El F-22 Raptor sigue siendo crucial para la superioridad aérea, pero su flota envejecida y los posibles recortes al programa NGAD complican el panorama estratégico de Estados Unidos.
El fin prematuro de la producción del F-22 y sus consecuencias
En 2009, el entonces secretario de Defensa de Estados Unidos, Robert Gates, ordenó el fin de la producción del F-22 Raptor. Su decisión se basó en la evaluación de que la aeronave no era necesaria para la lucha contra insurgentes y terroristas. En aquel momento, la prioridad del Pentágono estaba enfocada en la guerra en Afganistán e Irak, y el F-22 no tenía un papel significativo en ese tipo de conflicto.
Gates consideró que la Fuerza Aérea ya contaba con suficientes Raptors para hacer frente a futuras amenazas. Sin embargo, con el paso de los años, la situación estratégica cambió drásticamente. Rusia anexó Crimea en 2014 y mostró su disposición a desafiar a la OTAN, mientras que China intensificó sus maniobras militares en el Indo-Pacífico, aumentando la presión sobre Taiwán y militarizando el Mar de China Meridional.
En un principio, la Fuerza Aérea pretendía adquirir 750 unidades del F-22, pero solo se fabricaron 185. Actualmente, varios de estos cazas se encuentran fuera de servicio o han quedado obsoletos. Con el programa Next-Generation Air Dominance (NGAD) en desarrollo y enfrentando incertidumbre presupuestaria, la falta de Raptors se ha convertido en un problema crítico para la superioridad aérea de Estados Unidos.
El alto costo del NGAD y la incertidumbre en su desarrollo
El programa NGAD, diseñado para reemplazar al F-22, avanza en su desarrollo, pero su viabilidad financiera es cuestionable. Actualmente, la Fuerza Aérea evalúa dos opciones de motor para la nueva aeronave, pero las primeras estimaciones indican que cada unidad podría costar hasta 300 millones de dólares.
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El secretario de Defensa, Pete Hegseth, ha propuesto una reducción del 8 % anual en el presupuesto de defensa durante los próximos cinco años, lo que significaría una disminución de 50 000 millones de dólares al año. En este contexto, los programas de cazas tripulados no figuran entre sus prioridades, lo que podría afectar directamente al NGAD.
Datos clave sobre el F-22 y el programa NGAD
- El F-22 Raptor es considerado el mejor caza de superioridad aérea del mundo, con capacidades de sigilo y maniobrabilidad incomparables.
- En 2009, Robert Gates decidió detener la producción del F-22, reduciendo la flota a solo 185 unidades.
- La Fuerza Aérea originalmente quería 750 Raptors, pero la prioridad en aquel entonces era la guerra contra el terrorismo.
- El programa NGAD está en desarrollo, pero su alto costo de 300 millones de dólares por avión lo pone en riesgo de cancelación.
- Los Raptors más antiguos están siendo retirados debido a sus costos de mantenimiento y aviónica obsoleta.
- El despliegue de F-22 en Corea del Sur y Guam en 2024 refuerza la disuasión contra China y Corea del Norte.
El F-22 sigue siendo clave en la estrategia de defensa
A pesar de su antigüedad, el F-22 sigue siendo una pieza central en la estrategia de defensa aérea de Estados Unidos. Su despliegue en el este de Asia refuerza la postura disuasoria contra China, que ha aumentado sus incursiones en el espacio aéreo de Taiwán y su presencia militar en el Mar de China Meridional.
En 2024, la Fuerza Aérea envió Raptors a Corea del Sur y Guam para participar en ejercicios militares, destacando su importancia en la región. Sin embargo, el mantenimiento de estos cazas es costoso, y muchos modelos más antiguos están siendo retirados para financiar otros proyectos, como el F-35 y el NGAD.
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La decisión de Gates en 2009 tenía sentido en el contexto de la guerra contra el terrorismo, pero no previó la creciente rivalidad con China y Rusia. Si el NGAD no se concreta, la Fuerza Aérea deberá seguir dependiendo del F-22, incluso con sus limitaciones.
¿Un error de cálculo o una decisión pragmática?
El argumento de Gates sobre la falta de utilidad del F-22 en conflictos asimétricos fue acertado en su momento. El Raptor no estaba diseñado para el apoyo aéreo cercano ni para misiones contra insurgentes. Sin embargo, la rápida evolución del panorama geopolítico ha demostrado que los cazas de quinta generación siguen siendo esenciales.
Hoy, con una flota limitada de F-22, Estados Unidos enfrenta el desafío de mantener su superioridad aérea mientras el NGAD sigue en desarrollo. En caso de que el nuevo programa sea cancelado o reducido, la Fuerza Aérea deberá seguir enviando los Raptors disponibles a entrenamientos en el Pacífico, preparándose para un posible enfrentamiento con China.