El ataque israelí a Irán con F-35I Adir revela posibles modificaciones secretas de alcance extendido, lo que desafía limitaciones de reabastecimiento aéreo.
F-35I Adir en operación contra Irán: detalles clave
El 13 de junio de 2025, Israel ejecutó ataques aéreos de largo alcance contra objetivos militares y nucleares en Irán, con el uso de cerca de 200 aviones, incluidos los F-35I Adir, F-15I Ra’am y F-16I Sufa. La operación, que abarcó una distancia aproximada de 2.000 kilómetros, involucró más de 330 municiones y destruyó docenas de radares, lanzadores de misiles tierra-aire y sitios estratégicos en Teherán y Karaj. Los ataques se enfocaron en instalaciones militares, con la intención deliberada de evitar objetivos nucleares y petroleros para reducir riesgos de escalada. La Fuerza Aérea Israelí empleó tácticas de supresión de defensas antiaéreas enemigas, lo que permitió a los aviones penetrar el espacio aéreo iraní con mínimas pérdidas. Todos los aviones regresaron a sus bases sin bajas reportadas.
La operación destacó por su complejidad logística, dado que Israel cuenta con solo siete aviones cisterna Boeing 707 para reabastecimiento aéreo. Videos captados en países entre Israel e Irán confirmaron el uso de estos aviones para al menos parte de la flota, aunque su capacidad limitada generó especulaciones sobre cómo se sostuvo una misión de tal magnitud. Informes previos de la Fuerza Aérea Israelí en 2022 indicaron que los F-35I Adir podían alcanzar Irán sin reabastecimiento, lo que sugiere modificaciones avanzadas en su diseño. Estas capacidades, mantenidas en secreto, han alimentado debates sobre la autonomía de los cazas israelíes.
La misión incluyó ataques previos en Siria para neutralizar sistemas de radar y defensa antiaérea, lo que facilitó la entrada de los aviones israelíes en el espacio aéreo iraní. Los F-35I Adir operaron en modo sigiloso, con el aprovechamiento de su tecnología de baja detectabilidad para evadir sistemas de defensa antiaérea como el S-400 ruso, desplegado en la región. La operación, que duró varias horas, demostró la capacidad de Israel para coordinar múltiples oleadas de ataques con precisión quirúrgica, un enfoque similar al utilizado en operaciones históricas como la Operación Ópera de 1981 contra el reactor nuclear de Osirak en Irak.
La flota de F-35I Adir, con 36 unidades operativas al 13 de noviembre de 2022, incluye un avión de pruebas único entregado en 2020 para integrar sistemas y armas de fabricación israelí. Desde su entrada en servicio en 2016, estos cazas han participado en misiones de combate, con el derribo de un misil crucero lanzado por los Hutíes en 2023, el primero de su tipo a nivel global. Los F-35I también se utilizaron en ataques a larga distancia en Yemen en julio de 2024, a 1.700 kilómetros de Israel.
Capacidades avanzadas del F-35I Adir: datos clave
- Alcance extendido: Modificaciones secretas permiten vuelos de 2.000 km sin reabastecimiento aéreo.
- Armamento: Compatible con bombas GBU-28 y GBU-72, y misiles Python y Derby de fabricación israelí.
- Tecnología sigilosa: Baja detectabilidad para evadir sistemas de defensa antiaérea avanzados como el S-400.
- Integración: Computadora de misión de Elbit Systems y sistemas de guerra electrónica israelíes.
- Capacidad operativa: 36 unidades en tres escuadrones en la base de Nevatim.
Modificaciones secretas del F-35I Adir para largo alcance
Los F-35I Adir de Israel son una variante personalizada del F-35A Lightning II, diseñada para cumplir requisitos específicos de la Fuerza Aérea Israelí. Desde 2010, Israel Aerospace Industries y una filial de Elbit Systems han trabajado en modificaciones para extender el alcance del caza, con la inclusión de tanques de combustible externos de 600 galones y tanques conformados (CFT). Estos últimos minimizan el impacto en la sección transversal de radar, con la preservación de las capacidades sigilosas del avión, y liberan puntos de anclaje para armamento. Los tanques externos, aunque incrementan la detectabilidad, han sido estudiados para mantener un perfil de baja observación mediante diseños de pilones optimizados.
En 2022, la Fuerza Aérea Israelí confirmó que los F-35I podían alcanzar Irán sin reabastecimiento aéreo, un logro atribuido a estas modificaciones. Aunque los detalles técnicos permanecen clasificados, los CFT y tanques externos han permitido a los F-35I superar el radio de combate estándar del F-35A, que ya excede al de muchos cazas contemporáneos. Esta capacidad se complementa con la integración de sistemas electrónicos israelíes, como la computadora de misión de Elbit y sistemas de guerra electrónica, que mejoran la adquisición de objetivos y la supervivencia en entornos hostiles.
Los F-35I han demostrado su eficacia en misiones de largo alcance, como los ataques en Yemen en 2024, donde volaron sobre el mar Rojo con reabastecimiento aéreo. En la operación contra Irán, la combinación de sigilo, alcance extendido y armamento preciso permitió a los F-35I desempeñar un rol clave en la supresión de defensas antiaéreas, con la apertura del camino para los F-15I y F-16I. La capacidad de operar sin depender completamente de los Boeing 707 redujo la carga logística, con la posibilidad de que los aviones cisterna priorizaran el reabastecimiento de los F-15I, que llevaron las bombas pesadas GBU-28 y GBU-72.
La integración de armas israelíes, como misiles Python y bombas guiadas de precisión, ha ampliado las capacidades de los F-35I. En 2018, Israel se convirtió en el primer país en emplear los F-35 en combate, durante enfrentamientos con Irán en Siria. Desde entonces, los cazas han sido utilizados en múltiples operaciones. La operación de 2025 contra Irán marcó un hito al demostrar la capacidad de los F-35I para ejecutar misiones de alta complejidad a gran distancia.
Bunker busters y desafíos de las instalaciones iraníes
Las instalaciones nucleares iraníes, como Natanz y Fordow, están profundamente enterradas para resistir ataques aéreos. Natanz tiene secciones subterráneas, mientras que Fordow, ubicada en una montaña, requiere una capacidad de penetración excepcional. La Fuerza Aérea Israelí emplea bombas GBU-28 y GBU-72, ambas de 5.000 libras, diseñadas para penetrar varios metros de concreto reforzado. Estas armas, transportadas principalmente por los F-15I Ra’am, fueron utilizadas en los ataques de 2025 contra sitios endurecidos en Irán.
La GBU-28, operativa desde la década de 1990, puede atravesar hasta 15 metros de concreto, mientras que la GBU-72, una versión más moderna, ofrece mayor precisión y capacidad de penetración. Sin embargo, las defensas de Fordow, con túneles a más de 60 metros de profundidad, representan un desafío significativo. Irán ha invertido décadas en fortificar estas instalaciones, con el uso de megaestructuras de concreto y acero para protegerlas contra bombas convencionales. Las GBU-28 y GBU-72 pueden ser efectivas contra algunas secciones, pero no garantizan la destrucción total de sitios más profundos.
En contraste, la GBU-57 Massive Ordnance Penetrator (MOP), de 30.000 libras, es capaz de penetrar más de 60 metros de concreto y es exclusiva de los bombarderos B-2 Spirit estadounidenses. Desde su entrada en servicio en 2011, la GBU-57 ha sido utilizada en pruebas y operaciones limitadas, con al menos 20 unidades entregadas a la Fuerza Aérea de EE. UU. hasta 2015. Israel no posee esta arma ni los bombarderos necesarios para desplegarla, lo que limita su capacidad contra las instalaciones más fortificadas de Irán. En 2024, se reportó que la GBU-57 fue empleada por B-2 en ataques contra objetivos Hutíes en Yemen.
La Next Generation Penetrator (NGP), en desarrollo por EE. UU., busca ser más pequeña y compatible con aviones como el F-35 y el B-21 Raider. Este proyecto, iniciado en 2010, explora el uso de propulsión, como cohetes, para lograr efectos de penetración similares a la GBU-57 con menor peso. Israel podría haber adoptado enfoques similares, con la integración de ojivas especiales en misiles de largo alcance o bombas propulsadas para sus F-35I y F-15I, aunque no hay evidencia pública de tales desarrollos.
Limitaciones logísticas y rol de los aviones cisterna
La flota de siete Boeing 707 de Israel es un cuello de botella para operaciones de largo alcance. Estos aviones, adaptados para reabastecimiento aéreo con sistema de pluma, son esenciales para sostener misiones como la de 2025 contra Irán. Sin embargo, su número limitado restringe la cantidad de combustible disponible y el tiempo de permanencia en la zona de operaciones. Durante los ataques, los Boeing 707 reabastecieron a los F-15I y posiblemente a los F-16I, mientras que los F-35I, con su alcance extendido, operaron con menor dependencia de los cisterna.
Especulaciones sobre el apoyo de reabastecimiento de la Fuerza Aérea de EE. UU. surgieron tras la operación, pero no hay evidencia que lo confirme. Los aviones Voyager de la Real Fuerza Aérea británica, observados sobre Siria durante la Operación Shader, fueron descartados como apoyo, ya que utilizan un sistema de manguera y drogue incompatible con los aviones israelíes. La capacidad de los F-35I para operar sin reabastecimiento o con un mínimo de apoyo aligeró la carga sobre los Boeing 707, con la posibilidad de una distribución más eficiente del combustible entre los F-15I, que llevaron las bombas pesadas.
La Fuerza Aérea Israelí ha invertido en mejorar la autonomía de sus cazas para reducir la dependencia de los cisterna. Los F-15I Ra’am y F-16I Sufa también utilizan CFT, lo que aumenta su alcance y carga útil. En la operación de 2025, los F-15I desempeñaron un rol central al transportar las GBU-28 y GBU-72, mientras que los F-35I se enfocaron en la supresión de defensas antiaéreas, con la destrucción de radares y sistemas de misiles. Esta división de roles optimizó el uso de los recursos aéreos y permitió a Israel superar las limitaciones de su flota de reabastecimiento.