La USAF adjudicó el F-47 dentro de NGAD como familia de sistemas para superar alcance y defensas chinas, con CCA, motores adaptativos y financiación creciente.
NGAD como familia de sistemas y contrato del F-47 para superioridad
La Fuerza Aérea de Estados Unidos situó el programa Next Generation Air Dominance como eje de su superioridad aérea al adjudicar el 21 de marzo de 2025 a Boeing el desarrollo del F-47, caza tripulado de sexta generación. La plataforma se define como núcleo de una “familia de sistemas” y no como un avión aislado, con el F-47 como elemento penetrante capaz de abrir acceso, sostener operaciones y coordinar sensores, enlaces y armas en espacios defendidos.
NGAD reúne un caza tripulado, aeronaves no tripuladas de combate colaborativo, sensores, enlaces de datos y un arsenal coordinado. La documentación al Congreso subraya supervivencia, letalidad, autonomía operativa sostenida, interoperabilidad en operaciones y cooperación entre tripulado y no tripulado. Esos atributos coinciden con “imperativos operativos” de la USAF, que detallan redes, sensores y plataformas de apoyo necesarias para sostener el acceso y el combate dentro de defensas antiaéreas densas y de mando y control integrados.
La planificación presupuestaria del Servicio de Investigación del Congreso recogió $8.200 millones en 2022–2025 para tecnologías del caza. Tras el anuncio del 21 de marzo de 2025, el Departamento de la Fuerza Aérea adjudicó a Boeing el contrato de desarrollo de ingeniería y fabricación del F-47. En julio de 2025 se habilitaron $400 millones para acelerar la producción, y la solicitud para 2026 incluyó $2.580 millones. En paralelo, CCA recibió partidas separadas en aumento.

El programa CCA ocupa un lugar central dentro de la familia NGAD. La Fuerza Aérea planea operar aeronaves no tripuladas a reacción junto a cazas tripulados para misiones de combate aire-aire, ataque, guerra electrónica, designación y reconocimiento. Un alto cargo describió en 2023 un plan nocional de 1.000 CCA, derivado de emparejar dos sistemas por cada caza avanzado, con líneas de financiación separadas para madurar esa capacidad de acompañamiento no tripulado.
Datos clave del programa NGAD y CCA
- 21 de marzo de 2025: adjudicación a Boeing del desarrollo de ingeniería y fabricación del F-47.
- $8.200 millones en 2022–2025 para NGAD; $400 millones en julio de 2025; solicitud 2026 con $2.580 millones.
- F-47 con radio >1.000 millas náuticas y velocidad >Mach 2; F-22 con radio de 590 millas náuticas.
- Primeros vuelos CCA: 28 de agosto de 2025 YFQ-42A; en octubre de 2025 YFQ-44A.
- $678 millones obligatorios para CCA en 2025; NGAP con techo de $3.500 millones por fabricante hasta 2032.
Presupuesto, alcance y cisternas del F-47 y estado del programa NGAD
El caza tripulado del NGAD aborda dos limitaciones que los documentos señalan para teatros como el Indo-Pacífico: alcance y dependencia de cisternas. El CRS consigna que el F-22 dispone de un radio de combate de 590 millas náuticas y depende de reabastecedores que constituirían objetivos de alto valor. La ficha técnica de la Fuerza Aérea plantea un F-47 con radio superior a 1.000 millas náuticas, velocidad superior a Mach 2 y baja observabilidad reforzada.
La postura institucional ante el Congreso para el ejercicio 2025 sitúa la “familia NGAD”, y en particular los CCA, como herramienta para ampliar el tamaño efectivo de la flota de combate con sistemas complementarios de menor costo unitario. Ese documento alinea los esfuerzos con capacidades de mando y control avanzadas y con la necesidad de sostener cadenas de efectos a ritmos operativos elevados, con el objetivo de obtener control del aire dentro de entornos altamente disputados.

El contrato de desarrollo de ingeniería y fabricación del F-47 se anunció el 21 de marzo de 2025. En esa comunicación, el Departamento de la Fuerza señaló que la plataforma integrará baja observabilidad de última generación, fusión de sensores y capacidad de ataque a larga distancia para operar en defensas antiaéreas complejas. En mayo de 2025, el jefe del Estado Mayor de la Fuerza Aérea encuadró la adjudicación como siguiente paso de la capacidad de superioridad aérea.
La evolución de la flota propia también influye en la priorización. El F-22, introducido en 2005 y limitado en número por la cancelación temprana de su producción, se diseñó para un entorno de amenazas distinto y depende de cisternas para operar a grandes distancias. Los planes de NGAD pretenden cubrir brechas de alcance, sostenimiento y conectividad detectadas por “Superioridad Aérea 2030” y evaluaciones posteriores, con una arquitectura abierta que facilite la inserción de mejoras.
Amenaza china, CCA y tecnologías habilitadoras en la familia NGAD
El informe anual del Departamento de Defensa a fin de 2024 describe una PLAAF en fase de modernización acelerada con cazas de quinta generación, mejoras de la familia J-20 con motores nacionales y capacidad de supercrucero, y una defensa antiaérea integrada de largo alcance con HQ-9B y S-300/400. El documento destaca además misiles aire-aire de muy largo alcance como el PL-17, con capacidad operativa inicial en 2023 y un alcance estimado de hasta 400 kilómetros.
El 26 de diciembre de 2024 aparecieron imágenes de dos aeronaves furtivas chinas sin derivas verticales, una sobre Chengdú y otra sobre Shenyang. Según expuso el jefe del Mando de Combate Aéreo en marzo de 2025, la USAF las considera orientadas a la superioridad aérea. La cúpula valoró la aparición de esos prototipos, con fuselajes integrados y bodegas internas, como un indicador adicional de la necesidad de mantener inversiones en acceso y control del aire.

En 2024 la Fuerza Aérea encargó los primeros artículos de prueba de Incremento 1 a Anduril y General Atomics, y en 2025 asignó ubicaciones y unidades de evaluación operativa. El 28 de agosto de 2025 voló el primer prototipo YFQ-42A de General Atomics y en octubre se registró el primer vuelo del YFQ-44A de Anduril. El CRS recoge además una aportación de $678 millones de financiación obligatoria para CCA en la ley de reconciliación de 2025.
En propulsión, la USAF financia motores adaptativos NGAP para el caza. En febrero de 2025, GE Aerospace y Pratt & Whitney superaron revisiones de diseño detallado de los prototipos XA102 y XA103 e iniciaron la fabricación de motores de demostración; la Fuerza elevó el techo contractual hasta $3.500 millones, con trabajo hasta 2032. En julio, la Fuerza Aérea informó un deslizamiento de más de dos años que empujó la culminación más allá del año fiscal 2030.
Justificación operacional, empleo ágil y papel de los CCA en superioridad aérea
El análisis del Departamento de Defensa sobre China señala el paso de la PLAAF hacia operaciones ofensivas y defensivas, la densidad de misiles antiaéreos de largo alcance en el litoral e islas avanzadas, y misiles aire-aire de gran alcance que amplían la negación. En ese escenario, la Fuerza justifica plataformas con mayor radio de combate, persistencia y capacidad para coordinar sensores y armas, con aeronaves no tripuladas capaces de saturar defensas y proteger a las tripuladas.
La Fuerza Aérea ha señalado que, dentro de la familia NGAD, los CCA no sustituyen a las aeronaves tripuladas, sino que las refuerzan. Un despliegue combinado, conectado y distribuido contribuye a confundir a la aviación enemiga, añadir sensores y aumentar el alcance de armas, de acuerdo con concepto de empleo ágil (ACE). El objetivo consiste en disponer de un conjunto que sume volumen de fuerza y resiliencia en entornos con amenazas densas y de largo alcance.

El CRS refleja que la USAF pretende disponer de una capacidad operativa de CCA antes de finalizar la década. Esa intención acompaña la expansión de la flota efectiva mediante sistemas complementarios de menor costo unitario, orientados a obtener control del aire en entornos altamente disputados. La combinación de cazas tripulados con CCA busca reducir la exposición de plataformas de alto valor y sostener efectos a ritmos elevados, con redes y sensores que respalden la maniobra.
Las imágenes de aeronaves furtivas chinas sin derivas verticales observadas sobre Chengdú y Shenyang, y la ampliación de la red de defensa antiaérea integrada, reforzaron la valoración de la USAF sobre la urgencia de sostener inversión en NGAD. La combinación de un caza penetrante con CCA, sensores y enlaces de datos aparece como respuesta a ese desafío, con mejoras de alcance, persistencia y coordinación que preservan el acceso y el control del aire ante adversarios de capacidad.
