El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció el 28 de octubre de 2025 a bordo del portaaviones USS George Washington, atracado en la base naval de Yokosuka, que esta semana comenzará el primer envío de misiles estadounidenses destinados a equipar los aviones de combate F-35 de Japón, en el marco de su gira por Asia y de la agenda de seguridad bilateral con la primera ministra Sanae Takaichi. El anuncio se produjo durante un mensaje a militares estadounidenses y se enmarca en los compromisos de cooperación de defensa entre Washington y Tokio.
Trump detalló en Yokosuka que había aprobado el primer lote y que la llegada se adelantaría al calendario previsto, sin precisar cantidades en esa intervención pública. Medios que cubrieron el acto recogieron la afirmación de que los misiles “llegarán esta semana”, formulada ante tripulantes del portaaviones. La comparecencia se realizó tras encuentros oficiales en Tokio y antes de la salida de la comitiva estadounidense hacia Corea del Sur.
El suministro anunciado conecta con un proceso regulatorio iniciado meses antes. El 2 de enero de 2025, el Departamento de Estado notificó al Congreso la posibilidad de vender a Japón misiles aire-aire de alcance medio y equipos asociados por un monto estimado de $3.640 millones, con RTX Corporation identificada como contratista principal. Esa determinación habilitó la tramitación de una compra de armamento compatible con la flota F-35 de las Fuerzas de Autodefensa japonesas, dentro del marco de Ventas Militares al Extranjero.

La Agencia de Cooperación en Seguridad de la Defensa (DSCA) detalló en su notificación que el Gobierno de Japón solicitó hasta 1.200 misiles AMRAAM en las versiones AIM-120D-3 y AIM-120C-8, además de secciones de guiado y otros componentes de apoyo. El expediente incluyó también elementos no letales asociados, como secciones de guiado adicionales y componentes de entrenamiento y mantenimiento. La documentación oficial de la DSCA constituye la base técnica y administrativa del pedido japonés y define el alcance del paquete autorizado.
El anuncio de Yokosuka se integró en una jornada que combinó mensajes políticos y decisiones de política pública. En Tokio, Trump y Takaichi habían proclamado horas antes una “nueva era dorada” en la relación bilateral y firmaron acuerdos de cooperación en minerales críticos y tierras raras, con énfasis en el aseguramiento de cadenas de suministro y en la inversión recíproca. La agenda incluyó una reunión en el Palacio de Estado de Akasaka y, posteriormente, el desplazamiento al buque estadounidense para una alocución ante personal militar.
En la cubierta del USS George Washington, el presidente estadounidense enmarcó el envío de misiles en la profundización de la coordinación de defensa con Japón. La comunicación pública —realizada ante unos miles de efectivos, con aeronaves en exhibición a ambos lados del estrado— se produjo mientras la Casa Blanca situaba el hito como parte de entregas aceleradas de sistemas estadounidenses a Tokio. Fuentes periodísticas presentes en Yokosuka subrayaron la mención específica a la llegada “esta semana” del primer cargamento destinado a la flota F-35 japonesa.

La compra de misiles aire-aire de medio alcance se integra en un proceso más amplio de modernización de capacidades japonesas, que incluye tanto adquisiciones a Estados Unidos como programas nacionales. Con anterioridad, Japón firmó un acuerdo para adquirir misiles de crucero Tomahawk con el objetivo de reforzar su capacidad de respuesta ante amenazas regionales, dentro de una revisión de su estrategia de defensa que elevó metas de gasto y priorizó vectores de largo alcance. Ese expediente, de naturaleza distinta a la munición para F-35, ofrece el antecedente de cooperación reciente en materia de misiles entre Tokio y Washington.
El F-35, en servicio en Japón en versiones A y B según los requerimientos de Fuerzas de Autodefensa, integra sistemas de misión y sensores que permiten el empleo de munición aire-aire de guiado activo por radar, como el AMRAAM. El paquete autorizado en enero por el Departamento de Estado contempló variantes D-3 y C-8, que se distinguen por mejoras en enlace de datos, discriminación de blancos y resistencia a interferencias, según el material divulgativo de la DSCA. La especificación de versiones en la notificación oficial confirma la compatibilidad con los aviones de quinta generación operados por Japón y delimita la naturaleza de la munición cuyo envío inicial anunció el presidente en Yokosuka.

En el plano administrativo, la notificación al Congreso no garantizó la entrega inmediata, sino que abrió la vía para la negociación del contrato, la firma de cartas de oferta y aceptación y la programación logística. El mensaje del 28 de octubre sobre el inicio de los envíos esta misma semana indica que Estados Unidos culminó las fases previas necesarias para despachar el primer lote al cliente japonés. La secuencia descrita coincide con el estándar de tramitación de Ventas Militares al Extranjero y con la práctica de escalonar entregas en función de disponibilidad industrial y necesidades operativas del receptor.
Durante la visita a Japón, el mandatario estadounidense combinó anuncios de defensa con mensajes económicos y diplomáticos. En Tokio, además de los acuerdos en materias primas estratégicas, la delegación estadounidense y la japonesa difundieron cifras de inversiones previstas y referencias a compromisos de gasto en defensa. Tras esa agenda, el traslado a Yokosuka permitió articular la dimensión militar con un hito concreto: la salida del primer envío de misiles para los F-35 japoneses en el tramo final de octubre. Coberturas internacionales de la jornada aportaron el testimonio del anuncio ante tropas y el marco de la gira asiática, que incluyó escalas previas y siguientes.
El expediente de misiles aire-aire para los F-35 se sostiene en una relación bilateral de defensa que, en los últimos dos años, incorporó ejercicios trilaterales con Corea del Sur, solicitudes adicionales de capacidades de ataque a distancia y ajustes normativos internos en Japón para habilitar exportaciones de componentes y recepción acelerada de sistemas. En ese contexto, el dato operativo comunicado en Yokosuka —el inicio del envío del primer lote en la semana del 28 de octubre— sitúa el programa en fase de ejecución logística tras la autorización política y administrativa adoptada a comienzos de 2025.
