La inusual táctica del ejército ruso de colocar neumáticos sobre bombarderos y otras aeronaves ha suscitado debates sobre su posible impacto en los sistemas de identificación de objetivos empleados por las fuerzas ucranianas.
Schuyler Moore, directora técnica del Comando Central de Estados Unidos (CENTCOM), indicó que esta estrategia genera confusión en los sistemas de guía de misiles y drones, los cuales comparan imágenes con bases de datos internas. Durante una conferencia sobre inteligencia artificial organizada por el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS), comentó: “Colocar neumáticos en las alas de los aviones dificulta que muchos modelos de visión artificial los reconozcan”.
Imágenes satelitales tomadas a finales de agosto de 2023 revelaron por primera vez esta táctica en la base aérea rusa de Engels. En las fotos se veían bombarderos Tu-95 y Tu-160 con neumáticos cubriendo partes de su fuselaje y alas. Esta peculiar técnica parece ser una medida defensiva para proteger estos aviones de los ataques con drones ucranianos, que previamente habían logrado impactar activos militares importantes en territorio ruso.
El 7 de septiembre de 2023, se difundió en redes sociales rusas una fotografía de un cazabombardero Su-34 cubierto con neumáticos, evidenciando que esta técnica se aplicaba también a aviones más pequeños. La imagen rápidamente captó la atención, mostrando una modificación similar a la observada en bombarderos estratégicos días antes.
Por esas fechas, se supo que Ucrania había comenzado a utilizar misiles de crucero Neptune guiados por infrarrojos contra objetivos terrestres. Estos se sumaron a los misiles Storm Shadow y SCALP-EG, entregados anteriormente a la Fuerza Aérea, que también emplean sistemas de búsqueda por infrarrojos para identificar sus blancos en la fase final del vuelo.
Estos sistemas de búsqueda revisan los objetivos usando una base de datos precargada y los neumáticos parecen interferir en la identificación precisa. Moore destacó que la clave para contrarrestar estas tácticas está en la actualización constante de las bases de datos por parte de los operadores: “Si se necesitan seis meses para obtener una nueva biblioteca de datos del desarrollador, el enemigo se adaptará. Si los neumáticos no son efectivos, simplemente agregarán otra cosa”.
Moore añadió que esta estrategia no se limita a los neumáticos, ya que el enemigo también emplea otros métodos de camuflaje no convencionales en su equipo. La prensa estadounidense ha informado sobre diversas tácticas rusas para engañar los sistemas de visión por computadora, como pintar siluetas de aviones en bases aéreas o de submarinos en instalaciones navales.
El uso de señuelos, como la pintura de contornos de activos militares, cobró relevancia en la guerra entre Rusia y Ucrania en 2023. Uno de los primeros incidentes conocidos ocurrió en agosto de 2023, cuando en la base aérea de Engels se pintaron siluetas de bombarderos Tu-95MS en la pista para confundir a los drones y misiles ucranianos, así como a los sistemas de vigilancia satelital.
En 2024, se observó una táctica similar en el ámbito naval ruso. La inteligencia británica captó imágenes en Novorossiysk que mostraban una silueta pintada de un submarino de la clase Varshavyanka en un muelle, colocada al lado de un submarino real. Este fue el primer uso documentado de esta estrategia en la armada rusa. Al igual que con los bombarderos, los submarinos pintados estaban diseñados para engañar a los drones ucranianos y posiblemente a los satélites.
Con el recrudecimiento de la guerra, estas tácticas se extendieron de la aviación a la flota naval rusa. Informes de 2024 señalaron que las fuerzas rusas aplicaron camuflaje a varios barcos de la Flota del mar Negro, incluidos buques de desembarco y fragatas, con el fin de alterar su apariencia y confundir a los drones enemigos. No obstante, expertos indicaron que estas medidas resultaban mayormente ineficaces contra tecnologías avanzadas de detección térmica o por radar.