Funcionarios ucranianos y occidentales informaron al Financial Times que Rusia introdujo mejoras en los misiles balísticos hipersónicos Kinzhal, lanzados desde cazas MiG-31K, y en los Iskander-M, desplegados desde sistemas móviles terrestres.
Estas modificaciones permiten maniobras terminales impredecibles. Al ejecutar desviaciones bruscas en la fase final de vuelo, los proyectiles eluden radares e interceptores. Esto redujo la tasa de derribos ucranianos del 37 por ciento en agosto al 6 por ciento en septiembre, aunque Rusia disminuyó el número de lanzamientos.
El primer viceministro de Asuntos Exteriores ucraniano, Sergiy Kyslytsya, indicó que Rusia actualiza de forma notable la tecnología de sus misiles Iskander y otros sistemas similares. Las mejoras, detectadas en ataques durante el verano de 2025, incluyen ajustes al programa de guiado. Los Kinzhal, derivados del Iskander-M con alcance de hasta 480 kilómetros, se lanzan desde aviones MiG-31K o bombarderos Tu-22M3, fuera del alcance de defensas antiaéreas ucranianas. Alcanzan velocidades de Mach 8 a Mach 10 en aproximación final.
Los Iskander-M, con alcance máximo de 500 kilómetros y desplegados en brigadas de misiles tácticos rusas, incorporan cinemática que rompe predicciones de trayectorias en radares como el AN/MPQ-65 del Patriot. Al variar elevaciones y desplegar señuelos electrónicos durante reentrada, complican la interceptación. Un informe de la Agencia de Inteligencia de Defensa de Estados Unidos, del 1 de abril al 30 de junio de 2025, registró dificultades ucranianas para emplear consistentemente los Patriot ante cambios tácticos rusos, que sustituyen trayectorias balísticas tradicionales por movimientos impredecibles.
Rusia empleó misiles modernizados contra instalaciones militares ucranianas. El 28 de agosto de 2025, dos proyectiles eludieron defensas y alcanzaron una planta de producción de drones Bayraktar turcos en afueras de Kiev. Al mismo tiempo, dañaron oficinas de una empresa de componentes para sistemas no tripulados, sedes de la delegación de la Unión Europea y del Consejo Británico. Durante el verano, al menos cuatro fábricas de drones en Kiev y alrededores sufrieron daños graves en operaciones similares.
Los misiles saturaron defensas al combinarse con sistemas de crucero y vehículos aéreos no tripulados. El 28 de junio, Ucrania derribó uno de siete misiles balísticos lanzados. El 9 de julio, interceptó o neutralizó siete de trece en otra oleada. Para el 1 de octubre, la fuerza aérea ucraniana reportó que cuatro Iskander-M impactaron objetivos sin interceptación. Los Patriot, fabricados por Raytheon y Lockheed Martin, constituyen el único elemento ucraniano contra misiles balísticos rusos, aunque actualizaciones rusas complican defensas contra proyectiles de crucero.
Ucrania entregó datos de engagement de Patriot al Pentágono y fabricantes para ajustes, pero estos procesos demoran ante evoluciones rusas. Al menos seis baterías Patriot se entregaron a Ucrania, con componentes adicionales de tres más por Alemania y Noruega recientemente. No se divulga el número exacto ni ubicaciones. Algunas baterías sufrieron daños en ataques sostenidos, lo que obliga a las restantes a cubrir posiciones propias ante amenazas. En diciembre de 2024, el teniente coronel Denys Sakun murió al intentar salvar equipo Patriot durante un incendio por impacto ruso.
El misil Kinzhal, Kh-47M2 con capacidad para ojivas convencionales o nucleares, entró en servicio en diciembre de 2018 en un escuadrón de la base aérea de Aktjubinsk, Distrito Militar Sur ruso. Se asigna a la Aviación de Largo Alcance en la tríada nuclear estratégica. En la guerra en Ucrania, se utilizó contra objetivos de alto valor como concentraciones de tropas, bases aéreas e instalaciones protegidas. Su empleo inicial indiscriminado pasó a selectivo por costo elevado y disponibilidad limitada.
La hipervelocidad complica detección, agravada por hasta seis señuelos en aproximación. El Iskander-M, 9M723, forma parte de catorce brigadas tácticas en ejércitos rusos. Demostró eficacia en destrucción de radares, puestos de mando y depósitos de municiones. Contribuye a degradación de infraestructuras críticas ucranianas bajo doctrina de Operaciones Estratégicas de Destrucción. Rusia coordinó estos misiles con otros en bombardeos masivos el 11 de febrero, 24 de abril, 25 de mayo, 6 de junio, 15 de junio y 17 de junio de 2025.
En esos bombardeos, destruyeron depósitos de gas en Poltava y Chernígov mediante veinte misiles navales Kalibr combinados con otros proyectiles. El presidente ucraniano Volodímir Zelenski advirtió el 28 de septiembre de 2025 que Rusia retoma ataques contra la red eléctrica ucraniana, según un comunicado donde señaló que “esta táctica se ha convertido en habitual para Moscú”. Zelenski solicitó a aliados occidentales hasta diez sistemas Patriot completos, con disposición a adquirirlos, ante retrasos en entregas de interceptores estadounidenses para el invierno.
Un exfuncionario ucraniano describió estas mejoras rusas como elemento que altera equilibrio para Rusia, especialmente cuando defensas europeas como Iris-T sufrieron daños o reubicaciones. Los lanzadores móviles de Iskander resultan difíciles de eliminar para fuerzas ucranianas. Los MiG-31K operan desde posiciones seguras. Investigadores como Fabian Hoffmann, de la Universidad de Oslo, señalaron que fabricantes rusos analizan datos de interceptaciones para refinar rendimiento, similar a prácticas en otros países.
En septiembre de 2025, Rusia anunció campaña renovada contra red eléctrica ucraniana, con apuestas a que mayor supervivencia de misiles agota stocks de interceptores Patriot. Ucrania no respondió a solicitudes de comentario de su ministerio de Defensa ni fuerza aérea sobre estos desarrollos.