La Real Fuerza Aérea Noruega probó el F-35A con una mezcla de combustible tradicional y sostenible, marcando un paso hacia la aviación militar ecológica.
La Real Fuerza Aérea Noruega lidera pruebas con SAF en el F-35
El pasado 14 de enero de 2025, la Real Fuerza Aérea Noruega realizó un vuelo de prueba de un caza F-35A Lightning II utilizando una mezcla de combustible convencional y combustible de aviación sostenible (SAF). Este ensayo tuvo lugar en la base aérea de Ørland, donde se empleó una mezcla 60/40 de combustibles tradicionales y sintéticos, superando la certificación estándar de Lockheed Martin que permite mezclas hasta de 50/50.
En un esfuerzo por reducir las emisiones de carbono en el sector militar, el ministro de Defensa noruego, Bjørn Arild Gram, destacó que “los aviones de combate son responsables de aproximadamente un tercio de las emisiones directas de CO2 del sector defensa”. Según él, “el uso de combustibles sostenibles fortalece la seguridad del suministro mientras contribuye a los objetivos climáticos y la preparación operativa”.
El ministro de Clima y Medio Ambiente, Andreas Bjelland Eriksen, también subrayó la importancia de esta iniciativa: “Nuestro objetivo a largo plazo es incrementar el uso de combustibles sostenibles en la aviación. Las fuerzas armadas deben ser parte activa de este desarrollo, alineándose con el objetivo de cero emisiones netas”.
Datos clave sobre la prueba de SAF en el F-35
- La mezcla utilizada en la prueba fue 60% combustible convencional y 40% SAF.
- El SAF probado se fabricó a partir de desechos, residuos y subproductos sostenibles.
- Lockheed Martin certificó el uso de mezclas hasta 50/50 para los F-35.
- La base aérea de Ørland también implementa sistemas híbridos con turbinas eólicas y paneles solares.
- La flota de F-35A de Noruega cuenta con 40 aviones actualmente en operación.
Lockheed Martin impulsa el uso de combustibles alternativos
Lockheed Martin destacó que los combustibles sintéticos para turbinas de aviación, utilizados en esta prueba, se producen a partir de fuentes renovables como aceites reciclados y subproductos agrícolas. También se incluyen fuentes no renovables como carbón y gas natural. La diversificación de los tipos de combustible disponibles para el F-35 permite mayor independencia de las cadenas de suministro tradicionales, lo que amplía las capacidades operativas del avión.
En un comunicado oficial, Lockheed Martin afirmó que los SATF “proporcionan una alternativa confiable al combustible convencional, garantizando la consistencia operativa sin afectar el rendimiento”. Esta tecnología permitirá a los F-35 operar en una mayor variedad de escenarios con menor dependencia de combustibles tradicionales.
Chauncey McIntosh, vicepresidente del programa F-35, destacó el compromiso de Lockheed Martin para asegurar que el F-35 se mantenga listo para cualquier misión. Según él, “la incorporación de nuevas fuentes de combustible diversifica la cadena de suministro mientras preserva la excelencia operativa”.
Noruega como modelo en sostenibilidad militar
La base aérea de Ørland es un ejemplo de las iniciativas ecológicas de Noruega, combinando energías renovables como turbinas eólicas y paneles solares con proyectos tecnológicos avanzados. Noruega busca reducir su dependencia de combustibles tradicionales mientras evalúa opciones para mejorar la sostenibilidad en el sector militar.
A pesar de los avances, el país reconoce los desafíos relacionados con la disponibilidad y producción de combustibles sostenibles a gran escala. Esta dificultad también afecta a otros países europeos que buscan implementar SAF en sus flotas aéreas.
El uso de combustibles alternativos no solo tiene impacto en Noruega. Para Estados Unidos, el mayor operador de F-35, esta certificación representa un paso importante en su estrategia para operar en el Pacífico con recursos limitados. Otros modelos militares estadounidenses, como el C-17 Globemaster III y el F/A-18 Super Hornet, también están adoptando el SAF.
El papel de los F-35 en Europa y la OTAN
La Real Fuerza Aérea Noruega opera 40 unidades del F-35A y planea ampliar su flota a 52 aviones. Estos cazas han desempeñado un papel crucial en la disuasión frente a Rusia, particularmente en misiones de alerta de reacción rápida (QRA), activas desde 2022 tras la retirada de los F-16.
El F-35 noruego, equipado con paracaídas de frenado para adaptarse a las condiciones locales, alcanzó su capacidad operativa inicial en 2019. Estos aviones han interceptado numerosas incursiones aéreas rusas, demostrando su capacidad operativa en escenarios críticos.
A nivel regional, el F-35 se está convirtiendo en el estándar de las fuerzas aéreas de los países miembros de la OTAN, como Dinamarca, el Reino Unido, Alemania y Polonia. Este despliegue estratégico refuerza la posición de Occidente en su proximidad a Rusia.