Autoridades emiratíes dialogaron en Pekín con la fuerza aérea china para explorar una posible compra del caza furtivo J-20 pese a severas restricciones de exportación.
Conversaciones entre EAU y China y límites de exportación del caza J-20
En mayo de 2024, altas autoridades emiratíes viajaron a Pekín para sostener conversaciones con representantes de la Fuerza Aérea del Ejército Popular de Liberación sobre cooperación estrecha. El objetivo consistió en aumentar la viabilidad de una eventual adquisición del J-20. China aplica restricciones estrictas a la exportación del modelo para proteger información tecnológica y reducir el riesgo de examen por adversarios. Por esa razón, cualquier acuerdo potencial aparece como un desafío complejo y de difícil conclusión.
El comandante de Operaciones Conjuntas de los Emiratos Árabes Unidos encabezó la delegación y, en las reuniones, ambas partes trataron líneas de colaboración aéreas. Abu Dabi busca diversificar proveedores ante los obstáculos que frenaron la compra de cincuenta F-35 y dieciocho MQ-4B. Ese paquete, valorado en diecinueve mil millones de dólares, recibió aprobación estadounidense en 2021 y no avanzó. Washington expresó preocupaciones por vínculos con China y por tecnología de Huawei en instalaciones sensibles.
Autoridades estadounidenses alertaron que la presencia de tecnología de Huawei en instalaciones de seguridad nacional podría facilitar el acceso de Pekín a datos sensibles del F-35. Israel pidió a Washington rechazar la venta para conservar su ventaja militar regional. En ese marco, China mantiene una postura restrictiva respecto al J-20 y reserva el caza para su inventario. Las conversaciones con Abu Dabi avanzan con cautela y dependen de equilibrios políticos y tecnológicos delicados.

Los Emiratos Árabes Unidos estudian cazas chinos como opción utilizable si las negociaciones con Washington no progresan. El informe del Departamento de Defensa de 2025 anticipa presiones estadounidenses capaces de limitar avances en ventas de alta tecnología a socios del Golfo. Con esa combinación, el margen para un acuerdo por el J-20 luce estrecho. Aun así, Abu Dabi sostiene contactos con Pekín con la intención de ampliar alternativas de equipamiento ante bloqueos persistentes.
Datos esenciales para entender la competencia en Oriente Medio
- EAU visitaron Pekín en mayo de 2024; el paquete por cincuenta F-35 y dieciocho MQ-4B, de diecinueve mil millones de dólares, sigue estancado.
- El J-20 entró en servicio en 2017, alcanza Mach 2,0 y carga hasta doce mil setecientos kilogramos; China produjo al menos trescientos hasta septiembre de 2025.
- El Pentágono señala prioridad exportadora para el J-35/FC-31; China creó una oficina de promoción en 2022 y el modelo entró en servicio en 2025.
- Pakistán recibió veinte J-10C desde 2020; el JF-17 registra ventas a Azerbaiyán, Birmania y Nigeria, con negociaciones en curso con Irak.
- En diciembre de 2025, cuatro Y-20 chinos llegaron a Al Dhafrah; rumores sobre entregas a Irán carecen de verificación y contradicen la política de no exportar el J-20.
Capacidades del J-20, producción y prioridad exportadora del J-35
El J-20, desarrollado por la Corporación de la Industria Aeronáutica de Chengdu, forma parte de la quinta generación y aporta capacidades furtivas. La Fuerza Aérea china lo incorporó en 2017. El aparato alcanza una velocidad máxima de Mach 2,0 y transporta hasta doce mil setecientos kilogramos de armamento, con mayor autonomía y carga que el F-35. A cambio, el modelo estadounidense destaca por sensores y aviónica avanzados, además de su variante con capacidad de despegue vertical.
China produjo al menos trescientos ejemplares del J-20 hasta septiembre de 2025 y destinó todas las unidades a su inventario. No existe una oferta confirmada de venta internacional. El informe anual del Departamento de Defensa de Estados Unidos de 2025 indica que Pekín prioriza, para exportación, modelos distintos del J-20, en especial el J-35 o FC-31, con el propósito de ampliar presencia global sin exponer tecnologías consideradas críticas.

Egipto, Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos figuran entre los interesados en el FC-31, versión de exportación del J-35. El Pentágono pronostica un aumento significativo de exportaciones chinas de cazas y describe al J-35 como competidor directo del F-35 en regiones donde precios inferiores y menores restricciones políticas atraen compradores. China creó una oficina de promoción en 2022 y el modelo entró en servicio con el Ejército Popular de Liberación en 2025.
En la Feria Aeronáutica de Dubái de 2025, la corporación china de importación y exportación de tecnología aeronáutica exhibió maquetas del J-35A equipadas con misiles aire-aire de la serie PL, junto con el J-10CE. La presentación reforzó la campaña para colocar cazas de quinta generación en catálogos de compradores regionales y añadió visibilidad a la oferta de cuarta generación mejorada para clientes que buscan prestaciones competitivas con estructuras de costos más contenidas.
Interés regional por cazas chinos y límites geopolíticos en el Golfo
Pakistán ha recibido veinte J-10C desde 2020 dentro de un pedido total de treinta y seis, y opera el JF-17 en cooperación con China. Ese último modelo suma ventas a Azerbaiyán, Birmania y Nigeria, mientras Irak negocia la adquisición. Uzbekistán, Indonesia, Irán y Bangladés evalúan el J-10C. Estos movimientos aportan referencias de desempeño y mantenibilidad para posibles clientes regionales que estudian alternativas al material de Estados Unidos y de Europa.
Según el informe estadounidense, las transferencias de armamento chino se alinean con la política exterior de Pekín, incluida la Iniciativa de la Franja y la Ruta. Ese encuadre facilita acuerdos en Oriente Medio cuando condicionamientos políticos occidentales reducen alternativas. Sin embargo, en los estados del Golfo, la influencia de Estados Unidos y de sus aliados puede limitar ventas de cazas avanzados. Aun con esa fricción, precios menores y ausencia de condiciones estrictas sostienen parte del interés.

En la feria de Dubái, el J-35A se presentó como caza furtivo de quinta generación apto para operaciones navales y terrestres, y el J-10CE, equipado con misiles avanzados, amplió la oferta para clientes de cuarta generación mejorada. Egipto manifestó interés en diversificar fuentes fuera de Rusia y Occidente. Arabia Saudí evaluó opciones para actualizar su flota ante restricciones en compras estadounidenses. Los Emiratos ponderaron alternativas mientras la fuerza aérea opera F-16 y Mirage 2000.
El Departamento de Defensa advirtió que el éxito exportador depende de paquetes completos con entrenamiento y mantenimiento, ámbitos que recibieron mayores inversiones por parte de Pekín. Hasta mayo de 2025 no aparecieron órdenes confirmadas del FC-31, aunque las campañas de promoción siguieron en ferias internacionales. En Oriente Medio, la competencia con el F-35 creció y los acuerdos militares se vincularon con alineamientos geopolíticos más amplios, entre ellos los Acuerdos de Abraham de 2020.
Rumores sobre Irán, vuelos del Y-20 y despliegues internos del J-20
También surgieron rumores sobre acuerdos con Irán. Informes sin confirmación mencionaron un intercambio de cazas J-20, sistemas de defensa antiaérea y radares 14-JY por suministros de petróleo valorados en dos mil millones de dólares. Esas versiones, difundidas en redes sociales en noviembre de 2025, carecen de verificación oficial y contradicen la política china de no exportar el J-20. El Pentágono no incluyó a Irán como cliente potencial en su evaluación de 2025.
En diciembre de 2025, la presencia de aviones de transporte Y-20 chinos en la base de Al Dhafrah, en los Emiratos Árabes Unidos, generó especulaciones sobre entregas de equipo. Cuatro Y-20, operados por la Fuerza Aérea china, realizaron vuelos hacia esa ubicación. No hubo detalle del cargamento ni vínculo directo con cazas J-20. Como antecedente, en septiembre de 2024 China envió Y-20 y J-10 a Egipto para una feria aérea y la formación sobrevoló las pirámides.

Esa actividad exhibe capacidad logística para despliegues y eventos en Oriente Medio, aunque no aporta evidencia de transferencias de cazas furtivos. De forma separada, China desplegó escuadrones de J-20 en bases cercanas a fronteras sensibles. En Shigatse, en el Tíbet ocupado, a ciento cincuenta kilómetros de la línea de control con India, imágenes satelitales de mayo de 2024 identificaron seis aparatos. Ese movimiento elevó tensiones, aunque se mantiene dentro del ámbito asiático y no sugiere exportaciones.
En 2025, la producción anual del J-20 alcanzó hasta ciento veinte unidades, mientras las adquisiciones estadounidenses de F-35 se limitaron a veinticuatro en el mismo período. Los vuelos del Y-20 a Al Dhafrah coinciden con ejercicios o con entregas logísticas y reflejan patrones vistos en Egipto, donde siete J-10 acompañaron al transporte en una exhibición. En el Golfo, Estados Unidos conserva influencia y podría contener ventas de alta tecnología, aunque el interés por costos menores persiste.
