró la propuesta, argumentando que los aviones de combate autónomos de alcance similar no eran viables económicamente.
Perspectivas para el programa de bombarderos B-21
Además de los CCA, Bussiere abordó la necesidad de reevaluar el tamaño de la flota de bombarderos B-21. Según afirmó, el entorno de seguridad actual podría justificar una mayor cantidad de estas aeronaves avanzadas.
El programa actual establece un mínimo de 100 unidades, pero análisis recientes sugieren que una flota de hasta 145 B-21 podría ser más adecuada. Esto forma parte de una fuerza total de bombarderos de 220 aviones, considerando también 75 B-52J modernizados.

“¿Quién no querría más?”, dijo Bussiere, señalando que se han realizado evaluaciones en los últimos años para determinar el tamaño óptimo de la flota. El general destacó que las capacidades “exquisitas” del B-21 hacen que sea crucial mantener flexibilidad en el ritmo de adquisiciones.
Discuten ampliación de la producción del bombardero B-21
El general Thomas A. Bussiere sugirió que podría ser necesario revisar la cifra inicial de 100 bombarderos B-21 debido al panorama estratégico actual. “Probablemente sea necesario reevaluar la cifra de 100, en función del mundo tal como lo vemos hoy”, afirmó Bussiere. Señaló que esta discusión involucra a múltiples niveles, desde la Fuerza Aérea hasta el Departamento de Defensa y el Congreso.
Según Bussiere, la aceleración del programa permitiría entregar más unidades al año que las inicialmente planificadas. Aunque no mencionó cifras específicas, indicó que cualquier incremento en la producción dependería de órdenes del Departamento de Defensa o del Congreso. “Si se ordena una aceleración… habrá cierto crecimiento de la capacidad dentro del complejo actual”, agregó.
Cuando se le preguntó sobre la posibilidad de involucrar a otra empresa para fabricar el B-21, Bussiere respondió que no lo consideraba una opción eficiente. En cambio, propuso que sería más viable abrir otro complejo de producción junto al contratista principal, Northrop Grumman.
Aspectos clave sobre la producción del B-21
- El programa actual planea producir al menos 100 B-21, con una posible aceleración dependiendo de recursos y prioridades.
- Northrop Grumman es el contratista principal para la producción del bombardero.
- Ampliar la producción requeriría abrir un nuevo complejo, en lugar de sumar otro fabricante.
Visión a largo plazo para la flota de bombarderos

El jefe del Estado Mayor, general David Allvin, expresó una opinión distinta en abril ante el Comité de Servicios Armados del Senado. Allvin indicó que no sería necesario superar la cifra de 100 B-21, dado que las tecnologías avanzadas podrían ofrecer mejores opciones en el futuro. “Creo que no vamos a alcanzar esa cifra hasta mediados de la década de 2030 y más allá”, dijo, destacando que otros avances tecnológicos surgirán antes de que el B-21 se convierta en la columna vertebral definitiva de la flota.
Bussiere, sin embargo, subrayó que el número y la velocidad de producción del B-21 son temas importantes debido a la avanzada edad de los bombarderos B-1 y B-2, y las crecientes capacidades estratégicas de potencias como Rusia y China. Además, señaló que si las entregas del B-21 se extienden hasta finales de la década de 2030, esto sugiere un ritmo de producción de aproximadamente siete u ocho fuselajes anuales, aunque el dato exacto sigue siendo clasificado.
Debate sobre movilidad en el componente terrestre nuclear
en relación conl componente terrestre de la tríada nuclear, Bussiere mencionó que la Fuerza Aérea ha evaluado la posibilidad de desarrollar un sistema móvil para el próximo misil balístico intercontinental (ICBM). Esta idea, que se exploró en la década de 1980 con el misil Peacekeeper, busca mejorar la capacidad de supervivencia de estos sistemas.
“Durante décadas se ha debatido si deberíamos tener un componente móvil en el tramo terrestre de la tríada”, comentó Bussiere. Sin embargo, señaló que, hasta ahora, no se ha considerado necesario implementar esta capacidad. “Si la nación decide avanzar hacia un sistema móvil, desarrollaremos conceptos y pasaremos por ese proceso”, afirmó, aunque aclaró que actualmente esta idea permanece en fase de análisis.
Puntos relevantes sobre el ICBM móvil
- La idea de un ICBM móvil se exploró en la década de 1980 con el misil Peacekeeper.
- Se considera una solución para aumentar la supervivencia del sistema terrestre de la tríada nuclear.
- Hasta ahora, no se ha tomado la decisión de implementar esta capacidad en los ICBM actuales o futuros.
Preguntas y respuestas sobre los aviones de combate colaborativos (CCA) y el programa B-21
Los aviones de combate colaborativos (CCA) están diseñados para apoyar misiones aéreas, pero su integración en operaciones de largo alcance aún está en evaluación. Actualmente, los CCA Increment 1 están optimizados para combates aire-aire, lo que limita su alcance. En el futuro, podrían actuar como escoltas de bombarderos, dependiendo de los avances tecnológicos y la estrategia operacional.
El plan actual contempla al menos 100 unidades del bombardero B-21. Sin embargo, las necesidades estratégicas podrían justificar hasta 145 B-21, sumando una flota total de 220 bombarderos junto a los B-52J. Esta cifra está en constante revisión según el entorno de seguridad global y los recursos disponibles.
Acelerar la producción del B-21 requeriría expandir la capacidad del contratista principal, Northrop Grumman, posiblemente mediante un nuevo complejo de producción. Aunque viable, esta estrategia debe equilibrar costos y eficiencia, ya que añadir otra empresa podría complicar la logística y aumentar los tiempos.
Un misil balístico intercontinental (ICBM) móvil incrementaría su capacidad de supervivencia frente a amenazas. Aunque se ha debatido esta idea durante décadas, Estados Unidos no ha implementado un sistema móvil. Su adopción dependería de decisiones políticas y el desarrollo de conceptos viables en el futuro.
La reevaluación del tamaño de la flota de bombarderos responde al envejecimiento de modelos como el B-1 y el B-2, y a las crecientes capacidades estratégicas de potencias como Rusia y China. Un mayor número de B-21 garantizaría superioridad estratégica en un entorno global cada vez más complejo.