El NGAD, programa de la Fuerza Aérea de EE. UU., innovará con aviones tripulados y drones colaborativos para mantener superioridad aérea.
La Fuerza Aérea de los Estados Unidos lidera actualmente la iniciativa global para desarrollar el primer sistema de aviones de combate de sexta generación, invirtiendo más de $20 mil millones en los próximos cinco años en el proyecto de Dominio Aéreo de Próxima Generación (NGAD). Este ambicioso programa busca reemplazar los F-22 Raptors con aviones tripulados de última generación y vehículos aéreos no tripulados colaborativos (CCA).
En un entorno donde la competencia con naciones como China y Rusia se intensifica, Estados Unidos avanza en el NGAD con innovaciones clave en tecnología furtiva, sistemas de propulsión avanzados y armamento superior, apuntando a tener una flota completamente operativa para 2030.
Innovaciones y avances en el programa NGAD de la Fuerza Aérea
En esta competición por el liderazgo aeroespacial, la Fuerza Aérea de EE. UU. se posiciona en la vanguardia. Con un presupuesto asignado que supera los 20,000 millones de dólares para el próximo quinquenio, se contempla no solo el desarrollo de cazas tripulados de nueva generación, sino también la creación de drones de escolta bajo el programa de Aviones de Combate Colaborativos (CCA).
Se anticipa que el NGAD reemplace a la actual flota de F-22 Raptor, con oficiales estadounidenses enfocados en mantener y expandir la superioridad aérea ante rivales que también persiguen desarrollar sus propias tecnologías de sexta generación.
Expansión tecnológica y estratégica en el desarrollo de NGAD
Remontándose a una década atrás, la agencia DARPA fue la pionera en realizar estudios que eventualmente darían forma al concepto de superioridad aérea del futuro. Sobre la base de esos estudios, se lanzó la Iniciativa de Innovación Aeroespacial para evaluar y experimentar con prototipos de aeronaves avanzadas. El NGAD fue ideado para perfeccionar áreas claves como la propulsión, el sigilo y los sistemas de armas avanzadas.
La Fuerza Aérea conceptualiza al NGAD como una “familia de sistemas” que gira en torno a un avión de combate tripulado de sexta generación, acompañado por una flota de vehículos aéreos no tripulados que cooperarán con estos cazas. Recientemente, se reveló que el objetivo es adquirir cerca de 1.000 drones y 200 cazas furtivos NGAD, balanceando el elevado costo del programa con los menores costos operativos de los drones no tripulados.
Frente a la mayor magnitud de la Fuerza Aérea del Ejército Popular de Liberación de China, el desarrollo de un número considerable de CCA económicos se ha convertido en una prioridad estratégica para Estados Unidos, buscando así asegurar una ventaja cuantitativa y cualitativa en futuros escenarios de combate aéreo.
Implicaciones estratégicas de las capacidades emergentes de NGAD
Aunque los detalles del NGAD se mantienen en gran medida bajo reserva, los analistas han delineado algunas de las capacidades emergentes de este avanzado sistema. En operaciones aire-tierra, los drones leales, actuando como punta de lanza, podrían desplegarse delante de los cazas para interferir con los sistemas de radar y comunicaciones enemigos, neutralizando así las amenazas de misiles tierra-aire antes de que puedan ser efectivas.
En escenarios aire-aire, los cazas podrían coordinar con sus acompañantes no tripulados para lanzar ataques a distancia, permitiendo al caza tripulado mantenerse oculto y protegido mientras sus drones CCA se encargan de comprometer los fuselajes enemigos. La integración de estos vehículos aéreos no tripulados es crucial para maximizar la efectividad de combate en ambas configuraciones.
En el desarrollo de este programa, Northrop Grumman anunció en 2023 que no presentaría una oferta como contratista principal, dejando a Boeing y Lockheed Martin como los principales competidores para la construcción del nuevo caza tripulado. Este mes, la Fuerza Aérea solicitó un presupuesto adicional de 1.300 millones de dólares destinados al desarrollo de un innovador motor para el NGAD, con planes de alcanzar la capacidad operativa plena para el año 2030 y comenzar las pruebas de vuelo con este nuevo motor unos años antes.
En un contexto de crecientes tensiones geopolíticas, la implementación exitosa y puntual del NGAD se considera crítica para asegurar y mantener la superioridad aérea estadounidense en el futuro.