En las primeras semanas de la invasión rusa de Ucrania, la defensa de Kiev se destacó con valiosos relatos de heroísmo. Desde la resistencia en la Isla de la Serpiente hasta la leyenda del piloto Fantasma de Kiev, se resaltaron los esfuerzos defensivos de Ucrania.
Sin embargo, el punto de inflexión llegó en abril de 2022, cuando el buque insignia ruso Moskva se hundió en el fondo del mar.
Neptune: El arma responsable del hundimiento
El arma detrás de esta hazaña fue el misil de crucero antibuque Neptune, desarrollado en Ucrania. Aunque el Kremlin ha negado la autoría del ataque naval, fuentes occidentales han confirmado la implicación de al menos un misil Neptune.
Dos proyectiles antibuque Neptune R-360 impactaron directamente en el Moskva, provocando un incendio que finalmente llevó a su desaparición. Este acontecimiento marcó un momento crucial en la invasión y allanó el camino para futuros avances ucranianos.
Origen y características del Neptune
El misil Neptune hizo su debut en la exposición internacional Arms and Security de 2015 en Kiev, aunque su concepción se remonta a la anexión de Crimea por parte de Rusia en 2014. Desarrollado por la Oficina de Diseño Luch, con sede en Kiev, el Neptune presenta mejoras respecto a su homólogo ruso, el Kh-35.
Con una longitud de 16 pies y un peso cercano a las 2.000 libras, el Neptune puede ser transportado y lanzado desde diversas plataformas. Su alcance alcanza los 280 kilómetros, y a pesar de su velocidad subsónica, tiene la capacidad de evadir radares enemigos volando a baja altitud. Además, Ucrania ha fabricado seis lanzadores móviles USPU-360, cada uno capaz de disparar cuatro misiles Neptune, respaldados por vehículos de transporte y otros equipos.
El error fatal y la confianza rusa
Según un científico ucraniano involucrado en el desarrollo del Neptune, el descuido de los operadores del Moskva fue lo que condujo a su desaparición.
La falta de conciencia de ser detectados desde el aire o la costa, combinada con sistemas de defensa antiaérea y otros sistemas de protección a bordo, llevó al barco ruso a navegar hasta 120 kilómetros de la costa ucraniana. Esta excesiva confianza resultó en su perdición.
El poder creciente de Ucrania
En los últimos catorce meses de guerra, los Estados miembros de la OTAN han suministrado a Ucrania una variedad de sistemas de largo alcance fabricados en Occidente.
Además de los Neptune, Kiev cuenta ahora con HIMARS, Harpoons y Storm Shadows para fortalecer su arsenal. La Armada de Putin ha sufrido un golpe importante con el Neptune, el misil destructor diseñado para enfrentarse a sus buques de guerra más importantes.