El Cuerpo de Marines de Estados Unidos efectuó en Camp Schwab, Okinawa, un ejercicio que introdujo el uso de pequeños sistemas aéreos no tripulados sin ataduras sobre instalaciones propias en la isla. La actividad involucró al 4º Regimiento de Marines de la 3ª División, que amplió la práctica con drones como parte de un programa de integración tecnológica.
El ejercicio se ajustó a la guía de modernización de drones del Departamento de Defensa publicada el 10 de julio de 2025. El documento establece prioridades en capacidades autónomas, entornos disputados y cooperación interservicios. La decisión de aplicar estas directrices en Okinawa formó parte de un esfuerzo por formalizar procedimientos operativos con plataformas no tripuladas, dentro de un marco de entrenamiento institucional.
Durante la actividad, el personal empleó el sistema aéreo no tripulado Skydio X2D. Infantes de marina y marineros recibieron instrucción destinada a mantener y elevar su competencia en la operación del equipo. La aprobación de los objetivos del curso calificó a algunos participantes para una especialidad militar adicional. La intención declarada fue que retornaran a sus unidades con capacidades reforzadas y mejoraran la integración de los drones a nivel táctico.
El capitán Wesley Pond, oficial aéreo asistente del regimiento, señaló que los cursos estaban abiertos a infantes de marina de cualquier rango. El objetivo era ampliar el número de operadores de drones disponibles en diferentes misiones. Según sus palabras, esto aumentaría el personal apto para integrarse en despliegues tanto de unidades reducidas como de formaciones mayores. Pond coordinó los planes de instrucción y subrayó la importancia de diversificar la capacitación.
Además de los drones aéreos, los participantes se adiestraron con vehículos terrestres autónomos Mission Master. El ejercicio incluyó pruebas de evacuación de heridos con esta plataforma, que se empleó como vehículo CASEVAC. Fue la primera vez que la 4ª Estación de Ayuda del regimiento utilizó un vehículo terrestre no tripulado en ese contexto, lo que le permitió adquirir experiencia práctica en evacuaciones médicas bajo condiciones simuladas de combate.
El sistema permitió transportar personal herido desde áreas de riesgo hacia posiciones seguras, donde el equipo médico pudo atender a las víctimas en movimiento. Según el jefe superior del Cuerpo del Hospital, David Long, esta práctica redujo el esfuerzo físico del transporte manual en camillas y evitó el empleo de vehículos grandes y ruidosos que podrían generar riesgos en combate. También facilitó que el personal se concentrara en el tratamiento mientras la plataforma asumía la tarea de traslado.
El Mission Master se evaluó igualmente para transporte táctico y reabastecimiento, lo que amplió su espectro de aplicaciones. Su empleo en ámbitos médicos y logísticos proporcionó un ensayo de cómo los sistemas terrestres autónomos pueden complementar los procedimientos tradicionales de la Infantería de Marina. El regimiento consideró que la combinación de funciones representó un avance en la experimentación con capacidades no tripuladas.
Pond definió el propósito del evento como una exposición del personal a tecnologías inéditas en el entrenamiento del regimiento. Sus declaraciones destacaron que se trató de un proceso incremental de familiarización, calificación e integración rutinaria, más allá de pruebas puntuales. Señaló además que el objetivo es mantener un desarrollo constante de prácticas y asegurar la operación regular de drones aéreos y terrestres en las misiones.
El coronel Richard Barclay, comandante del 4º Regimiento de Marines, declaró que el entrenamiento se diseñó en coherencia con escenarios de combate reales. Añadió que la instrucción buscaba tanto preparación ante futuros conflictos como mantener ventajas operacionales en el presente. Atribuyó al capitán Pond, a la 3ª División y a las Instalaciones del Cuerpo de Marines del Pacífico el establecimiento del marco de trabajo.
El regimiento presentó el evento en Okinawa como el inicio de un proceso sostenido de entrenamiento con drones y vehículos terrestres autónomos. Los responsables destacaron que las próximas fases se centrarán en calificación de personal, desarrollo de procedimientos y mayor integración tecnológica en operaciones. La unidad reafirmó que la incorporación de estas plataformas forma parte de la doctrina en evolución del Cuerpo de Marines.