Estados Unidos evalúa retirar 32 F-22 Raptor para redirigir fondos hacia el programa NGAD, un caza más avanzado y con tecnología de sexta generación.
La posible retirada de los F-22 ahorraría 1.800 millones de dólares
Un debate crítico enfrenta la Fuerza Aérea de Estados Unidos. En un intento por priorizar el desarrollo del Dominio Aéreo de Próxima Generación (NGAD), se considera retirar 32 F-22 Raptor antiguos, lo que ahorraría hasta 1.800 millones de dólares en cuatro años. Estos recursos se redirigirían hacia un caza de sexta generación más avanzado.
El NGAD promete ser una revolución tecnológica con características como inteligencia artificial, drones de apoyo tipo “Loyal Wingmen” y armas hipersónicas. Sin embargo, el costo por unidad, estimado en 300 millones de dólares, ha generado debates sobre su viabilidad y la mejor forma de gestionar los fondos disponibles.
La cancelación del programa de modernización de los F-22 también implicaría abandonar una inversión de 3.500 millones de dólares necesaria para mantenerlos operativos y competitivos en las próximas décadas. Este grupo específico de Raptor se utiliza mayormente para entrenamiento, lo que los hace potencialmente prescindibles, pero no todos están de acuerdo con esta decisión.
Críticos del plan argumentan que mantener los F-22 en servicio es crucial para garantizar la superioridad aérea de Estados Unidos, al menos hasta que el programa NGAD esté completamente operativo. La incertidumbre política añade complejidad al debate, ya que la administración entrante de Donald Trump tendrá la última palabra sobre el futuro de estos programas.
Aspectos clave del debate F-22 vs. NGAD
- El programa NGAD podría costar 300 millones de dólares por avión, superando el costo del F-22.
- Retirar los 32 F-22 permitiría reasignar hasta 1.800 millones de dólares al NGAD.
- Los drones “Loyal Wingmen” acompañarían al NGAD en misiones, aumentando su capacidad de reconocimiento y ataque.
- Algunos analistas sugieren destinar los ahorros a otros programas, como el bombardero furtivo B-21 Raider.
El desarrollo del NGAD enfrenta desafíos tecnológicos y económicos
El NGAD se presenta como el futuro de la superioridad aérea de Estados Unidos, diseñado para superar incluso al avanzado F-22. Este nuevo caza ofrecerá mayor sigilo, integración con drones y una cabina más inteligente, gracias a la inteligencia artificial. Además, podría estar armado con armas hipersónicas capaces de llevar ojivas nucleares.
Sin embargo, el desarrollo del NGAD no está exento de obstáculos. A diferencia de países como China y Rusia, que avanzan rápidamente en sus propios cazas de sexta generación, Estados Unidos enfrenta dificultades presupuestarias y un Congreso dividido en sus prioridades. Algunos expertos sugieren incluso combinar el NGAD con el programa F/A-XX de la Marina para ahorrar costos.
Mientras tanto, los F-22 más antiguos, actualmente empleados en tareas de entrenamiento, son considerados por algunos analistas como prescindibles. En este contexto, la decisión de enviarlos al “Boneyard” de la Base Aérea Davis-Monthan en Arizona podría liberar recursos para acelerar el desarrollo del NGAD.
No obstante, un sector importante de la Fuerza Aérea y legisladores defienden la modernización de estos F-22. Argumentan que esta sería la opción más eficiente para aumentar la cantidad de cazas operativos mientras el NGAD está en desarrollo.
El impacto político y militar de la decisión
El futuro del F-22 y del NGAD depende en gran medida de las decisiones de la nueva administración Trump. Con figuras como Pete Hegseth, candidato a secretario de Defensa, y Michael Duffey, postulado para jefe de adquisiciones, aún sin definir su postura sobre estos programas, el panorama sigue siendo incierto.
Mark Cancian, asesor del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, opinó que otras prioridades, como el programa B-21 y el misil Sentinel, podrían superar al NGAD en importancia. Esta falta de consenso complica la asignación de recursos y retrasa la toma de decisiones clave.
Mientras tanto, China y Rusia continúan desarrollando sus propios cazas de sexta generación sin enfrentar las limitaciones presupuestarias o políticas que obstaculizan a Estados Unidos. Esto subraya la necesidad de claridad estratégica para mantener la competitividad militar.
¿Modernizar los F-22 o avanzar hacia el NGAD?
La Fuerza Aérea enfrenta un dilema estratégico. Si se decide cancelar el NGAD, los F-22 deben ser modernizados para garantizar la superioridad aérea en el corto y mediano plazo. Por otro lado, avanzar con el NGAD implica una inversión masiva con riesgos asociados a los costos y la tecnología.
En última instancia, la decisión será un punto de inflexión para el futuro de la aviación militar de Estados Unidos. Priorizar el desarrollo de un caza de sexta generación podría consolidar la supremacía aérea estadounidense, pero también conlleva desafíos presupuestarios y tecnológicos considerables.
Es imperativo que la Fuerza Aérea y el Congreso actúen con rapidez para definir un rumbo claro, considerando la amenaza constante que representan los avances militares de potencias como China y Rusia.