La Armada de EE. UU. planea integrar el MQ-25 Stingray en portaaviones en 2026, tras pruebas exhaustivas previstas para 2025, según su comando naval.
Primeras pruebas del MQ-25 Stingray en portaaviones
La incorporación del avión cisterna no tripulado MQ-25 Stingray se acerca, según el vicealmirante Daniel Cheever, comandante de las Fuerzas Aéreas Navales. Cheever destacó que este sistema será probado en 2025 e integrado a los portaaviones en 2026. El anuncio se realizó durante la conferencia WEST 2025 en San Diego, donde el vicealmirante afirmó que el MQ-25 representa un paso importante hacia el desarrollo de equipos tripulados y no tripulados en operaciones de combate.
El proyecto ha progresado con la instalación del primer Centro de Guerra Aérea No Tripulada a bordo del portaaviones USS George HW Bush (CVN 77). También se están realizando pruebas de la Estación de Control de Misión de Aviación de Portaaviones No Tripulados (UMCS), para garantizar que el MQ-25 pueda operar de forma segura y eficaz en un entorno dinámico.
Boeing entregó el primer prototipo MQ-25 a principios de 2024, un avance que da inicio a la evaluación estructural del fuselaje de este avión no tripulado. El vicealmirante George Wikoff también confirmó en noviembre que la Marina espera recibir las primeras unidades operativas en 2025.
Objetivos estratégicos del programa MQ-25
El MQ-25 Stingray tiene como principal misión el reabastecimiento aéreo, además de realizar tareas de inteligencia, vigilancia y reconocimiento (ISR). El sistema permitirá disminuir el uso de los F/A-18 Super Hornet, que actualmente realizan también misiones de reabastecimiento. Alrededor del 30% de las operaciones de los Super Hornet se dedican a este tipo de tareas, lo que genera una carga adicional sobre estas aeronaves de combate.
Para cumplir con su función, el MQ-25 está equipado con el sistema Cobham ARS, el mismo utilizado por los F/A-18. Durante las pruebas, el modelo T1 del MQ-25 ya logró reabastecer a aviones como el F-35C Lightning II y el E-2D Hawkeye.
Datos relevantes sobre el programa MQ-25
- Se prevé alcanzar la capacidad operativa inicial (IOC) en la segunda mitad de 2026.
- La Armada estadounidense planea adquirir más de 70 unidades del MQ-25.
- La instalación del primer Centro de Guerra Aérea No Tripulada en el USS George HW Bush fue clave en el avance del programa.
- El MQ-25 fue desarrollado a partir del programa CBARS, destinado a mejorar las capacidades de reabastecimiento en vuelo de los grupos de ataque embarcados.
El papel del MQ-25 en la expansión de las capacidades de combate
Con el MQ-25, la Armada busca liberar a los F/A-18E/F Super Hornet de misiones de reabastecimiento, lo que permitirá que estas aeronaves se concentren en operaciones de combate. Los informes indican que esta mejora incrementará la capacidad ofensiva del Carrier Air Wing (CVW), ya que las municiones podrán reemplazar a los depósitos de reabastecimiento en los pilones del Super Hornet.
Además, se espera que el MQ-25 realice operaciones ISR (inteligencia, vigilancia y reconocimiento), brindando así soporte integral a los grupos de ataque embarcados. El escuadrón de reemplazo de flota VUQ-10 será responsable del entrenamiento y preparación de las unidades.
Integración tecnológica y futuros desarrollos
En 2024, Boeing presentó un nuevo software que permite a los pilotos de los F/A-18 controlar el MQ-25 directamente desde sus cabinas durante las operaciones de reabastecimiento en vuelo. Este avance mejora significativamente la coordinación entre aeronaves tripuladas y no tripuladas, reduciendo el tiempo necesario para enviar comandos.
Durante una demostración en un laboratorio de simulación, un piloto del F/A-18 logró comandar remotamente al MQ-25 utilizando enlaces de comunicación estándar. Este sistema busca incrementar la seguridad y flexibilidad operativa en escenarios de combate.
La Armada de los EE. UU. también ha instalado la primera Estación de Control Terrestre MD-5E dentro del sistema UMCS, un componente crítico para la operación del MQ-25. Este desarrollo se complementa con la colaboración de empresas como Lockheed Martin y General Atomics, lo que refuerza las capacidades de comando y control para futuras plataformas no tripuladas.