El AGM-181A LRSO, misil nuclear furtivo, armará B-21 Raider y B-52 Stratofortress, y reemplazará al AGM-86B ALCM para 2030.
Presentación del AGM-181A LRSO refuerza disuasión nuclear
El 9 de junio de 2025, la Fuerza Aérea de los Estados Unidos publicó la primera representación pública del AGM-181A Long-Range Standoff (LRSO), un misil de crucero nuclear furtivo diseñado para reemplazar al obsoleto AGM-86B Air-Launched Cruise Missile (ALCM). Este misil, desarrollado por Raytheon Technologies, se integrará en los bombarderos B-52 Stratofortress y B-21 Raider para fortalecer la capacidad de ataque global y la disuasión estratégica de la Fuerza Aérea. El programa, que avanza bajo estrictas medidas de secreto, busca modernizar el componente aéreo de la tríada nuclear estadounidense, respondiendo a la necesidad de contrarrestar sistemas de defensa antiaérea integrados cada vez más avanzados.
El LRSO se diseñó para penetrar y sobrevivir a Sistemas Integrados de defensa antiaérea (IADS) sofisticados, operando desde una distancia significativa para alcanzar objetivos estratégicos. En 2022, el misil completó nueve pruebas de vuelo exitosas, que incluyeron la separación segura del B-52H, el despliegue de superficies de vuelo, el encendido del motor, el control de vuelo y la navegación avanzada a lo largo de rutas planificadas. Estas pruebas, detalladas en un informe de adquisición del Pentágono de diciembre de 2022, confirmaron la madurez del diseño y la fiabilidad de los sistemas de navegación y fabricación del misil.
En abril de 2020, la Fuerza Aérea seleccionó a Raytheon como contratista principal tras un proceso competitivo con Lockheed Martin, que había desarrollado el prototipo YAGM-180A, mientras que Raytheon trabajó en el YAGM-181A. En julio de 2021, Raytheon recibió un contrato de $2.000 millones para la fase de Ingeniería, Fabricación y Desarrollo (EMD), con el objetivo de preparar el misil para la producción. El programa superó una revisión crítica de diseño en marzo de 2023, manteniendo el cronograma para una decisión de producción de baja tasa (Milestone C) en el tercer trimestre del año fiscal 2027.
El AGM-181A incorpora el cabezal nuclear W80-4, una versión modernizada del W80-1 con opciones de rendimiento ajustable de 5 o 150 kilotones. La primera unidad de producción del W80-4 está programada para 2025, según la Administración Nacional de Seguridad Nuclear (NNSA). A diferencia de su predecesor, el AGM-86B, que solo opera en el B-52, el LRSO será compatible con múltiples plataformas, incluyendo el B-21 Raider, el nuevo bombardero furtivo de Northrop Grumman. Este bombardero también empleará las bombas nucleares B61-12 y B61-13, esta última exclusiva del Raider.
Datos clave del programa AGM-181A LRSO
- Alcance: Supera las 1.500 millas (2.400 km), permitiendo ataques a distancia.
- Propulsión: Motor turbofan Williams F107-WI-106, velocidad subsónica.
- Cabezal nuclear: W80-4, con rendimientos de 5 o 150 kilotones.
- Producción: Se planean 1.087 misiles, 67 para pruebas, con un coste total estimado de $16.200 millones.
- Integración: Compatible con B-52J y B-21 Raider, con equipos de lanzamiento adaptados.
- Cronograma: Decisión de producción en 2027, capacidad operativa inicial para 2030.
Modernización de la tríada nuclear y reemplazo del AGM-86B
El AGM-86B ALCM, desplegado en la década de 1980, superó su vida útil de diseño de 10 años y enfrenta desafíos de mantenimiento frente a amenazas modernas. De los 1.715 misiles producidos, la Fuerza Aérea redujo su inventario a 528 unidades en 2007, con planes de retirarlos completamente para 2030. El LRSO asumirá su rol, con un total estimado de 1.087 misiles, de los cuales 67 se destinarán a pruebas, según datos del Pentágono. El coste unitario del AGM-181 se estima en $14 millones, superior a los 10 millones proyectados inicialmente, debido a incrementos en los costos de desarrollo y producción.
La Fuerza Aérea descartó una variante convencional del LRSO tras la aprobación del proyecto de ley de autorización de defensa del año fiscal 2020, que eliminó el requisito de una ojiva no nuclear. En su lugar, los misiles AGM-158B JASSM-ER y AGM-158D JASSM-XR cumplirán la función de ataque convencional de largo alcance. Esta decisión permitió enfocar los recursos en la capacidad nuclear del LRSO, alineándose con la Revisión de la Postura Nuclear de 2022, que reafirmó su necesidad para la disuasión estratégica.
El programa enfrentó retrasos iniciales debido a limitaciones presupuestarias y la falta de urgencia frente a otras necesidades de defensa. En 2014, el Departamento de Defensa pospuso la adjudicación del contrato hasta 2018, aunque la Comisión de Servicios Armados de la Cámara rechazó esta demora. Desde entonces, el LRSO ha avanzado con un enfoque en la ingeniería digital, incluyendo un sistema de entorno digital para colaborar con partes interesadas y garantizar la propiedad de la línea base técnica del programa.
En 2024, la Fuerza Aérea solicitó $978 millones para el LRSO, de los cuales 911 millones se destinaron a investigación y desarrollo, y 67 millones a adquisición. Sin embargo, en el año fiscal 2025, se recortaron $146,1 millones del presupuesto, redistribuyendo fondos hacia años posteriores, lo que extendió la fase de desarrollo un año, hasta 2029, con una asignación adicional de $78 millones. Este ajuste refleja restricciones presupuestarias, aunque los fondos de adquisición aumentarán significativamente a $1.700 millones en 2028.
Integración y desafíos técnicos del AGM-181A LRSO
La integración del LRSO en el B-52H requiere nuevos equipos de lanzamiento, como la conversión del Suspension Underwing Unit (SUU-72) a SUU-103 y del Conventional Rotary Launcher (CRL) a Nuclear Rotary Launcher (NRL). En enero de 2024, la Fuerza Aérea emitió una solicitud de información para proveedores capaces de fabricar estos sistemas, denominados colectivamente Bomber Weapon Interface Equipment (BWIE). Las pruebas de 2022 identificaron problemas con el CRL del B-52, donde la carga de múltiples misiles generaba interferencias con el tanque de combustible. Estos inconvenientes se resolvieron en 2023, según un informe de la Fuerza Aérea.
El B-21 Raider, diseñado con capacidades furtivas avanzadas, enfrentó riesgos técnicos relacionados con la transferencia de datos entre el bombardero y el LRSO, lo que podía reducir el alcance del misil. Este problema se mitigó completamente en marzo de 2023, según el Departamento de Defensa. El LRSO emplea un diseño de arquitectura abierta para facilitar actualizaciones futuras, reduciendo costos de mantenimiento a largo plazo, que se estiman en $7.000 millones durante su vida útil de 30 años.
La representación del AGM-181A revela un diseño trapezoidal con alas plegables, una cola vertical inferior y planos horizontales inclinados, similar al AGM-129 Advanced Cruise Missile y el AGM-158 JASSM. La ausencia de una entrada de aire visible en la imagen podría ser una medida de seguridad para ocultar características críticas, como la ubicación del motor turbofan Williams F107-WI-106. El misil, con un alcance superior a 2.400 kilómetros, está optimizado para operar a velocidades subsónicas, priorizando sigilo y maniobrabilidad sobre velocidad.
El LRSO se posiciona como un elemento clave en la estrategia de disuasión nuclear de Estados Unidos, permitiendo a los bombarderos atacar desde fuera del alcance de las defensas enemigas. Su desarrollo, respaldado por un presupuesto creciente y pruebas exitosas, asegura que la Fuerza Aérea mantenga una capacidad de ataque creíble frente a amenazas globales emergentes, con una capacidad operativa inicial prevista para 2030.